jueves, 14 de enero de 2016

El cristiano y postmodernismo — Exponiendo la verdad en un mundo postmoderno

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Una opinión centrada en Las Escrituras nos demanda estar preparados para ser aborrecidos por un mundo que está sumido en el postmodernismo.
El postmodernismo se desarrolló primero entre los artistas e intelectuales a finales del Siglo XX, este pensamiento se propaga en nuestra cultura y cree que cada grupo social crea su propia “verdad” a fin de servir a sus propios intereses; lo que es “verdad” para algunos no es necesariamente “verdad” para otros. Esta propuesta ha llevado a un relativismo moral de pensamiento, y es sin duda tremendamente dañina, ya que sin una definición correcta de la verdad, podríamos decir que robar es bueno, que matar es bueno, que mentir es bueno, y esa sería mi verdad, toda las personas deberían tolerar esto ya que sería mi verdad, es así como grupos de minorías sexuales, pro-aborto, sectas, y movimientos filosóficos, utilizan la lógica postmodernista para propagar su verdad en nuestra cultura.
En la actualidad es fácil llegar a temas contingentes como: el aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia, entre otros.

¿Qué ha de decir la Iglesia?

En esta época postmoderna, decir la verdad es más difícil de lo que solía ser, como comentaba hace diez años el Dr. Albert Mohler, “la verdad no es universal, no es objetiva o absoluta, y no puede ser determinada por un método comúnmente aceptado”[1]. También, John MacArthur comenta: “el postmodernismo ha perdido completamente el interés en la verdad, insistiendo en que no hay tal cosa como absoluta, objetiva o una verdad universal”[2].
El apóstol Pablo, nos enseña la importancia que tiene la verdad para el cristiano, él nos compara con soldados, que estaban listos para la batalla, “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad” (Efesios 6:14).
Tendremos temor de enfrentarnos a aquellos que nos presenten argumentos contrarios al cristianismo bíblico, pero recordemos la exhortación del Apóstol Pedro: “No nos amedrentemos por temor a ellos”, “honremos a Dios en nuestros corazones” (parafraseando), y que estemos siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3.13–16). Esforcémonos por hacer el bien, preparémonos y conozcamos La Escritura.
Esforcémonos por hacer el bien, preparémonos y conozcamos La Escritura.

El postmodernismo choca de frente con el cristianismo y la autoridad de Cristo quien dijo: “—Yo soy el camino, la verdad y la vida—”.
El hombre inmerso en una cultura que menosprecia la verdad será más reticente a escuchar el evangelio revelado en la Palabra de Dios, por eso la importancia de vivir vidas coherentes con lo que predicamos (Romanos 12.1-2Santiago 4.17), podemos hacerlo ya que si hemos nacido de nuevo (Juan 3.3) tenemos la ayuda del Espíritu Santo(Romanos 5.1–5Efesios 1.13–14) y confiando en la Palabra de Dios. El testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo.( Salmo 19.7)
El postmodernismo es un desafío para el cristiano, pero ¿estamos realmente preparados para enfrentar una filosofía que afirma que no existe una verdad trascendente?
Hoy en día dentro de círculos evangélicos algunos afirman que la “doctrina no es importante”, o “no es necesario tener la doctrina correcta, sólo importa el corazón”.  Otra frase postmodernista cristiana “No te pierdas en medio de tanto conocimiento en la Palabra, ¡Cree! Eso es lo importante”.
  • ¿Notas cómo el postmodernismo ha atrapado a muchos incautos que no estudian la Palabra de Dios?. Edwin W. Lutzer, afirma: “Hemos perdido la capacidad de juzgar al mundo, porque hemos perdido la habilidad de juzgarnos a nosotros mismos”, “La verdad ha desaparecido y pocos han notado su ausencia”.
  • Cómo saber qué es la verdad si los cristianos aún no están de acuerdo en temas tan importantes como la salvación, la elección, la justificación, la regeneración, la soberanía de Dios. Debemos conocer la historia de la Iglesia para no cometer los mismo errores del pasado.
  • Debemos como creyentes comenzar una búsqueda de la verdad, y sólo la encontraremos a través de la palabra de Dios, por hombres que buscan la gloria de Dios, no su propia gloria.
¿Qué clase de influencia ha tenido el postmodernismo en la Iglesia? ¿Te ha tocado defender la verdad del evangelio y encontrar esta filosofía predominante? ¿Cómo te preparas para predicar la verdad en una época donde todo es relativo?

postmodernismo 1. m. Movimiento cultural que, originado en la arquitectura, se ha extendido a otros ámbitos del arte y de la cultura del siglo XX, y se opone al funcionalismo y al racionalismo modernos.

miércoles, 13 de enero de 2016

Estimados hermanos pentecostales y carismáticos

Nota del autor: Queremos dejar claro la diferencia entre pentecostales y carismáticos. Aunque ambos comparten muchos aspectos doctrinales, dogmáticos y prácticas similares, existe una diferencia entre ambos. Cuando hablamos de hermanos carismáticos, no estamos hablando de aquellos que pertenecen al movimiento católico carismático. Estamos hablando de hermanos en la fe que pertenecen a iglesias independientes que no son parte de alguna organización pentecostal, pero que sostienen las mismas creencias doctrinales, dogmáticas y prácticas.
Las expresiones que voy a emitir en este corto artículo no vienen de una persona ajena al movimiento pentecostal y carismático. No es mi intención el crear más división de la que ya actualmente existe en el mundo evangélico moderno. Lo que voy a compartir no es un ataque personal contra ningún líder o iglesia en específico dentro del movimiento pentecostal y carismático. Por casi 20 años milité, trabajé y serví activamente dentro de las filas de varias iglesias pentecostales y carismáticas. A lo largo de todos estos años he cultivado muchas relaciones muy edificantes para mi vida espiritual dentro y fuera de los círculos pentecostales y carismáticos. Tengo muchos recuerdos bonitos que atesoro dentro de mi corazón y tiempos de koinonia que jamás olvidaré. La intención de este artículo es poder despertar la conciencia de muchos líderes y miembros laicos dentro de estos dos movimientos que tanto alcance mundial han obtenido en los últimos 100 años de la historia de la Iglesia.
Los americanos tienen un refrán al cual llaman “the pink elephant in the room”. En español esto significa “el elefante rosado en medio del salón”. Esta expresión es una que se utiliza para dar entender que hay un problema bien grande en medio de nosotros, que estamos ignorando o que no hemos visto del todo. Bajo este concepto, quiero identificar algunos cuatro grandes problemas que yo he podido ver y experimentar dentro de mis dos décadas dentro del movimiento pentecostal y carismático a nivel norteamericano, latinoamericano y centroamericano.

Énfasis desmedido en las emociones

Uno de los problemas fundamentales que existen en estos dos movimientos es el énfasis desmedido en las emociones y sensaciones personales o colectivas. En muchas ocasiones fui partícipe y testigo ocular de momentos de histeria colectiva, donde en una reunión podía haber más de 50 personas corriendo, brincando y hablando en “lenguas” de una manera totalmente desordenada y anti bíblica (en esta ocasión no voy a entrar a debatir posiciones como el continuismo o el cesacionismo de los dones). Una visita por 1 Corintios 14, nos arroja bastante luz y claridad, para poder afirmar categóricamente que la mayoría de las prácticas que se dan en muchos de los servicios pentecostales y carismáticos están en total desobediencia al mandato bíblico inspirado por Dios, por medio del apóstol Pablo en la carta a los corintios. De este pecado, el movimiento, sus líderes y muchos adeptos tienen que arrepentirse y volver al modelo bíblico sano, para que ya no sigan siendo el hazme reír y la vergüenza dentro de muchos círculos cristianos. Aunque en teoría los pentecostales y los carismáticos están conscientes que Dios es un Dios de orden, en la práctica, ellos tiran por la ventana esta verdad y principio bíblico, permitiendo todo tipo de desorden bajo el concepto erróneo de “aquí le damos lugar al Espíritu Santo a que haga lo que Él quiera”. Esta actitud y comportamiento va totalmente en contra del carácter de Dios y la obra del Espíritu Santo.

Analfabetismo Bíblico

En este punto, no quiero ser tan severo como lo fui en el punto anterior, ya que hoy en día existen muchos institutos, seminarios y universidades dentro del movimiento pentecostal y carismático que están trabajando para poder educar mejor a sus líderes y miembros. Pero, la mentalidad que permea en la mayoría de las iglesias pentecostales y carismáticas, es una actitud de rechazo hacia el conocimiento bíblico y a una hermenéutica y exégesis bíblica sana. Existe un espíritu de anti intelectualismo inmenso, dentro de estos círculos. La mayoría de los líderes en estos movimientos prefieren que sus miembros no estudien y confíen ciegamente en lo que ellos les predican y enseñan, ya que para ellos “la letra mata”. De esta forma y bajo esta actitud, son millones los creyentes que han caído bajo todo tipo de enseñanzas, manipulaciones y prácticas llenas de errores doctrinales, tales como: La confesión positiva, maldiciones generacionales, teología de la prosperidad, apostolado moderno, siembras y pactos, encuentros y post encuentros, eecretos y declaraciones, etc. El analfabetismo bíblico es totalmente contrario a lo que encontramos en las Escrituras en relación a la importancia que los creyentes deben tener en su estudio profundo y sistemático de las Escrituras. Creo firmemente que el movimiento pentecostal y carismático debe adoptar la actitud de los Bereanos que encontramos en el libro de los Hechos:
“Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”. (Hechos 17: 10-11)

Liderazgo abusivo y controlador

En el principio de este artículo, expresé que en las dos décadas que fui parte de este movimiento, tengo muchas anécdotas y recuerdos muy bonitos de mi tiempo y compartir con muchos líderes y hermanos en la fe en estos círculos. Pero, lamentablemente, también fui víctima y testigo ocular de muchos abusos de autoridad y de poder por parte de líderes y pastores. Estoy convencido que este problema, no es uno que solamente ocurre dentro del pentecostalismo y carismatismo. En muchas otras organizaciones y denominaciones existen estos problemas de abuso de autoridad. Una actitud que predomina en estos dos movimientos es la actitud totalitaria de muchos pastores y líderes que sufren del síndrome “El Siervo Ungido”. Bajo este concepto, muchos líderes y pastores oprimen a sus miembros a que obedezcan ciegamente las demandas y exigencias que ellos quieren implementar en sus iglesias. Si algún miembro se les acerca para expresarles algún sentimiento de preocupación por alguna práctica o enseñanza que está contraria a las Escrituras, estos líderes abusivos comienzan una campaña de descrédito y difamación en contra de la persona o personas que se atrevieron a cuestionar al “Ungido de Dios”. Esta actitud es contraria a lo que nosotros podemos encontrar en las Escrituras. Los pastores están para apacentar y cuidar a las ovejas, no para enseñorearse de ellas y mantenerlas en estado de temor y manipulación. El apóstol Pedro fue muy claro en su primera carta en cuanto a cuál debe ser la actitud de los pastores hacia el rebaño:
“Pastoread el rebaño de Dios entre vosotros, velando por él, no por obligación, sino voluntariamente, como quiere Dios; no por la avaricia del dinero, sino con sincero deseo; tampoco como teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño”. (1 Pedro 5:2,3, LBLA)

Predicación Antropocéntrica

El pastor Sugel Michelén dijo en una ocasión: “la razón principal por la que la iglesia moderna es una iglesia débil, es porque sus púlpitos son débiles”. Esto es una realidad muy fácil de identificar dentro los círculos pentecostales y carismáticos. El púlpito pentecostal y carismático ha sufrido muchas metamorfosis desde sus comienzos a principios del siglo 20. En su mayoría, no en todos los casos, la predicación dominical en una iglesia pentecostal y carismática es una centrada en el hombre, en sus deseos, en sus sueños, metas personales y en su autoestima. El púlpito pentecostal y carismático se ha convertido en la plataforma para un mensaje de auto superación individual, el cual pone todo su énfasis en que sus oyentes salgan de sus reuniones con una actitud de positivismo e idealismo personal. Solo basta escuchar sus programas de radio, televisión, predicas por YouTube y las redes sociales, para uno poder darse cuenta que el énfasis no está puesto en que el creyente crezca en su entendimiento acerca de quién es Dios, Sus atributos, Su carácter y Su voluntad. El énfasis no es en la santificación progresiva del creyente en Cristo, sino en que el creyente salga de sus reuniones sintiéndose bien consigo mismo y con una actitud de conquistar el mundo, sus deseos y placeres.
Esta predicación antropocéntrica ha causado que millones de “creyentes” a nivel mundial crean que el mensaje del Evangelio se trata acerca de ellos y no acerca de Jesús. Un examen detenido por el Nuevo Testamento nos muestra claramente que los apóstoles y los creyentes en el tiempo neo testamentario entendían claramente que el mensaje y la predicación eran el método que Dios había escogido para traer salvación, liberación y transformación a los perdidos. Ellos tenían muy presente que la predicación no estaba diseñada para buscar la aprobación o la simpatía de sus oyentes. La predicación centrada en Dios, en Cristo y Su obra en la cruz, fue, es y seguirá siendo una locura para el perdido. El apóstol Pablo (el cual los predicadores pentecostales y carismáticos mencionan mucho en sus sermones) no era un predicador que buscaba la aceptación o la aprobación de sus oyentes. El apóstol Pablo entendía claramente que el mensaje del Evangelio está centrado única y exclusivamente en Dios, en Cristo y Su perfecta obra en la cruz. En 1 Corintios Pablo nos dice:
“Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio[a] de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor. Y ni mi mensaje, ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. (1 Corintios 2:1-5)
En conclusión, bajo ningún concepto estoy afirmando que dentro de los movimientos pentecostales y carismáticos, no haya verdaderos creyentes, líderes y pastores que realmente son hijos de Dios y ministros fieles. El propósito de este artículo es traer a colación algunos problemas más visibles que yo en mi experiencia dentro de estos movimientos pude experimentar, ver y ser participe en las casi dos décadas que milité en sus filas. Mi deseo es que muchos pastores, líderes y creyentes dentro del movimiento pentecostal y carismático puedan tomar estas observaciones y señalamientos de una manera objetiva y no como un ataque personal, y que puedan tomar medidas para corregir estas deficiencias que tanto daño les están haciendo.

martes, 12 de enero de 2016

Las marcas esenciales de un predicador

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“¿Cómo oirán sin haber quien les predique?” (Rom. 1:5-6). Con lógica certera, el apóstol Pablo establece el vínculo humano indispensable en el cumplimiento de la Gran Comisión: la predicación del evangelio de Jesucristo. Al hacerlo, nos instruye en el camino del reino, que en cada generación Dios está llamando a predicadores para servir a Su iglesia.
Le pregunta eterna de Pablo es especialmente relevante para la iglesia del siglo XXI. Las iglesias evangélicas están en medio de una transición generacional masiva, con pastorados vacantes y púlpitos vacíos que salpican el paisaje.
Los púlpitos vacantes no deben hacer que nuestras manos se acongojen. Cristo está edificando Su iglesia. Él no espera por voluntarios ministeriales; Él soberanamente elige pastores para servir a Su iglesia y predicar Su evangelio.
Sin embargo, la iglesia debe llamar a los llamados, y cada hombre de Dios calificado debe considerar si Dios le está llamando al ministerio pastoral.
¿Cómo podría uno saber si Dios le está llamando al ministerio? Hay cuatro marcas esenciales.

Un deseo ardiente

El indicador principal de un llamado al ministerio es un deseo ardiente por la obra. En 1 Timoteo 3, Pablo comienza la lista de requisitos ministeriales afirmando: “si alguien aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer”. De hecho, Pablo testificó que él ministró como alguien que sentía una “imposición”, temeroso del juicio de Dios si no predicaba.
En sus “Discursos a mis estudiantes”, Charles Spurgeon argumentó, “La primera señal de la vocación celestial es un deseo intenso, que lo absorbe todo por la obra. Para que sea un verdadero llamado al ministerio debe haber un irresistible anhelo y una sed insaciable por decirle a otros lo que Dios ha hecho en nuestras propias almas”.
Aquellos más usados por Dios cargaron este peso en sus almas. Hombres como Jonathan Edwards, George Whitefield y Spurgeon tenían esta compulsión interior que, al igual que un pozo artesanal, continuamente vertía poder y urgencia en sus ministerios.
El predicador puede que no sienta cada domingo lo que Richard Baxter sintió cuando determinó “predicar como un hombre moribundo a hombres moribundos; como uno que no está seguro de volver a predicar jamás”. Pero, el que ha sido llamado de parte de Dios conoce el deseo continuo y constante por la obra del ministerio.

Una vida santa

Primera de Timoteo 3: 1-7 ofrece una lista clara y no negociable de los rasgos esenciales que deben estar presentes en el carácter del ministro. Esta lista es preceptiva, no descriptiva; es un mandato, no una sugerencia. En resumen, el ministro de Dios debe estar por encima de cualquier reproche.
Antes que una iglesia evalúe los dones y talentos de un candidato pastoral, primero debe evaluar su carácter. Ciertamente, si un hombre aspira al ministerio, puede ayudar el hecho que sea carismático, elocuente o que posea una personalidad magnética. Sin embargo, antes de buscar estas fortalezas secundarias y terciarias hay que encontrar primero los requisitos de 1 Timoteo 3.
Es más, los requisitos de 1 Timoteo 3 no representan simplemente un umbral que hay que cruzar una vez. Sino un estilo de vida que debe ser mantenido, un carácter que debe ser cultivado y una continua rendición de cuentas a la Palabra de Dios y al pueblo de Dios. El llamado personal al ministerio está muy ligado al carácter bíblico personal del ministro. Los dos no pueden, y no deben, ser separados.

Una voluntad entregada

El apóstol Pablo fue apartado desde el vientre de su madre, y declaró que fue “hecho ministro conforme a la administración de Dios que [le] fue dada” (Col. 1:25). Pablo escogió predicar porque Dios lo escogió para predicar. Cada llamado a predicar se origina en el cielo. Nuestra respuesta debe ser una entrega total.
De hecho, “la entrega al ministerio” solía ser el lenguaje común en las iglesias evangélicas. Haríamos bien en recuperar esa frase, porque es así como uno entra al ministerio: por medio de una entrega total. El llamado de Dios al ministerio viene con la expectativa de que irás cuando sea y donde sea que Él te llame. Sus ministros son sus agentes, desplegados para el servicio de acuerdo a Su plan providencial.

Una habilidad para enseñar

Por último, aquel que ha sido llamado al ministerio debe ser capaz de enseñar la Palabra de Dios. En 1 Timoteo 3, este es el requisito distintivo entre el oficio del diácono y del anciano. Hay mil maneras en las que un ministro puede servir a la iglesia, pero hay una responsabilidad indispensable y no negociable: predicar y enseñar la Palabra de Dios.
¿La preparación y entrega de los sermones te hacen sentir realizado? ¿Se beneficia el pueblo de Dios de tu ministerio de la Palabra? ¿Tu iglesia siente y afirma tu habilidad para predicar y enseñar acerca de Dios?

Conclusión

Cualquier hombre puede elegir el ministerio, y muchos hombres que no son calificados lo han hecho. Solo unos pocos elegidos son llamados por Dios. Discernir entre ser llamado por los hombres y ser llamado por Dios es de suma importancia.
Si Dios te llama a ser su siervo, ten claro que, en palabras de Martyn Lloyd-Jones, “la obra de la predicación es el llamado más alto, más grande y más glorioso al que cualquiera puede ser llamado.” Si Dios te ha llamado a ser Su predicador, nunca te rebajes a ser rey de los hombres.


Publicado originalmente en Ligonier. Traducido por Luis Luna.
Jason K. Allen es presidente de Midwestern Baptist Theological Seminary en Kansas City, Mo. Él escribe regularmente en jasonkallen.com

viernes, 8 de enero de 2016

Pablo y “El Israel de Dios”: Un Caso Practico Exegético y Escatológico

19 MAYO 2014

clip_image001PABLO Y “EL ISRAEL DE DIOS”:
UN CASO PRACTICO EXEGETICO Y ESCATOLOGICO

S. Lewis Johnson, Jr. *
Los esfuerzos persistentes para explicar “el Israel de Dios” en Gal 6:16 como una referencia a la iglesia desafían la evidencia gramatical, exegética y teológica abrumadora de que la expresión se refiere al Israel étnico. Entre los intérpretes contemporáneos, tres perspectivas del significado de la frase emergen: (1) “El Israel de Dios” es la iglesia, (2) “El Israel de Dios” es el remanente de israelitas en la iglesia, y (3) “El Israel de Dios” es la nación futura redimida. La perspectiva 1 sufre de una debilidad gramatical y sintáctica de refrendar el significado de la partícula griega kai como “concretamente,” un uso poco frecuente de la palabra. Exegéticamente, la perspectiva 1 también es débil en la elección para definir “Israel” como la iglesia, un uso que no aparece en ningún otro lugar en la literatura bíblica. La perspectiva 1 también carece teológicamente porque el nombre “Israel” no se aplica a la iglesia en ningún momento de la historia hasta el año 160. Las perspectivas 2 y 3 coinciden gramatical y sintácticamente, exegética y teológicamente en apoyo positivo para esos puntos de vista, tomando kai en su continuativo frecuente o sentido copulativo y mediante la comprensión de “Israel” como una referencia al Israel étnico. La perspectiva 3 muestra su superioridad exegética para ver 2 a través de los seis puntos de Peter Richardson, que desarrollan el carácter étnico de “Israel,”, y recordando la perspectiva escatológica de Pablo para el Israel étnico en Romanos 11:26. Teológicamente, la perspectiva 3 concuerda con la enseñanza de Pablo acerca de dos tipos de israelitas, los creyentes y los no creyentes. Los que persisten en defender la perspectiva 1 presentan un argumento clásico en exégesis tendenciosa.
***
A pesar de la abrumadora evidencia por el contrario, el apoyo persistente permanece en la afirmación de que el término Israel puede referirse correctamente a los creyentes gentiles en la época actual. El apoyo incidental para esto se reivindica en pasajes como Rom 2:28-29; 9:6 y Filip. 3:3, pero el apoyo principal se encuentra en Gálatas 6:16, donde Pablo escribe: “Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel de Dios.” (LBLA). La prestación de la NIV, ilustra el punto, ya que tiene “la paz y la misericordia a todos los que siguen esta regla, incluso al Israel de Dios.”[versión en inglés]. Es obvio de esta representación que el término “el Israel de Dios” se equipara a “todos los que anden conforme a esta regla,” es decir, con los creyentes de la época actual, ya sea Judío o gentil.
Esta representación del versículo sirve bastante bien el objetivo de los que le gustaría encontrar justificación NT para la práctica de la espiritualización de las Escrituras, es decir, el hábito de tomar los textos del Antiguo Testamento con respecto a Israel étnico y remitirlos a la Iglesia NT. [1]
No puedo dejar de pensar que las consideraciones dogmáticas ocupan un lugar preponderante en la interpretación de Gal 6:16. La tenacidad con la que esta aplicación de “el Israel de Dios” a la iglesia se sostiene a pesar de una gran cantidad de evidencia por el contrario nos lleva a pensar que los partidarios de la perspectiva creen que su sistema escatológico, por lo general un esquema amilenial, depende en la referencia de la expresión para el pueblo de Dios, compuesta tanto de creyentes Judíos y gentiles. El Amilenialismo no depende de esta interpretación, pero la perspectiva no parece tener un lugar preciado en la exégesis amilenial.
Al hablar de la opinión de que el término se refiere al Israel étnico, el sentido de que el término Israel tiene en cualquier otro de sus más de sesenta y cinco usos en el Nuevo Testamento y en sus quince usos en Pablo, en tono casi emocional, William Hendriksen, el respetado comentarista reformado, escribe: “me niego a aceptar esa explicación.” [2]
Esto me recuerda al comentario de Irving Kristol, John M. Olin Profesor de Pensamiento Social de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York. En otro orden, dijo una vez: “Cuando nos falta la voluntad de ver las cosas, tal como son en realidad, no hay nada tan misterioso como lo obvio.” Se dice a menudo por estudiosos del NT y AT que los teólogos sistemáticos no prestan suficiente atención al texto y sus detalles exegéticos. La afirmación es demasiada y frecuentemente justificada, pero hay otro aspecto de la cuestión. También puede decirse que los eruditos bíblicos suelen pasar por alto, sin saberlo, sus propias presuposiciones teológicas, falacias lógicas y errores hermenéuticos. A lo que estoy llegando es a lo que se expresa nítidamente por D. W. B. Robinson en un artículo escrito hace unos veinte años: “La cita locuaz de Gal. vi:16 para apoyar la opinión de que “la iglesia es el nuevo Israel” debería ser desafiado vigorosamente. Existe un apoyo de peso para una interpretación limitada.”3 Se puede decir más que esto, en mi opinión. Existe más que un apoyo de peso para una interpretación más limitada. Existe un apoyo abrumador para tal cosa. De hecho, la visión menos probable entre varias alternativas es la opinión de que “el Israel de Dios” es la iglesia.
Me propongo examinar el estado actual de la interpretación de Gal 6:16, luego ofrecer un análisis gramatical, exegético y teológico de las principales interpretaciones sugeridas. Algunas observaciones finales traerá el ensayo a su terminación.

GALATAS 6:16 EN LA INTERPRETACIÓN CONTEMPORÁNEA

PERSPECTIVA UNO: “EL ISRAEL DE DIOS” ES LA IGLESIA
Unas pocas palabras bastarán para el contexto del texto en Gálatas, porque hay un acuerdo general en cuanto a ello. Mientras que otros se jactan de sus conquistas y sus estadísticas en ganar adeptos a su causa legalista, Pablo limitaría su jactancia a la cruz de Cristo, por la que había sido separado del mundo y su espíritu. En Cristo y en la Iglesia de Cristo el tema de la circuncisión ha perdido su relevancia. Él vive en el reino de la nueva creación donde el caminar por el Espíritu prevalece. Para los que andan en consecuencia existe es la bendición de la paz y la misericordia, y eso toca al Israel de Dios. Sus cicatrices en el servicio de Jesús, no la circuncisión, certifican y autentifican su confesión de que su amo es el Señor. Y, justamente, tomando la nota de la gracia con la que comenzó su carta (cf. 1:3), una bendición concluye la epístola. Esto en cuanto a Gal 6:11-18.
Tres interpretaciones principales han caracterizado a la exégesis de Gal 6:16. El primero es la afirmación de que “el Israel de Dios” es simplemente un término descriptivo de la iglesia creyente de la era actual. El término está relacionado con las palabras anteriores: “Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia por sobre ellos,” por un explicativa kai (NASB “y”; NIV, “incluso”), dando prácticamente el sentido de aposición. El Israel de Dios es el cuerpo que andará por la regla de la nueva creación, y que incluyen personas creyentes de las dos entidades étnicas de Judíos y gentiles.
Es bien conocido que Justino Mártir en su Diálogo con Trifón es el primer autor en afirmar una identificación del término Israel con la iglesia.4 De los comentaristas, Crisóstomo es uno de los primeros al parecer en identificar la Iglesia con Israel, afirmando que aquellos que guardan la regla son los “verdaderos israelitas.” 5 Otros que siguen a este punto de vista incluyen a Daniel C. Arichea, Jr., y Eugene Nida, 6 Ragnar Bring, 7 John Calvin,8 R. A. Cole,9 N. A. Dahl,10 Donald G uthrie,11 William Hendricksen,12 Robert L. Johnson,13 M. J. Lagrange,14 Hans K. LaRondelle,15 R. C. H. Lenski,16 J. B. Lightfoot,17 Martin Luther,18 Herman Ridderbos,19 Henrich Schlier,20 and John R. W. Stott.21
La lista de nombres que apoyan este punto de vista es impresionante, aunque las bases de la interpretación son pocos y débiles, a saber, la afirmación de que el kai (NASB “y”; NIV, “incluso”) antes de que el término “el Israel de Dios” es una explicativo o aposicional kai, el hecho de que los miembros de la iglesia pueden ser llamados “la simiente de Abraham” (cf. Ga 3:29), y la afirmación de que si uno ve el “Israel de Dios” como un Israel étnico, creyente se incluirían en la cláusula anterior, “Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos.” 22.
PERSPECTIVA DOS: “EL ISRAEL DE DIOS” ES EL REMANENTE DE ISRAELITAS EN LA IGLESIA
La segunda interpretación importante de Gal 6:16 y “el Israel de Dios” es la opinión de que las palabras se refieren simplemente a israelitas étnicos creyentes de la iglesia cristiana. ¿No Pablo habla de sí mismo como un israelita (cf. Rom 11:1)? Y ¿el apóstol no habla también de “un remanente escogido por gracia de Dios” (cf. 11:5), palabras que claramente en el contexto se refieren a los israelitas creyentes? ¿Qué cosa más apropiada pudo escribir Pablo, se dice, en una obra atacando tan fuertemente a creyentes profesantes judíos, judaizantes, que dejar más claro que él no estaba atacando a los verdaderos creyentes Judíos?. Los Judaizantes se anatematizaron, pero el remanente según la elección de gracia es “el Israel de Dios.” En la conclusión de la Kampfepistel 23 la batalla cesa, una “rama de olivo” 24 se ofrece a los santos amados que son hermanos. La epístola después de un par de líneas concluye apropiadamente en la nota de gracia, “La gracia de nuestro Señor Jesús Cristo sea con vuestro espíritu, hermanos. Amén.”
Tal vez esta expresión, “el Israel de Dios,” contrasta con su expresión en 1 Corintios 10:18, “Israel según la carne” (RV), ya que la verdad, el Israel creyente contra el elemento de incredulidad, como en Rom 9:6 el apóstol distingue dos Israel, uno electo y creyente, el otro no creyente, pero ambos israelitas étnicos (cf. vv. 7-13).
Los nombres en apoyo de esta segunda interpretación no son tan numerosos, pero son importantes para el logro académico. Incluyen Hans Dieter Betz, el autor de un reciente comentario muy significativo y original sobre Gálatas, uno destinado a ser consultado por los estudiantes avanzados de la carta en los próximos años, 25 Charles J. Ellicott, 26 Walter Gutbrod, 27 Adolf Schlatter, 28 y Gottlob Schrenk.29
PERSPECTIVA TRES: “EL ISRAEL DE DIOS ES LA FUTURA NACION REDIMIDA
La tercera de las interpretaciones es la opinión de que la expresión “el Israel de Dios” se utiliza escatológicamente y se refiere al Israel que se convertirá al Señor en el futuro en los acontecimientos que rodean la segunda venida de nuestro Señor. Pablo entonces estaría pensando en la línea de su conocida profecía de la salvación de “todo Israel” en Romanos 11:25-27. Como FF Bruce comenta: “A pesar de su menosprecio por la ley y las costumbres, Pablo tenía la buena esperanza en la bendición final de Israel.”30 Hay algunas variaciones en la expresión de sus puntos de vista, pero los que sostienen que Israel aquí también se refiere o incluye a la nación como un todo que se convertirá al Señor escatológicamente, de acuerdo con Romanos 11, incluyen a FF Bruce, Ernest De Witt Burton, 31 WD Davies, 32 Robert Govett, 33 Franz Mussner, 34 y Peter Richardson.35
Es tal vez apropiado en este punto señalar, simplemente, que el peso de la erudición contemporánea se opone a la interpretación predominante de intérpretes amilenaristas de que “el Israel de Dios” se refiere a la iglesia, compuesta de creyentes judíos y gentiles, aunque la naturaleza subjetiva de este comentario es reconocido por este escritor. Se basa en el hecho de que aquellos que sostienen la segunda y tercera perspectivas se unen en su oposición a la interpretación amilenial imperante.

UN ANÁLISIS DE LAS INTERPRETACIONES CONTRADICTORIAS

PERSPECTIVA UNO: “EL ISRAEL DE DIOS” ES LA IGLESIA
Consideraciones gramaticales y sintácticas. Es necesario comenzar esta parte de la discusión con un recordatorio de un principio hermenéutico básico, pero a menudo descuidado. Es el siguiente: en ausencia de consideraciones exegéticas y teológicas convincentes, debemos evitar los usos gramaticales más raros cuando los comunes tienen sentido.
No tenemos espacio para discutir el alcance semántico de la conjunción griega kai. Las gramáticas estándar manejan el asunto en forma aceptable. Basta con decir, hay varios sentidos bien reconocidos dekai en el NT. El primero y más comúnmente, kai tiene el sentido continuativo o copulativo de y. En segundo lugar, kai tiene con frecuencia el sentido complementario de también. En tercer lugar, kaiocasionalmente tiene el sentido ascensivo de incluso, que da sombra en un sentido explicativo de concretamente.36 El sentido ascensivo, en mi opinión, ha de distinguirse de una un sentido explicativo o epexegetico. Se expresa identificación adicional, aumentada de un término. Por ejemplo, podría decir: “Visité Dallas, incluso visité el Seminario Teológico de Dallas.”
El kai sería un kai ascensivo. Pero supongamos que yo dijera: “Visité Dallas, incluso el hogar del equipo de fútbol americano de los Dallas Cowboys.” El kai, entonces, sería prácticamente un kai aposicional. Se le llamaría explicativo o epexegetico por algunos. El punto que quiero hacer es que la palabra Inglés, incluso tiene múltiples usos también. De hecho, me inclino a pensar que esto puede dar cuenta de las representaciones como el “incluso” de la NIV.
El uso genuino y bastante común incluso en el sentido ascensivo en griego ha sido tomado en Inglés y ha hecho un incluso en el sentido más raro de explicativo o aposición. Debido a que el uso de este último sirve bien a la opinión de que el término “el Israel de Dios” es la iglesia, la preocupación dogmática superó el uso gramatical. Un uso extremadamente raro se ha hecho para sustituir el uso común, incluso a pesar del hecho de que el uso común y frecuente de y hace perfectamente buen sentido en Gal 6:16.
Hay otros usos de kai, como un rotundo y un uso adversativo, pero estos usos son tan raros que podemos colocar la discusión de manera segura.
En cuanto al problema, la primera interpretación mencionada, aquella en la que se conoce el término “Israel de Dios” para la iglesia creyente, consiste en tomar kai en un sentido 37 explicativo e incluso la traducción de la misma. Hay objeciones importantes a este punto de vista. En primer lugar, este uso a la luz de kai en todas las fases de la literatura es proporcionalmente muy poco frecuente, como GB Winer 38 y Ellicott reconocen. Ellicott sostiene que es dudoso que Pablo nunca use kai en “tan marcado sentido explicativo.” 39 No existe nada en los estudios gramaticales recientes e investigaciones que indiquen lo contrario.
Por último, si se tratara de la intención de Pablo de identificar el “ellos” del texto como “el Israel de Dios,” entonces ¿por qué no simplemente eliminar el kai después de “misericordia?” El resultado sería mucho más directo, si Pablo estuviera identificando el “ellos,” es decir, la Iglesia, con el término “Israel.” El versículo quedaría entonces, “Y todos los que andarán por esta regla, la paz sea con ellos y misericordia, sobre el Israel de Dios.” 40 Un argumento podría ser sólidamente hecho para la aposición de “el Israel de Dios” con “ellos,” y la traducción de la NVI podía mantenerse. Pablo, sin embargo, no eliminó el kai.
Estas cosas hacen que sea muy poco probable que la primera interpretación sea preferible gramaticalmente. Debido a que tanto las otras interpretaciones sugeridas no se sobrecargan con estas dificultades gramaticales y sintácticas, son puntos de vista más probables.
Consideraciones exegéticas. Dentro de este apartado se cubre cuestiones de contexto, tanto general como especial, y asuntos de su uso, tanto Paulino como de otro. Nos dirigimos de nuevo a considerar la primera interpretación, a saber, que el “ellos” se refiere al pueblo presente de Dios, y el término “el Israel de Dios” es una descripción más amplia del “ellos.” Desde el punto de vista del uso bíblico esta perspectiva se mantiene condenada. No hay ningún ejemplo en la literatura bíblica del término Israel siendo utilizando en el sentido de la Iglesia, o el pueblo de Dios como compuesto de dos creyentes Judíos étnicos y gentiles. Tampoco, por otra parte, como uno podría esperar si existiese dicho uso, la frase taethn (RV, “los gentiles”) nunca significa el mundo no cristiano en concreto, sino sólo los pueblos no judíos, aunque tales son generalmente no cristianos. 41 Por lo tanto, el uso del término Israel está abrumadoramente opuesto a la primera perspectiva. 42
El uso de los términos de Israel y de la Iglesia en los primeros capítulos del libro de los Hechos está en completa armonía, porque Israel existe allí al lado de la iglesia recién formada, y las dos entidades se mantienen separadas en la terminología.
De vez en cuando, Rom 9:6 ha avanzado en el apoyo de la opinión de que Israel podría incluir a los gentiles. Pablo escribe: “Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel” (LBLA). Pero eso no lo va a hacer, ya que Pablo está hablando aquí sólo de una división dentro de Israel étnico. Algunos de ellos son creyentes y por tanto verdaderamente Israel, mientras que otros, aunque étnicamente israelitas, no son verdaderamente Israel, ya que no se elegidos y creyentes (cf. vv. 7-13). En la referencia de LBLA, las palabras “los descendientes de Israel” se refieren a los descendientes naturales de los patriarcas, de Abraham a través de Jacob, mientras que las primeras palabras, “no todos…son Israel.” limita el sentido ideal de la palabra a los elegidos dentro de la nación, los Isaacs y los Jacobs (cf. Rom 4,12). Ningun gentil se encuentra en la declaración en absoluto. 43
Un libro de cosecha reciente es el de Hans K. LaRondelle, titulado El Israel de Dios en la Profecía: Principios de Interpretación Profética. Lanza un ataque a gran escala sobre las opiniones dispensacionales y conferencias dispensacionalistas por sus lapsos hermenéuticos. En su tratamiento de Gal 6:16, el profesor LaRondelle, un Adventista del Séptimo Día, tiene un número de posiciones insostenibles, dela misma manera que evita en gran medida las dificultades obvias con su esquema de las cosas. Él no entiende el contexto general de Gálatas, primeramente, afirmando que fue escrito por Pablo para rechazar “cualquier estado o pretensión distinta de los judíos cristianos al lado o por encima de la de los cristianos gentiles ante de Dios.” 44 Por el contrario, el apóstol se refiere con la corrección del evangelio predicado a los gálatas por los judaizantes, en particular, su falsa afirmación de que había que circuncidarse para ser salvos y observar como cristianos ciertos requisitos de la ley de Moisés, con el fin de permanecer en el favor divino (cf. Gal 1:6-9; 2:1-3:29; 4:1-31; 5:1-4; 6:11-18). El apóstol no hace intento alguno por negar que haya una distinción legítima de raza entre gentiles y judíos creyentes en la iglesia. Su declaración en Romanos 11:5 debería haber advertido al profesor LaRondelle contra este error. Hay un remanente de judíos creyentes en la iglesia según la elección de gracia. Que el profesor no toma en cuenta el lenguaje cuidadoso de Pablo se ve en su ecuación de términos que difieren. Él cita correctamente la declaración de Pablo de que ‘’no hay ni Judío ni griego’ en Cristo” 45 (cf. Ga 3:28), pero luego en un par de páginas más adelante modifica esto a “‘no hay ni Judío ni griego’ dentro de la Iglesia” 46 (énfasis añadido), como si los términos de Cristo y de la iglesia fuesen idénticos. Este enfoque no llega a ver que Pablo no dice que no hay ni Judío ni griego dentro de la iglesia. Habla de los que están “en Cristo.” Para LaRondelle, sin embargo, en la medida en que no hay ni judío ni griego dentro de la iglesia y en Cristo, no puede haber ninguna distinción entre ellos en la iglesia. Pero Pablo también dice que no hay ni hombre ni mujer, ni esclavo ni hombre libre en Cristo. ¿Él entonces negará las diferencias sexuales dentro de la iglesia? O ¿las diferencias sociales en la época de Pablo? ¿No es claro que Pablo no está hablando de la diferencia nacional o étnica en Cristo, sino de la condición espiritual? En ese sentido, no hay diferencia en Cristo.
En todo el debate de LaRondelle sobre el texto no hay ningún reconocimiento, en lo que pude encontrar, del hecho de que el término Israel nunca se encuentra en el sentido de la iglesia. ¿No es eso algo muy relevante para la interpretación de Gálatas 6:16?
Por último, para resumir su posición, el profesor LaRondelle afirma que, dado que la iglesia es la simiente de Abraham e Israel es la simiente de Abraham, las dos entidades, la Iglesia e Israel, son los mismos. El resultado es un ejemplo clásico de la falacia del medio no distribuido. 47
Consideraciones teológicas. Peter Richardson ha señalado que no hay evidencia histórica que señale que el término Israel se identificara con la iglesia antes del año 160 d.C.. Además, en esa fecha no había ninguna caracterización de la iglesia como “el Israel de Dios.” 48 En otras palabras, por más de un siglo después de Pablo, no había pruebas de la identificación.
Para concluir la discusión de la primera interpretación, parece claro que hay poca evidencia —gramatical, exegética, ó teológica— que lo apoye. Por otro lado, existe evidencia histórica de sana contra la identificación de Israel con gentiles creyentes ó incrédulos. El uso gramatical de kai no es favorable a la perspectiva, ni el uso Paulino o NT de Israel. Por último, si el artículo de DWB Robinson es, básicamente, sano, la enseñanza paulina en Gálatas contiene un reconocimiento de las diferencias nacionales en un único pueblo de Dios. 49
PERSPECTIVA DOS: “EL ISRAEL DE DIOS” SE REFIERE A JUDIOS CREYENTES EN EL DIA DE PABLO
Tal vez sería oportuno limitar la atención a Hans Dieter Betz, debido al amplio reconocimiento de su excelente comentario. El trata al v. 16 como una bendición condicionada a los que andan conforme a la regla de la nueva creación que se menciona en el versículo 15,50 remarcando también en su carácter único en la literatura paulina. Después de una discusión sobre el término “Israel de Dios,” Betz concluye en medio de cierta ambigüedad que la frase se refiere a una bendición sobre aquellos que permanecen Paulinistas fieles en las iglesias de Galacia, incluyendo tanto los de origen gentil y judíos creyentes y étnicos. Su último comentario es: “Por lo tanto, Pablo extiende la bendición más allá de los Paulinists de Galacia hacia aquellos judíos cristianos que aprueban su kanon (“regla”) en el v 15.” 51.
Consideraciones gramaticales y sintácticas. Con el fin de evitar la prolongación de la discusión, y también puesto que la interpretación final tiene muchas similitudes con la segunda, solo unos pocos comentarios están en orden. Hasta donde yo sé, no hay consideraciones gramaticales o sintácticas, que sería contrarias a la opinión de Betz.
El sentido común de kai como continuativo o copulativa, es seguido.
Consideraciones exegéticas. Exegéticamente, la perspectiva es sana, ya que “Israel” tiene su sentido étnico uniforme Paulino. Y aún más, el apóstol alcanza una conclusión culminante muy llamativa. Al acercarse el final de su “epístola de batalla,” con su ataque duro y contundente sobre los judaizantes 52 y su omisión de las palabras usuales de acción de gracias, Pablo templa su lenguaje con una bendición especial por los fieles creyentes israelitas que, comprendiendo de la gracia de Dios y su exclusión de cualquier obra humana como el fundamento de la redención, no habían sucumbido a los halagos sutiles de los judaizantes engañosos. Ellos, no los falsos hombres de Jerusalén, son “el Israel de Dios,” o, como él los llama en otro lugar, “el remanente según la elección de gracia” (cf. Rom. 11:05).
Consideraciones teológicas. Y teológicamente la perspectiva es sana en su mantenimiento de los dos elementos dentro de un único pueblo de Dios, los Gentiles y los Judíos étnicos. Romanos 11 explica los detalles de la relación entre las dos entidades desde los días de Abraham a la edad presente y en el cumplimiento en el futuro de las grandes promesas incondicionales del pacto hechas a los patriarcas.
PERSPECTIVA TRES: “EL ISRAEL DE DIOS” SE REFIERE A ESE CUERPO DE ISRAEL ETNICO QUE ES SALVADO EN EL RETORNO DEL MESÍAS
Consideraciones exegéticas. El tercer punto de vista de “el Israel de Dios,” es decir, que el término es escatológico en vigor y se refiere a “todo Israel” de Romanos 11:26, es una extensión de la interpretación anterior. Toma también, el término “el Israel de Dios” para referirse al Israel étnico pero sitúa su bendición en el futuro. Su salvación fue una gran preocupación de Pablo, como atestigua su ministerio (cf. Rom 9:3-5; 10:1). Una impresionante variedad de intérpretes contemporáneos sostienen este punto de vista, aunque con algunas variaciones menores.
Debido a que Peter Richardson, en gran parte siguiendo a Burton, ha discutido el asunto con cierta amplitud, sus puntos de vista se pondrán de relieve. Tratando de derrocar el concepto erróneo de que “el Israel de Dios” se refiere a la iglesia compuesta tanto de gentiles creyentes y Judíos creyentes, el afirma los siguientes puntos: En primer lugar, el fin único de la paz y la misericordia, probablemente sugerido por las bendiciones judías, en especial la Bendición XIX del Shemoneh Esreh (recensión babilónica), puede ser importante. La oración tiene la orden de paz y misericordia en ella, seguido por una referencia a “nosotros y todo Israel.” 53 Otros pasajes del Antiguo Testamento, como el Salmo 124:5 (= 127:6), ofrecen paralelismos más generales. En esos lugares “Israel” se utiliza étnicamente y, si existe una dependencia Paulina en ellos, probablemente el usó el término étnicamente.
En segundo lugar, el extraño orden de la paz y la misericordia sugiere, como Burton sostuvo, un re-puntuación del texto como comúnmente se editó. Una coma se debe colocar después de “ellos,” y la coma después de “misericordia” que se encuentra en muchas versiones en inglés y 54 en las ediciones del texto griego debe ser eliminada. El texto puede ser traducido como: Y todos los que andarán por esta regla, la paz sea con ellos, y misericordia también sobre el Israel de Dios (o la paz sea con ellos, y misericordia, y sobre el Israel de Dios).
En tercer lugar, Richardson sugiere que el tiempo futuro en “andarán” puede llevar, por analogía, su idea de futuro en la bendición con respecto a la misericordia. En otras palabras, se puede apuntar a la creencia futura de Israel. Esto parece cuestionable para mí.
En cuarto lugar, “el Israel de Dios” es una parte de todo el Israel (cf. Rom 9:6). En quinto lugar, el kai es sólo ligeramente ascendiente, previniendo cualquier inferencia que Pablo en Gálatas está condenando todo sobre Israel. 55 Richardson cree que la presencia del kai es importante y es un fuerte argumento en contra de la opinión de que la Iglesia es el Israel de Dios. Si se omite, entonces ese punto de vista se vería reforzado, pero su presencia reconocida es una importante señal que apunta en otra dirección interpretativa.
En sexto lugar, al igual que Mussner, Bruce, y otros, Richardson ve la expresión como una referencia a una esperada conversión futura del Israel étnico, una visión que Pablo expone en detalle en el gran teodicea de Romanos 9-11.
La Identificación de Mussner de la frase de Pablo con “todo Israel” de Rom 11:26 está en armonía con Richardson. Así también Bruce, quien concluye su discusión con “La invocación de la bendición sobre el Israel de Dios tiene probablemente una perspectiva escatológica” 56
Resumen evaluativo. Gramatical y sintácticamente, esta última opción es sana, si adoptamos la puntuación de Burton del texto o no. Pueden existir algunas dudas respecto a la idoneidad exegética de la perspectiva escatológica.
Eso ciertamente no ha sido uno de los principales énfasis de la epístola a los Gálatas en su conjunto, pero en el contexto inmediato es muy apropiado psicológicamente, proporcionando una nota de esperanza y expectación después de una severa y severa amonestación. Y, además, el pacto de Abraham y sus beneficios han estado constantemente ante los lectores, y todo el AT, así como la revelación anterior del NT testifica su gloriosa consumación futura. Los herederos de la bendición del pacto con Abraham y el reino de Dios, se mencionan sólo unas pocas líneas antes (cf. 5:21), encajan bien con un note escatológica. 57
Teológicamente la perspectiva armoniza con la importante doctrina paulina de que hay dos tipos de israelitas, un creyente y un incrédulo. La enseñanza se establece claramente en pasajes como Rom 2:28-29; 4:11-12; 9:6 y 11:1-36. Gal 6:16 constituye un eslabón más en la enseñanza del apóstol.

COMENTARIOS FINALES

REFLEXIONES SOBRE LA METODOLOGÍA EXEGETICA CONTEMPORÁNEA
No es raro que en nuestros seminarios evangélicos escuchemos exegetas criticando a los teólogos sistemáticos por la tendencia a acercarse al texto bíblico con presuposiciones dogmáticas que predeterminan conclusiones exegéticas. Algunas de estas críticas se justifican, tengo que admitirlo. Los teólogos no vienen al texto sin sus presuposiciones. La medida del buen teólogo, tales como Calvino, Owen, Hodge, un Warfield, un Murray, y una Berkower, es la habilidad con que uno los reconoce, los trata y los identifica y evitan su dominio sobre nosotros.
Lo que no es tan común como debería de ser en nuestras escuelas, sin embargo, es el reconocimiento del hecho de que los exegetas están expuestos a los mismos peligros y al menos tan a menudo sucumben a ellos. La exégesis sin presuposiciones es un espejismo ilusorio, y la exégesis es mejor cuando se reconoce el hecho y trata de protegerse contra él.
Los exégetas frecuentemente son tan culpables de la falsa metodología como el escritor financiero cuya lógica y premisas poco sólidas que el Economista de Londres una vez prolíficamente traspasó comentando que estaba “avanzando desde una suposición injustificada a una conclusión inevitable.” 58
El presente estudio ilustra esto. Si hay una interpretación que se tambalea sobre una base endeble, es la idea de que Pablo iguala el término “Israel de Dios” con la iglesia creyente de Judíos y Gentiles. Para apoyarlo, se ignora el uso general del término Israel en Pablo, en el Nuevo Testamento, y en las Escrituras como un todo. El uso gramatical y sintáctico de la conjunción kai se tensa y se distorsiona –y la sensación rara y poco común aceptada cuando el sentido habitual es insatisfactorio – solamente porque no armoniza con los presupuestos de la exégesis. Y para empeorar las cosas, en el contexto especial de Gálatas y el contexto general de la enseñanza paulina, especialmente como se destaca en Romanos 11, los pasajes primarios de Pablo sobre los tratos de Dios con Israel y los gentiles, se subestiman. Si, como afirma LaRondelle, “La bendición de Pablo en Gálatas 6:16 se convierte, entonces, el principal testigo en el NT en declarar que la iglesia universal de Cristo es el Israel de Dios, la simiente de Abraham, el heredero de la promesa del pacto de Israel (Cf. Gal 3:29; 6:16),” 59 entonces la doctrina que la iglesia de los gentiles y los Judíos es el Israel de Dios se basa en una ilusión. Es un caso clásico de exégesis tendenciosa.
REFLEXIONES SOBRE EL ERROR LÓGICO
Este no es el lugar para profundizar sobre este tema. Se ha hecho bien en otras partes.60 Sin embargo, creo que es permisible sugerir que los exégetas parecen particularmente propensos hoy a falacias lógicas. El argumento del medio no distribuido, mencionado anteriormente, pone de relieve la importancia de un pensamiento claro en la discusión exegética.
REFLEXIONES SOBRE LAS POSICIONES TEOLOGICAS CONTEMPORÁNEAS
Una cierta rigidez en el debate escatológico evangélico surge de nuevo en la discusión de Gal 6:16. Por ejemplo, los amilenialistas parecen desear fuertemente a equiparar “el Israel de Dios” con la iglesia. Algunos amilenialistas, sin embargo, piensan que un futuro étnico de Israel es compatible con su sistema. Un ejemplo de esto se encuentra en el buen trabajo de Anthony A. Hoekema sobre escatología. Él admite que un futuro étnico de Israel con ciertas restricciones sea compatibles con sus puntos de vista amilenialistas, pero argumenta fuertemente en contra de esta interpretación. 61
¿Por qué, entonces, los amilenialistas se oponen tanto en general a un futuro étnico de Israel? Esa no es una pregunta fácil de responder. Puede ser perfectamente concebible que un amilenialista admita que un futuro étnico de Israel al regreso del Señor puede ser adaptado en su sistema. Pero si una interpretación normal del lenguaje del Antiguo Testamento se sigue en este caso, es difícil ver cómo uno puede escapar de la enseñanza aparentemente simple de las muchas profecías del Antiguo Testamento de que la nación de Israel gozará de una preeminencia en ciertos aspectos sobre la gentiles en el reino que sigue al advenimiento de nuestro Señor (cf. Isaías 60:1-4; 62:1-12; Mic 4:1-5; Hag 2:1-7; Zacarías 14:16-21, etc.)
Por otro lado, el argumento del premilenialismo no se basa en la referencia de la expresión “el Israel de Dios” para el Israel étnico redimido aquí. Su argumento contra la práctica exegética de la espiritualización de las Escrituras se debilitaría un poco, pero el apoyo del premilenialismo en la historia de la interpretación escatológica de la Iglesia, en el uso del método gramático-histórico-teológico de la exégesis, y en la interpretación de la Escritura por los profetas y los apóstoles todavía se mantiene firme.
Que la iglesia, entonces, trate de evitar la práctica de defender defendiendo rígida y tendenciosamente sus sistemas. Escuchemos al Espíritu Santo que habla en las Escrituras, y luego vamos a proclamar libremente y poderosamente lo que nos enseñan. Después de todo, Su sistema —y el tal existe— es el mejor.
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*S. * S. Lewis Johnson was a long-time faculty member at both Dallas Theological Seminary and Trinity Evangelical Divinity School as well as a teaching elder at Believers Chapel, Dallas, Texas. Lewis Johnson era un miembro de la facultad por mucho tiempo, tanto en el Seminario Teológico de Dallas y el Trinity Evangelical Divinity School, así como un anciano maestro en Believers Chapel, Dallas, Texas. Este ensayo apareció en Ensayos en Honor a J. Dwight Pentecost, eds. Stanley D. Toussaint and Charles H. Dyer, que fue publicado por Moody Press en 1986. El ensayo se utiliza con permiso de la editorial.
1 Para una defensa de la práctica hermenéutica véase lbertus Pieters, “Darbyism vs. the Historic Faith,” Calvin Forum 2 (May 193 6):25-28; Martin J. Wyngaarden, The Future of the Kingdom in Prophecy and Fulfillment: A Study of the Scope of the “Spiritualization” in Scripture (Grand Rapids: Baker, 1955) 167. Otro ejemplo familiar de la espiritualización se encuentra en la Prophecy and the Church de Oswald T. Allis (Wayne, Pa.: Presbyterian and Reformed, 1974) 149, donde en la discusión de los Hechos 15:12-21 Allis se refiere a la reconstrucción del tabernáculo de David a la reunión de los gentiles en la era de la iglesia.
2 William Hendriksen, Exposition of Galatians, New Testament Commentary (Grand Rap ids: Baker, 1968) 247.
3 DWB Robins on, “The Distinction Between Jewish and Gentile Believers in Galatians,” Australian Biblical Review 13 (1965):29-48.
4 Dialogue with Trypho 11:1-5, etc. 4 Diálogo con Trifón 11:1-5, etc
5 Commentary on the Epistle to the Galatians and Homilies on the Epistle to the Ephesians de S. John Chrysostom, new rev. ed. (London: Walter Smith [Late Mosley], 1884) 98.
6 Daniel C. Arichea, Jr., and Eugene A. Nida, A Translator’s Handbook on Paul’s Letter to the Galatians (Stuttgart: United Bible Societies, 1975) 158-59. Se proporciona ayuda muy decepcionante para el traductor aquí.
7 Ragnar Bring, Commentary on Galatians , trans. 7 trans. Eric Wahlstroin (Philadelphia: Muhlenberg, 1961)
8 John Calvin, The Epistles of Paul the Apostle to the Galatians, Ephesians, Philippians and Colossians, ed. trans. David W. Torrance y Thomas F. Torrance, trad. THL Parker (Grand Rapids: Eerdmans, 196 5) 118. Calvino defiende que el término Israel de Dios “incluye a todos los creyentes, ya sean gentiles o Judios.”
9 RA Cole, The Epistle of Paul to the Galatians: An Introduction and Commentary (Grand Rapids: Eerdmans,1965) 183-84. Un tratamiento superficial en el que el autor parece considerar el término clave como simplemente otra forma de decir “el pueblo de Dios.”
10 NA Dahl, “Der Nam e Israel: I. Zur Auslegung von Gal.6, 16,” Judaica 6 (1950): 161 -70, un artículo de dos partes que contiene un debate con Gottlob Schrenk sobre el significado del término.
11 Donald Guthrie, ed., Galatians, The Century Bible (London: Thomas Nelson, 1969) 161-62. Aunque en relación las condiciones de paz y de Israel al Sal. 125:5, donde este último término se refiere al Israel étnico, Guthrie dice, “Israel parece referirse a las mismas personas que ‘todos los que anden conforme a esta regla,’” es decir, la iglesia.
12 Hendriksen, Exposition of Galatians 246-47.
13 Robert L. Johnson, The Letter of Paul to the Galatians (Austin, Tex.: Sweet, 1969) 179-80. El ha confundido la cuestión de la puntuación correcta del texto.
14 MJ Lagran ge, Saint Paul Epsteaux Galates (Paris Libraire Lecoffre, 1950) 166. Lagrange, sin embargo, niega el sentido explicativo por el cual Lightfoot y otros entienden el kai antes epiton Israel tou theou. Él lo entiende simplemente como copulativo, “poco amplio más grande horizonte.”
15 Hans K. LaRondelle, The Israel of God in Prophecy: Principles of Prophetic Interpretation (Berrien Springs, Mich.: Andrews U., 1983) 108-14. La defensa de LaRondelle de su posición, se hace ostensiblemente según la sana hermenéutica, es defectuosa hermenéutica y lógicamente.
16 R. C. H. Lenski, The Interpretation of Saint Paul’s Epistles to the Galatians, to the Ephesians and to the Philippians (Columbus, Ohio: Wartburg, 1937) 320-21. Lenski toma el kai para expresar “la aposición explicativa.”
17 J. B. Lightfoot, Saint Paul’s Epistle to the Galatians (London: Macmillan, 1896) 224 -25. Lightfoot toma el kai como “epexegetico, es decir, introduce lo mismo bajo un nuevo aspecto” (225). Cf. Heb 11:17.
18 Martin Luther, A Commentary on St. Paul’s Epistle to the Galatians, ed. Philip S. Watson (Westwood, N.J.: Revell, n.d.) 565.
19 Herman N. R idderbos, The Epistle of Paul to the Churches of Galatia, trans. Henry Zylstra (Grand Rapids: Eerdmans, 195 3) 227; cf. also his Paul:: An Outline of His Theology, trans. John Richard de Witt (Grand Rapids: Eerdmans, 1975 ) 336. En ambas obras Ridderbos, por cuya erudición tengo la mayor admiración, admite que Pablo no habla “generalmente,” o “en general” (Pablo) habla de Israel como incluyente de todos los creyentes. De hecho, afirma que Pablo “en general” continua reservando los nombres de “Israel,” “judíos” y “hebreos” para el pueblo judío nacional (Pau l, 336). El uso de Ridderbos de “en general” y “generalmente” es un poco divertido, ya que el admite que Gal. 6:16 es el único ejemplo de este uso (si lo es).
20 Henrich Schlier, Der Brief an die Galater (Gottingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1951) 209. Schlier sigue a Lagrange en su entendimiento de kai.
21 John R. W. Stott, Only One Way: The Message of Galatians (London: InterVarsity, 1968, 1974) 180. Stott takes the kai as “even,” but he also adds that it may be omitted, as the RSV does. Stott toma el kai como “incluso,” pero añade también que puede ser omitido, ya que el RSV lo hace.
22 Este es el argumento de Anthony A. Hoekema en su bien argumentado La Biblia y el Futuro (Grand Rapids: Eerdmans, 1979) 197. Es una observación inteligente, pero poco convincente, especialmente a la luz de Marcos 16:7 y su kai tÇ i PetrÇ i (KJ “y Pedro”). Está claro que el kai puede destacar la atención de alguien especial o algo de un cuerpo o elemento de mayor tamaño.
23 La Descripción de Schrenk de Gálatas en su artículo, “Der Segenwunsch nach der Kampfepistel”Judaica 6 (1950): 170.
24 Cf. Cole, The Epistle of Paul to the Galatians 183.
25 Hans Dieter Betz, Galatians, Hermeneia—A Critical and Historical Commentary on the Bible (Philadelphia: Fortress, 1979) 320-23.
26 Charles J. Ellicott, A Critical and Grammatical Commentary on St. Paul’s Epistle to the Galatians with a Revised Translation (Andover, Mass.; Draper, 18 80) 154 . Valioso para el análisis gramatical, sus comentarios ilustran el hecho de que el antiguo no siempre debe pasarse por alto.
27 Theological Dictionary of the New Testament, sv “Ioudaios, Israel, Ebraios in the New Testament,” by Walter Gutbrod, 3:387-88. Los comentarios de Gutbrod son bastante importantes. Él señala que Pablo “ni podía ni separaría el término de los que pertenecen a Israel por descendencia.” Cf. Rom 11:17-24.
28 Adolf Schlatter, Die Briefe an die Galater, Epheser, Kolosser and Philemon (Stuttgart: Calwer, 1963) 150-51. Él dice que Pablo se refiere aquí en la bendición al Israel que es una nueva creación en Cristo, tal como él es. Pablo hace no olvida sus genuinos hermanos (cf. Rom 11:01; Phil 3:05).
29 En dos artículos importantes Gottlob Schrenk argumenta persuasivamente por la segunda interpretación. Sus comentarios sobre el uso gramatical de kai, así como el uso de Israel y paz (cf. Sal 124:5, LXX; 127:6, LXX), están diciendo. Cf. Gottlob Schrenk , “Was bedeu tet ‘Israel Gottes?”’ Judaica 5 (1949):81-95; “Der Segenwunsch nach der Kampfepistel,” Judaica 6 (1950):170-90. El segundo artículo es una réplica a la respuesta de Dahl para su primer artículo. Me parece Schrenk mucho más convincente.
30 FF Bruce, The Epistle to the Galatians: A Commentary on the Greek Text, The New International Greek Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1982) 275.
31 Ernest De Witt Burton, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Galatians (Edinburgh: T. & T . Clark, 1921) 35 7-59. Burton argumenta a favor de un cambio en la puntuación común del versículo, prefiriendo poner una coma después autous (NASB, “ellos”), señalando que si n eir‘(NASB, “paz”) ​​y eleos (NASB, “misericordia” ) fueron tomados en conjunto, el orden es ilógico, para el efecto se coloca en primer lugar y la causa después. Por otra parte, en la lucha contra la afirmación de que la cláusula final del versículo es explicativa de los que andan conforme a esta regla y por lo tanto compuesta por tanto Judíos y Gentiles en la iglesia, dice, “No existe, de hecho, ningún ejemplo de su uso [de Pablo] con Israel, excepto de la nación judía, o una parte del mismo” (358). Burton toma “y misericordia” como una idea de último momento y las palabras finales, “y sobre el Israel de Dios,” que es una segunda idea de último momento. Él sostiene que el kai (NASB, “y”) tras eleos (NASB, “misericordia”) es ligeramente ascensivo, introduciendo la última cláusula, “y la misericordia sobre el Israel de Dios” (referencia de Burton). Esta última cláusula se traduce a “los que están dentro de Israel, que a pesar de que aún no iluminados son el verdadero Israel de Dios” (ibid.). Su punto de vista se vería reforzado, me parece a mí, si hubiera tomado el primer kai después de “ellos” como copulativo o continuativo y el segundo después de “misericordia,” como coadyuvante, traduciendo el versículo: “Y todos los que andarán por esta regla, la paz sea con ellos, y misericordia también sobre el Israel de Dios.”
32 WD Davies, “Paul and the People of Israel,” New Testament Studies 24:4-39. Davies encuentra específicamente que es difícil ver a Israel aquí como la iglesia de Judíos y gentiles, lo que sería contrario a los usos Paulinos en otros lugares. Él dice: “Si esta propuesta fuera una correcta habría esperado encontrar apoyo para el mismo en Rom. ix -xi donde Pablo trata extensamente con ‘Israel’ “(11 nota). Los puntos de vista de Davies no son muy definidos o claros, pero admite que el deseo de paz en el versículo 16, recordando la Shemoneh Esreh, puede referirse al pueblo judío en su conjunto (10).
33 Robert Govett, Govett on Galatians (Miami Springs, Fla.: Conley and Schoettle, 1981 [ orig. ed., 1872]) 233-36. Govett, el erudito independiente conocido del siglo XIX, y pastor, traduce la cláusula “y sobre el Israel de Dios” a “los hombres renovados de Israel, al cual Dios va a restaurar a sí mismo y a su tierra en días milenarios” (235). Cf. Pss 135:5; 128:5-6; Isa 54:7-8, 10; Mic 7:20.
34 Franz Mussner, Der Galaterbrief (Frieburg: Herders, 1977) 417. El vincula la cláusula con Rom 11:26. Sus comentarios finales son: “So deutet der Apostel in Gal 6, 16 shon an, was er dann in Rom 9–11 explizieren wird. Paulus hat sein Volk nie vergessen” (417). El “Israel de Dios” es idéntico al “todo Israel” de Rom 11:26.
35 Peter Richardson , Israel in the Apostolic Church (Cambridge: Cambridge U., 1969) 74-84. La discusión de Richard hijo es uno de los más largos tratamientos del texto.
36 Schrenk enumera como ejemplos del uso explicativo 1 Cor 8:12; 12:27f.; 14:27; 15:38; 2 Cor. 5:15. El uso se encuentra a menudo en combinación con kai touto, como en 1 Cor 2:2; 5:1; 6:6, 8, 10-11; Rom 13:11; Efesios 2:8; cf. Heb 1:12 1. Un somero estudio de estos casos se pone en duda la validez de algunos de los ejemplos. Cf. F. Blass and A . Debrunner, A Greek Grammar of the New Testament and Other Early Christian Literature, trans. and rev. Robert W. Funk (C hicago: U. of Chicago, 1961) 228-29; Maximilian Zerwick, Biblical Greek Illustrated by Examples, adaptao de la 4a. edicion latina por Joseph Smith (Rome: Scripta Pontificii Instituti Biblici, 1963) 15 2-54. Zerwick esta indeciso sobre Gal 6:16 (154).
37 Cf. Lenski, Interpretation of Saint Paul’s Epistles 320 -21; Lightfoot, Epistle to the Galatians 25; Hoekema, The Bible and the Future 197.
38 GB Winer, A Treatise on the Grammar of New Testament Greek, Regarded as a Sure Basis for New Testament Exegesis, trad. con adiciones por WF Moulton, novena ed. Inglés. (Edinburgh: T. &. T. Clark, 1882) 546.
39 Ellicott, St. Paul’s Epistle to the Galatians 154. 39 También analiza y cuestiona otros de los relativamente ejemplos reivindicados de este uso.
40 Cf. 40 Cf. Schrenk, “Der Segenwunsch ,” Judaica 6 (1950):177-78.
41 Cf. 41 Cf. Jacob Jervell, Luke and the People of God: A New Look at Luke Acts (Minn eapolis: Augsburg, 1972).
42 Cf. Davies, “Paul and the People of Israel” 11, que con los demás afirma el punto de que si Israel aquí debe incluir los creyentes gentiles, uno esperaría encontrar apoyo para esto en Romanos 9-11. Pero ninguno está ahí.
43Cf. Gutbrod, “Israel” 3:387. Él comenta, “Por otro lado, no se n aquí dice aquí que los cristianos gentiles son el verdadero Israel. La distinción en R. 9:6 no va más allá de lo que se presupone en Jn. 1:47, y corresponde a la distinción entre Ioydaios en TC2 kryptÇ2 y loydaios en TC2 phanerÇ2 en R. 2:28 f., Lo cual no implica que Pablo está llamando a los gentiles verdaderos Judíos.”
44 LaRondelle, The Israel of God in Prophecy 108.
45 Ibid.
46 Ibid., 110.
47 Los comentarios de LaRondelle en Gal 6:16 indican poca o ninguna interacción con Burton, en Critical and Exegetical Commentary, el mejor nuevo trabajo técnico en inglés; Bruce en su excelente trabajo Gálatas; Commentary on the Greek Text; o con los artículos de publicaciones periódicas de Dahl, Schrenk y Robinson. El artículo cuidadosamente meditado de Robinson es particularmente apropiado para las preguntas en relación al Gal. 6:16, como su título (“La Distinción entre los creyentes judíos y gentiles en Gálatas”) indica.
48 Richardson, Israel in the Apostolic Church 83. 48 Richardson, Israel en la Iglesia Apostólica 83. Many amillennialists, including LaRondelle, overlook this. Muchos amilenaristas, incluyendo LaRondelle, pasan por alto esto.
49 Cf. Robinson, “The Distinction Between Jewish and Gentile Believers in Galatians,” especially 47-48.
50 Betz, Galatians 320-21.
51 Ibid., 323.
52 La fuerza de 1:8-9 y su “sea anatema” es muy fuerte, ya que el anatema que se refiere en última instancia a aquel bajo la maldición divina. En Romanos 9:3 Pablo dice que él podía orar para ser anatema, separado de Cristo, es decir, consignado al Gehena, si su pueblo se salvara con su sacrificio. En otras palabras, es casi como si Pablo estuviera diciendo: “Si alguno os anunciare otro evangelio diferente, que vaya al infierno!” Gálatas duda es un “Kam pfepistel!”
53 Cf. Richards sobre, Israel in the Apostolic Church 78-80.
54 Contrasta la NASB.
55 Cf. Burton, Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Galatians 358.
56 Bruce, Galatians: Commentary on the Greek Text 275.
57 Varias cuestiones lingüísticas prestan más apoyo a una perspectiva escatológica. Además de la mención de la frase “el reino de Dios,” el uso frecuente del concepto de la promesa en la carta (cf. 3:14, 16, 17, 18 [dos veces], 19, 21, 22, 29; 4:23, 28) y el concepto de herencia (cf. 3:14, 18, ​​29, 4:1, 7, 30, 5:21), relacionados como están con el pacto de Abraham, acentúan la perspectiva de futuro. Y por último, ¿hay importancia en el hecho de que el termino herencia en Romanos 11 se relaciona por Pablo a la obra salvadora de Dios para con la nación de Israel en el futuro? El concepto se encuentra en 11:30, 31, y 32 en los dos sustantivos y formas verbales. Y aqui en Gálatas 6:16 el concepto aparece también.
58 Steward Chase, Guides to Straight Thinking: With 13 Common Fallacies (New York: H 60Cf. D . A. Carson, Exegetical Fallacies (Grand Rapids: Baker, 1984) 91-126.
61 Hoekema, The Bible and the Future 146-47. El también añade algunas restricciones a la percepción común de un futuro para Israel. Refiriéndose a Rom 11:26 dice, “No hay nada en el pasaje que descarte tal conversión futura o dichas conversiones futuras, siempre y cuando uno no insista en que el pasaje señale sólo al futuro, o que describa un conversión de Israel, que se produce después de que la plenitud de los gentiles se ha reunido” (147). Esto, por supuesto, es justo lo que Romanos 11: 25 -27 si hace. Apunta hacia el futuro, y la conversión de Israel es colocada por el apóstol después de la reunión de los gentiles. Es, por lo tanto, es muy difícil para Hoekema incluir una futuro étnico de Israel en su esquema amilenial. arper & Row, 1956) 122 59 LaRondelle, The Israel of God in Prophecy 110-11. arper & Row, 1956).
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  1. José S. PERMALINK
    9 enero 2015 9:56 pm
    El teólogo S. Lewis Johnson, Jr. un buen defensor de la división de Israel y la iglesia, él nos dice que en Gálatas 6:16 “el Israel de Dios” no es título para la iglesia sino para el Israel verdadero que se convertirá en el futuro. También presenta un buen énfasis en la palabra griega “και” con sus diferentes usos que es la que se encarga de separar este título a los gentiles. Citamos de él:
    Consideraciones exegéticas. El tercer punto de vista de “el Israel de Dios,” es decir, que el término es escatológico en vigor y se refiere a “todo Israel” de Romanos 11:26, es una extensión de la interpretación anterior. Toma también, el término “el Israel de Dios” para referirse al Israel étnico pero sitúa su bendición en el futuro. Su salvación fue una gran preocupación de Pablo, como atestigua su ministerio (cf. Rom 9:3-5; 10:1). Una impresionante variedad de intérpretes contemporáneos sostienen este punto de vista, aunque con algunas variaciones menores.
    En cuarto lugar, “el Israel de Dios” es una parte de todo el Israel (cf. Rom 9:6). En quinto lugar, el kai es sólo ligeramente ascendiente, previniendo cualquier inferencia que Pablo en Gálatas está condenando todo sobre Israel. 55 Richardson cree que la presencia del kai es importante y es un fuerte argumento en contra de la opinión de que la Iglesia es el Israel de Dios. Si se omite, entonces ese punto de vista se vería reforzado, pero su presencia reconocida es una importante señal que apunta en otra dirección interpretativa.
    Vemos que hay un fuerte énfasis de la salvación de los judíos en el futuro, que es lo que explica en sus pasajes citados. Por mi parte no niego que Israel tendrá su conversión en su debido tiempo, pero lo importante es que en Gálatas no se está hablando de ningún futuro de Israel como nación. Se debe sugerir que cierta idea tentativa Johnson es una simple distracción para enfocarnos que este título “el Israel de Dios” pertenece solo al Israel futuro. Pero en versículos anteriores de este misma carta nos dice lo siguiente: “Por tanto, sepan que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham” (Gá. 3:7 8). “Así que, los que son de la fe son bendecidos con Abraham, el creyente”. (Gá. 3:9). “Y si ustedes son de Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa”. (Gá. 3:29). Este capítulo tres es muy contundente para no tomarlo en cuenta. Pero es el problema de Johnson él no cita para nada estos pasajes; sino lo contrario se va otra carta de Pablo para explicar este asunto. En su artículo nos enseña:
    Romanos 9:6 “los descendientes de Israel” se refieren a los descendientes naturales de los patriarcas, de Abraham a través de Jacob… “no todos…son Israel.” limita el sentido ideal de la palabra a los elegidos dentro de la nación, los Isaac y los Jacob (cf. Rom 4,12). Ningún gentil se encuentra en la declaración en absoluto.
    Realmente me causa tristeza ver esta cita que su puestamente respalda su argumento. SOLO DESENDIENTE NATURALES, DE ABRAHAM A TRAVES DE JACOB, si esto es lo que implica para Israel, entonces por qué el mismo Pablo llama a los mismos gentiles en gálatas: “bendecidos”, “hijos”, “descendencia” y “herederos” de Abraham, según la promesa. Johnson pasa por alto en su supuesta exegesis estos versos de la carta que él analiza. Debo agregar también que la presumida base de romanos 9 no respalda de ninguna manera su argumento. Hablando él de Romanos 9 “Ningún gentil se encuentra en la declaración en absoluto”, pues no se encuentra porque él mismo está cortando el capítulo a su manera y rechazando los versos restantes. Es crucial ver el capítulo entero y no córtalo para proclamar supuestos absolutos. La armonía de del capítulo nueve resalta la soberanía de Dios en su elección incondicional, Pablo muestra como Dios selecciona a su propio pueblo. Como introducción muestra dos elecciones. La primera elección que nos muestra Pablo es la de Isaac, más no de los otros hijos de Abraham, luego es seleccionado Jacob y no su hermano mellizo, Y aquí en adelante en los versos se encuentra un desarrollo impresionante (v. 14-23) donde se recalca: “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y tendré compasión del que yo tenga compasión” (v.15), “Así que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece” (v.18), “Lo hizo para dar a conocer las riquezas de Su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano El preparó para gloria, (v. 23). Lugo Pablo introduce de este pueblo selecto por Dios se encuentra los gentiles: “es decir, nosotros, a quienes también llamó, no sólo de entre los Judíos, sino también de entre los Gentiles”. (9:24) Pablo continua dando énfasis citando a Oseas e Isaías: “a los que no eran mi pueblo, llamare: pueblo mío, y al que no era amada: amada mía” (v. 25a), “aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, solo el remanente será salvo (v. 27ª). Es muy notorio lo que Pablo comunica, tememos confianza para decir que el Israel de Dios es de judíos y gentiles. El mismo Dios ha seleccionado su propio pueblo que es el “Israel verdadero”, su remanente, que repito: entre judíos y gentiles. Al no cortar el texto podemos decir que Johnson ha errado en su argumento, al declarar un absoluto que no existe. Por la dudas para terminar resumo con cuatro texto de este capítulo nueve donde muestra la evidente verdad.
    Romanos 9:6 Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel;
    9:18 Así que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece.
    9:24 es decir, nosotros, a quienes también llamó, no sólo de entre los Judíos, sino también de entre los Gentiles.
    9:25-26 Como también dice en Oseas: a los que no eran mi pueblo, llamare pueblo mío, y al que no era amada: amada mía y sucederá en aquel lugar donde se les dijo: usted no son mi pueblo, allí serán llamados hijos del Dios viviente.