i. Había tres circunstancias en el Antiguo Testamento en las cuales se rociaba sangre sobre las personas.
• El establecimiento del Sinaí o el pacto (Éxodo 24:5-8).
• En la ordenación de Aarón y sus hijos (Éxodo 29:21).
• En la ceremonia de la purificación de un leproso limpiado. (Levítico 14:6-7).
ii. ser rociados con la sangre de Jesucristorealiza en nosotros las mismas cosas. Primero, un pacto es formado, después, somos ordenados como sacerdotes para El, y finalmente, somos limpiados de nuestra corrupción y pecado. Cada una de estas cosas son nuestras por medio de la obra de Jesús en la cruz.
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