miércoles, 19 de noviembre de 2014

Thom S. Rainer. Soy miembro de la iglesia: La actitud que marca la diferencia. Nashville, TN: B&H, 2013. 96 pp. $ 6.99.
Las estadísticas actuales son apremiantes. La iglesia no está creciendo, sino reduciéndose. Podemos apuntar el dedo en cualquier dirección: la cultura secular, la política impía, los miembros hipócritas, o a los pastores a los que no les preocupa. Sin embargo, al final, cada miembro de la iglesia debe tomar la responsabilidad.
Soy miembro de la iglesia. Y apuesto a que usted también. Pero, ¿somos el tipo de miembro que cambiará estas tristes estadísticas? En alguna ocasión no he estado satisfecho con alguna iglesia. Y apuesto a que usted también. La insatisfacción es tan antigua como el jardín del Edén, y se inicia cuando hago que mis deseos y preferencias sean lo principal. Por supuesto, esta actitud se presenta en muchas formas. Decimos y pensamos cosas como: "No conecto con el mensaje",  "La música es demasiado ______",  "Nadie me saluda", "nuestro pequeño grupo parece artificial", "hay demasiados hipócritas".
¿Suenan críticos estos ejemplos? Espero que no. Simplemente admito lo que he dicho en alguna ocasión.
Por decirlo de manera simple, cada uno de nosotros o bien pensamos de forma bíblica en la membresía de la iglesia, o bien no lo hacemos. O bien servimos, o bien nos servimos a nosotros mismos. O bien somos miembros funcionales, o quejicas disfuncionales.
Soy miembro de la iglesia nos empuja a preguntarnos, "¿Qué tipo de miembro soy?" A lo largo de este libro nos sometemos a una robusta valoración de la membresía de la iglesia, en la que Thom Rainer, presidente y jefe ejecutivo de LifeWay Christian Resources, nos invita a tomar seis compromisos con cuidado y oración. Durante esta evaluación, la Escritura da forma a la sabiduría de Rainer, a la vez que se fija la mirada del lector en Cristo, la cabeza de la iglesia. Y con cada compromiso, nos impulsa hacia el auto-examen, separando la diferencia entre una membresía de la iglesia insatisfecha y una funcional.

Una nueva actitud

Por decirlo en una palabra, la diferencia entre ambas es la actitud. La insatisfacción se produce cuando las expectativas sesgadas, junto con un entendimiento mal alineado, suplantan el propósito de la iglesia La imagen que da Rainer sobre un club de campo ayuda en esto. La membresía a un club de campo incluye beneficios y privilegios. Implica una mentalidad de servicio al cliente. No se trata de servir, sino de ser servido. Desafortunadamente, a menudo importamos esta idea de lo que es una membresía a la iglesia.
Para corregir este error en el concepto de membresía, necesitamos revisar nuestra actitud, ya que es esta actitud la que altera nuestra identidad.
Un miembro funcional de la iglesia se caracteriza por el amor, la generosidad y el servicio. Para llegar a ser y mantenerse siendo un miembro así, Rainer nos exhorta a "dar abundantemente y servir sin dudar" (14). De hecho, los miembros funcionales de una iglesia se caracterizan por actitudes de unidad, servicio y oración.

Una actitud unificada

Aún más, los miembros de la iglesia están unidos; detestan los chismes y cultivan el perdón. Rainer exhorta al lector a cortar de raíz los chismes y reprender con amabilidad a aquellos que los esparcen. En cuanto al perdón, escribe: "La unidad en la iglesia no va a suceder si los miembros tienen corazones que no perdonan" (28). En iglesias llenas de pecadores imperfectos, a menudo es necesario el perdón, y este comienza y se sostiene por el mismo Cristo.

Una actitud de servicio

Todos tendemos a hacer que la iglesia se trate de nuestras preferencias y deseos, y las actitudes de servirse a uno mismo son con frecuencia producto de una iglesia que se enfoca hacia dentro. Este libro es deseable por la investigación que Rainer comparte acerca de tales iglesias; de hecho, le ayudará a saber si está en una. Sin embargo, si este es el caso, no huya; conviértase en un agente del cambio y póngase en último lugar, no en el primero. Rainer elogia este tipo de paciencia: "El verdadero gozo está en abandonar nuestros derechos y preferencias y servir a todos los demás" (36).

Una actitud de oración

Los miembros de la iglesia también oran por el ministerio de sus líderes, por sus familias, su protección y su salud. Nuestro enemigo tiene toda la intención de atrapar a los líderes de la iglesia, y, por desgracia, a veces tiene éxito. "No debemos sorprendernos, pues, cuando oímos hablar del fracaso moral de un pastor", escribe Rainer. "Estamos dolidos y con el corazón quebrantado, pero no sorprendidos" (49). La intercesión por los líderes de la iglesia es, por tanto, importante, ya que los aisla de algunos tipos de tentaciones.

Dios está interesado en Su Iglesia

Afortunadamente, a pesar de nuestros fallidos intentos anteriores por ser miembros funcionales de la iglesia, Dios tiene un interés mayor en revisar y cambiar nuestras malas actitudes, para su gloria y el bien de la iglesia. Cuando Dios convierte a miembros insatisfechos en funcionales, unidos, serviciales y que oran, la diferencia es impactante. Y uno por uno, la iglesia se transforma.
Pero todo este cambio queda sin propósito si no puede mantenerse. Los miembros funcionales deben reproducirse en otros miembros funcionales que se unan constantemente al tesoro de la iglesia de Dios.
Rainer propone algunas maneras en que esta reproducción puede ser más fácil de lograr. En primer lugar, los miembros funcionales deben conducir bien sus familias. Esto implica orar juntos, adorar juntos, y fomentar el amor por la congregación. En segundo lugar, los miembros funcionales ven su membresía como un regalo. "No es una obligación legalista. No es las ventajas de un club de campo. No es una licencia para tener derecho ", escribe Rainer. "Es un regalo. Un regalo de Dios. Un regalo que debemos atesorar con gran alegría y anticipación "(71). Esto implica plena participación en la vida de la iglesia. En tercer lugar, los miembros funcionales defienden la importancia de las iglesias locales. Al apelar especialmente a la obra del Espíritu en Hechos, Rainer resuelve a fondo esta disputa: un compromiso vago con la iglesia universal es insuficiente. Como él concluye: "La Biblia es clara en cuanto a que hemos de estar conectados con una iglesia en un contexto específico" (72).

Haga el compromiso

Con los libros cortos, siempre existe la tentación de leer demasiado rápido, dejando al final al lector con una experiencia inefectiva. ¡No permita que le pase con este libro! Tómese su tiempo con estos seis capítulos. Cada uno termina con un compromiso y unas preguntas para discutir, e invito a los lectores a encontrar un grupo o amigo con quien utilizar estos puntos para una mayor reflexión. De hecho, las iglesias se beneficiarán especialmente de utilizar este recurso en grupos pequeños y en los ámbitos del discipulado.
Tal vez ya se haya dado cuenta a estas alturas, pero yo mismo solía ser un miembro insatisfecho de la iglesia. Aunque me alegro de haber dejado eso atrás, desde luego la transición no fue fácil. Sin embargo, probablemente la habría hecho mucho antes si este libro hubiese existido alrededor del año 2000. Afortunadamente, ahora está disponible. No se lo pierda; saque beneficio a Soy miembro de la iglesia de Thom Rainer.
Este articulo fue publicado originalmente el 17 de julio 2013 para The Gospel Coalition. Traducido por Manuel Bento.
Joey Cochran es un graduado del Seminario de Dallas y un interno de la plantación de iglesias en Redeemer Fellowship en St. Charles, Illinois, bajo la supervisión del pastor Joe Thorn.

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