martes, 26 de agosto de 2014

 Por R.C Sproul
Como declaró David en el Antiguo Testamento: “He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.” (Sal. 51:5). No estaba diciendo que era pecaminoso por que su madre tuvo hijos, ni estaba diciendo que había hecho algo mal por haber nacido. Más bien, fue el reconocimiento de la condición humana de la naturaleza caída —esa condición que era parte de la experiencia de sus padres, una condición que él mismo trajo a este mundo. Por lo tanto, el pecado original tiene que ver con la naturaleza caída de la humanidad. La idea es que no somos pecadores porque pecamos, sino que pecamos porque somos pecadores.

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