jueves, 19 de enero de 2012

Seis breves reglas para los creyentes Nunca descuides la oración privada diaria; y cuando ores, recuerda que Dios está presente y que El oye tus oraciones. (Hebreos 11:6) Nunca descuides la lectura diaria de la Biblia en privado, y cuando leas recuerda que Dios te está hablando y que debes creer y actuar sobre lo que El dice. Creo que toda defección comienza por el descuido de estas dos reglas. (Juan 5.39) Nunca dejes pasar un día sin intentar hacer algo por Jesús. Reflexiona cada noche sobre lo que Jesús ha hecho por ti, y entonces pregúntate: ¿Qué estoy haciendo por El? (Mateo 5.13-16) Si tienes dudas de si una cosa es buena o mala, ve a tu habitación, arrodíllate y pide la bendición de Dios para esa cosa. Si no puedes hacerlo, es mala. (Romanos 14.23) Nunca tomes tu cristianismo de los cristianos, ni argumentes que porque tales y cuales personas hacen esto o aquello, tú también puedes (2 Corintios 10.12). Lo que has de preguntarte es: "¿Qué haría Cristo en mi lugar?", y luego esfuérzate en seguirle. (Juan 10.27) Nunca hagas caso del sentimiento de éste contradice la Palabra de Dios. Pregúntate: "¿Puede ser verdadero lo que siento, si la Palabra de Dios es verdadera?" Y si ambos no puedes ser verdad, entonces cree a Dios y acepta que tu corazón es engañoso. (Romanos 3.4; 1 Juan 5.10-.11) Brownlow North. Publicado por Edi en 19:46 0 comentarios Etiquetas: Brownlow North, Exhortación sábado 14 de enero de 2012 Sobre el chisme en la iglesia "¿No sería una gran degradación de tu oficio si mantuvieras un ejército de espías en tu nómina para informarte sobre todo lo que tu gente habla sobre ti? Y es básicamente lo mismo si permites que ciertos personajes vengan a ti con los más recientes chismes . Espanta tales criaturas. Aborrece tales sirvientas chismorreosas de la discordia y hacedores de maldad. Los que traen también llevan y sin duda los chismes van de casa en casa reportando cada observación de tus labios con abundancia de adornos adicionales. Recuerda que, así como el que recibe es tan malo como el ladrón, el que escucha el escándalo comparte en la culpa. Si no hubiesen oídos no habrían lenguas murmuradoras. Mientras seas comprador de calumnias, la demanda creará oferta y las factorías de falsedades trabajarán a toda marcha. Nadie quiere hacerse procreador de mentiras, no obstante, quien escucha tales difamaciones con placer y las cree con prontitud, ciertamente engendrará muchos de estos hijos a vida." C. H. Spurgeon, dicho a sus estudiantes pastolares. Publicado por Edi en 19:39 0 comentarios Etiquetas: Spurgeon "Cuídate del pecado, alma mía." “Cuando veo dentro de mi corazón y percibo su infinita maldad , creo que es un abismo más profundo que el infierno. Cuando oro, peco; cuando predico, peco; tengo que arrepentirme de mi arrepentimiento; y mis lágrimas necesitan lavarse en la sangre de Cristo.” Jonathan Edwards Publicado por Edi en 19:13 0 comentarios Etiquetas: Jonathan Edwards viernes 13 de enero de 2012 No lo que mis manos han hecho "No lo que mis manos han hecho puede salvar mi alma culpable; No lo que el trabajo duro de mi carne ha soportado puede restaurar mi espíritu . No lo que siento o hago puede darme paz con Dios; No todas mis oraciones, suspiros y lágrimas pueden soportar mi terrible carga. Tu voz solamente, Señor, puede hablarme de gracia; Tu poder solamente, Hijo de Dios, puede borrar todos mis pecados. Ninguna obra sino la Tuya, no hay otra sangre que lo haga; Ninguna fuerza sino la tuya puede soportarme de forma segura. Alabo al Cristo de Dios; descanso en el divino amor; Y con inalterable labio y corazón le llamo Salvador mío. Mi Señor ha salvado mi vida y me ha dado gratuito perdón; Lo amo porque Él me amo primero, yo vivo porque Él vive." 'Not what my hands have done' Horatius Bonar (1861) Publicado por Edi en 05:32 0 comentarios Etiquetas: Himno, Horatius Bonar jueves 12 de enero de 2012 Ora, aunque el infierno se oponga “El pueblo de Dios no ignora las muchas tretas, trucos y tentaciones que el diablo usa para hacer que una pobre alma, verdaderamente deseosa de tener al Señor Jesucristo, llegue a cansarse de buscar el rostro de Dios, y a pensar que Él no quiere tener misericordia de ella. “Sí”, dice Satanás, “puedes orar cuanto quieras, pero no prevalecerás. Mira tu corazón: duro, frío, torpe y embotado. No oras con el Espíritu, no oras con verdadero fervor; tus pensamientos se van tras otras cosas cuando aparentas estar orando a Dios. Fuera, hipócrita; basta ya; es en vano que sigas luchando.” He aquí, pues, que si el alma no está bien avisada, clamará al momento: “¡El Señor me ha abandonado, mi Dios me ha olvidado!” Mientras que la que está debidamente informada e iluminada dice: “Bien, buscaré al Señor y esperaré; no cejaré, aunque no me diga ni una palabra de consuelo. Él amaba apasionadamente a Jacob, pero le hizo luchar a brazo partido antes de obtener la bendición.” Los aparentes retrasos en Dios no son pruebas de su desagrado; a veces es posible que oculte su rostro de los santos que más ama. Le agrada en extremo mantener a los suyos en oración, y hallarles continuamente llamando a la puerta del cielo. Acaso sea, dice el alma, que el Señor me prueba, o que le agrada oír cómo le presento, gimiendo, mi condición. Sigue leyendo... » Publicado por Edi en 21:52 0 comentarios Etiquetas: Exhortación, John Bunyan, Oración Mi Dios llegó hasta mí

Seis breves reglas para los creyentes

  1. Nunca descuides la oración privada diaria; y cuando ores, recuerda que Dios está presente y que El oye tus oraciones. (Hebreos 11:6)
  2. Nunca descuides la lectura diaria de la Biblia en privado, y cuando leas recuerda que Dios te está hablando y que debes creer y actuar sobre lo que El dice. Creo que toda defección comienza por el descuido de estas dos reglas. (Juan 5.39)
  3. Nunca dejes pasar un día sin intentar hacer algo por Jesús. Reflexiona cada noche sobre lo que Jesús ha hecho por ti, y entonces pregúntate: ¿Qué estoy haciendo por El? (Mateo 5.13-16)
  4. Si tienes dudas de si una cosa es buena o mala, ve a tu habitación, arrodíllate y pide la bendición de Dios para esa cosa. Si no puedes hacerlo, es mala. (Romanos 14.23)
  5. Nunca tomes tu cristianismo de los cristianos, ni argumentes que porque tales y cuales personas hacen esto o aquello, tú también puedes (2 Corintios 10.12). Lo que has de preguntarte es: "¿Qué haría Cristo en mi lugar?", y luego esfuérzate en seguirle. (Juan 10.27)
  6. Nunca hagas caso del sentimiento de éste contradice la Palabra de Dios. Pregúntate: "¿Puede ser verdadero lo que siento, si la Palabra de Dios es verdadera?" Y si ambos no puedes ser verdad, entonces cree a Dios y acepta que tu corazón es engañoso. (Romanos 3.4; 1 Juan 5.10-.11)

Brownlow North.

sábado 14 de enero de 2012

Sobre el chisme en la iglesia

"¿No sería una gran degradación de tu oficio si mantuvieras un ejército de espías en tu nómina para informarte sobre todo lo que tu gente habla sobre ti? Y es básicamente lo mismo si permites que ciertos personajes vengan a ti con los más recientes chismes . Espanta tales criaturas. Aborrece tales sirvientas chismorreosas de la discordia y hacedores de maldad. Los que traen también llevan y sin duda los chismes van de casa en casa reportando cada observación de tus labios con abundancia de adornos adicionales. Recuerda que, así como el que recibe es tan malo como el ladrón, el que escucha el escándalo comparte en la culpa. Si no hubiesen oídos no habrían lenguas murmuradoras. Mientras seas comprador de calumnias, la demanda creará oferta y las factorías de falsedades trabajarán a toda marcha. Nadie quiere hacerse procreador de mentiras, no obstante, quien escucha tales difamaciones con placer y las cree con prontitud, ciertamente engendrará muchos de estos hijos a vida."

C. H. Spurgeon, dicho a sus estudiantes pastolares.

"Cuídate del pecado, alma mía."

“Cuando veo dentro de mi corazón y percibo su infinita maldad , creo que es un abismo más profundo que el infierno. Cuando oro, peco; cuando predico, peco; tengo que arrepentirme de mi arrepentimiento; y mis lágrimas necesitan lavarse en la sangre de Cristo.”

Jonathan Edwards

viernes 13 de enero de 2012

No lo que mis manos han hecho

"No lo que mis manos han hecho puede salvar mi alma culpable;
No lo que el trabajo duro de mi carne ha soportado puede restaurar mi espíritu .
No lo que siento o hago puede darme paz con Dios;
No todas mis oraciones, suspiros y lágrimas pueden soportar mi terrible carga.

Tu voz solamente, Señor, puede hablarme de gracia;
Tu poder solamente, Hijo de Dios, puede borrar todos mis pecados.
Ninguna obra sino la Tuya, no hay otra sangre que lo haga;
Ninguna fuerza sino la tuya puede soportarme de forma segura.

Alabo al Cristo de Dios; descanso en el divino amor;
Y con inalterable labio y corazón le llamo Salvador  mío.
Mi Señor ha salvado mi vida y me ha dado gratuito perdón;
Lo amo porque Él me amo primero, yo vivo porque Él vive."


'Not what my hands have done'
Horatius Bonar (1861)





jueves 12 de enero de 2012

Ora, aunque el infierno se oponga

“El pueblo de Dios no ignora las muchas tretas, trucos y tentaciones que el diablo usa para hacer que una pobre alma, verdaderamente deseosa de tener al Señor Jesucristo, llegue a cansarse de buscar el rostro de Dios, y a pensar que Él no quiere tener misericordia de ella. “Sí”, dice Satanás, “puedes orar cuanto quieras, pero no prevalecerás. Mira tu corazón: duro, frío, torpe y embotado. No oras con el Espíritu, no oras con verdadero fervor; tus pensamientos se van tras otras cosas cuando aparentas estar orando a Dios. Fuera, hipócrita; basta ya; es en vano que sigas luchando.” He aquí, pues, que si el alma no está bien avisada, clamará al momento: “¡El Señor me ha abandonado, mi Dios me ha olvidado!” Mientras que la que está debidamente informada e iluminada dice: “Bien, buscaré al Señor y esperaré; no cejaré, aunque no me diga ni una palabra de consuelo. Él amaba apasionadamente a Jacob, pero le hizo luchar a brazo partido antes de obtener la bendición.” Los aparentes retrasos en Dios no son pruebas de su desagrado; a veces es posible que oculte su rostro de los santos que más ama. Le agrada en extremo mantener a los suyos en oración, y hallarles continuamente llamando a la puerta del cielo. Acaso sea, dice el alma, que el Señor me prueba, o que le agrada oír cómo le presento, gimiendo, mi condición.

Mi Dios llegó hasta mí

No hay comentarios:

Publicar un comentario