miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lectura Bíblica: 2 Corintios 4:1-6
El famoso predicador del siglo pasado Donald Grey Barnhouse Th.D (1895 – 1960) hizo la siguiente pregunta ¿Cómo luciria una ciudad si el diablo tomara control total sobre ella? La respuesta fue: «Todos los bares cerrarían, la pornografía se devanecería, las calles relucientes estarían llenas de personas bien arregladas que sonreían el uno al otro. Los niños dirían: “Sí, señor”, “No, señora”, y las iglesias estarían llenas cada domingo… Sólo que Cristo no sería predicado en ellas».
El diablo estaría dispuesto a promover la moral, la religión, siempre y cuando eso los mantuviera alejados del mensaje del evangelio cuyo centro es Cristo y este crucificado. Atrevés de toda la historia ese ha sido el foco de su ataque y nosotros no hemos sido la excepción. Nunca ha sido fácil predicar el Evangelio y nunca lo será. La iglesia de Cristo ha tenido que pagar un precio muy alto por ser fiel a la encomienda que el Señor nos dejó de ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Satanás aborrece ese mensaje con todas las fibras de su ser.

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