Algunos cristianos piensan que Proverbios es un libro de promesas positivas cuyo cumplimiento es garantizado por Dios siempre y cuando hagamos nuestra parte. De acuerdo a esta premisa, Proverbios 22:6 asegura a los padres que si crían a sus hijos correctamente, estos se volverán piadosos y nunca se rebelarán.
De manera similar, otros pasajes son reclamados como una promesa de prosperidad material para aquellos que trabajan duro (Proverbios 10:412:112713:41122:29). Y otros son tomados como una garantía de prolongación de la vida para los que viven en obediencia (Proverbios 3:1-24:109:11;10:27).
Pero, ¿podemos decir que estas supuestas promesas siempre se cumplen? Creo que todos sabemos que existen padres piadosos cuyos hijos se comportan mal. También conocemos casos de personas que a pesar de trabajar duro son pobres. E igualmente estamos al tanto de creyentes ejemplares que mueren jóvenes, como el misionero David Brainerd, quien murió a los 30 años de edad.
Debido a estas aparentes inconsistencias podríamos cometer el error de cuestionar la validez, el beneficio, o la relevancia de los Proverbios. La buena noticia es que este problema puede solucionarse fácilmente si tan sólo entendemos qué son los Proverbios y cuál es su propósito.

¿Qué son los Proverbios?

El igualar cualquier proverbio con una promesa es un error frecuente y fundamental al interpretar los proverbios. ¿Por qué? Porque la mayoría de los proverbios no corresponden a leyes inflexibles o promesas absolutas sino más bien a expresiones de verdad general. En otras palabras, son declaraciones generalizadas de lo que suele ser cierto en la vida. Por consiguiente es verdad que los que viven de manera sabia y esforzada generalmente son bendecidos con éxito en la crianza de los hijos, con prosperidad en las finanzas y con una vida larga y útil. El necio, por otra parte, usualmente puede esperar problemas en esta vida por su oposición a los principios de la sabiduría de Dios.

¿Cuál es el propósito de los Proverbios?

En su libro, “Practicando los Proverbios” Richard Mayhue señala que el propósito de este libro de sabiduría es “responder a la pregunta universal, ‘¿Cómo debo vivir mi vida?’” Y añade que, “no se centra tanto en la forma en que un individuo puede ser exitoso y auto-realizado como lo hace en la forma en que una persona puede vivir para agradar a Dios.”
De manera un poco más ampliada se puede decir también que los Proverbios tienen cinco propósitos, los cuales se presentan al inicio del libro (1:2–6). Primero, entender sabiduría e instrucción (v. 2a). Segundo, discernir palabras de inteligencia (v. 2b). Tercero, recibir consejos de prudencia, justicia, juicio y equidad (v. 3). Cuarto, dar sagacidad a los inexpertos, y a los jóvenes inteligencia y cordura (v.4). Y quinto, entender proverbio y declaración, dichos de sabios y sus enigmas (v. 6).

La fuente primaria de sabiduría

De manera muy acertada, Warren Wiersbe dijo una vez que “lo importante no es cuánto tiempo vivimos, sino cómo vivimos, no la duración, sino la profundidad de nuestras vidas.”
A menudo buscamos el consejo de los hombres en lo que respecta a como vivir. También lo hacemos cuando tenemos que tomar una decisión importante en nuestras vidas. Y no hay nada de malo en esto; de hecho Proverbios nos anima a hacerlo (Proverbios 15:22). Sin embargo, nuestra fuente primaria para tomar decisiones sabias debe ser la Palabra de Dios, la cual incluye este tesoro de sabiduría llamado Proverbios.
Aunque no debemos interpretar cada porción de este libro como una promesa absoluta, esto no le resta valor ya que si estudiamos y ponemos en práctica sus principios nos volveremos sabios. Y si nos volvemos sabios, viviremos vidas que glorificarán a Dios.