domingo, 8 de marzo de 2015

FRASES

«En los primeros tiempos, el Espíritu Santo descendió sobre los creyentes y hablaron en lenguas que no habían aprendido, según el Espíritu les daba que hablasen. Estas fueron señales que se adaptaron a ese tiempo. Tal anuncio del Espíritu Santo en todas las lenguas tuvo lugar para mostrar que el evangelio de Dios iba a proclamarse por medio de todos los idiomas a lo largo y ancho de toda la tierra. Esto fue una señal, y luego desapareció». Agustín.
«En la iglesia primitiva, el Espíritu Santo fue enviado de manera visible. Él descendió sobre Cristo en la forma de una paloma (Mateo 3.16), y en la semejanza del fuego sobre los apóstoles y otros creyentes (Hechos 2.3). Este derramamiento visible del Espíritu Santo era necesario para el establecimiento de la iglesia primitiva, como lo fueron también los milagros que acompañaron el don del Espíritu Santo. Pablo explicó el propósito de estos dones milagrosos del Espíritu en 1 Corintios 14.22: “Las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos”. Una vez que la iglesia se estableció y anunció debidamente por medio de estos milagros, el aspecto visible del Espíritu Santo cesó». Martín Lutero.
«Aunque Cristo no dice exactamente si deseaba que [el obrar milagros] fuera un don ocasional, o uno que permaneciera en su iglesia para siempre, es más probable que los milagros solo se prometieran para ese tiempo, a fin de brindarle luz al nuevo y hasta ese entonces desconocido evangelio... Ciertamente vemos que su uso cesó poco después [de la era apostólica], no fueron igual de comunes en todas las edades. Fue debido a la codicia absurda y el egoísmo de los que siguieron [en la historia posterior de la iglesia], que se inventaron mentiras vacías con el fin de tratar de no mostrar una total falta de milagros. Esto le abrió la puerta de par en par a las mentiras de Satanás, permitiendo no solo que los delirios tomaran el lugar de la fe, sino que hombres sencillos se salieran del camino recto con el pretexto de las señales».
Juan Calvino.
«Después que se estableció la iglesia primitiva, ya no existía la misma necesidad de señales sobrenaturales, y Dios, que nunca desperdicia sus recursos, los retiró. Los milagros, si llegaran a ser ordinarios, dejarían de ser milagros, y los hombres podrían referirse a ellos como leyes habituales». Robert L. Dabney
«Los dones sobrenaturales de inspiración y milagros que los apóstoles poseían no siguieron a sus sucesores ministeriales, porque ya no eran necesarios. Todas las doctrinas del cristianismo se les habían revelado a los apóstoles y entregado a la iglesia de forma escrita. No hubo más necesidad de una inspiración infalible. Y las credenciales y la autoridad dada a los primeros predicadores del cristianismo por medio de actos milagrosos no necesitaban continuar repitiéndose de era en era. Una época de milagros bien autenticados es suficiente para establecer el origen divino del evangelio. En un tribunal humano, no es necesaria una serie indefinida de testigos. Los hechos se establecen “por boca de dos o tres testigos».
William G.T. Shedd.

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