viernes, 3 de febrero de 2012

John Wycliffe (1330-1384)

(Traductor de la Biblia) El servicio más alto al cual un hombre puede obtener en esta tierra es el de predicar la Ley de Dios (Diez Mandamientos).

John Huss (1370-1415)

Él dijo: «Mi Señor Jesucristo, por mi causa, llevó una corona de espinas. ¿Por qué no debería yo, entonces, llevar esta ligera corona, por ignominiosa que sea? En verdad que la llevaré, y de buena gana. Cuando se la pusieron en su cabeza, el obispo le dijo: «Ahora encomendamos tu alma al demonio.» «¡Pero yo,» dijo Juan Huss, levantando sus ojos al cielo, «la encomiendo en tus manos, oh Señor Jesucristo! Mi espíritu que Tú has redimido.» Cuando lo ataron a la estaca con la cadena, dijo, con rostro sonriente: «Mi Señor Jesús fue atado con una cadena más dura que ésta por mi causa; ¿por qué debería avergonzarme de ésta tan oxidada?» Cuando le apilaron la leña hasta el cuello, el duque de Baviera estuvo muy solícito con él deseándole que se retractara. «No,» le dijo Huss, «nunca he predicado ninguna doctrina con malas tendencias, y lo que he enseñado con mis labios lo sellaré ahora con mi sangre.»

Martín Lutero (1483-1546)

Satanás, el dios de toda disensión, despierta diariamente nuevas sectas. Y por último—la que, de todas las demás, nunca habría previsto ni sospechado—él ha levantado una secta tal que enseña que los hombres no deben ser aterrorizados por la Ley (Diez Mandamientos), sino exhortados suavemente por la predicación de la gracia de Cristo. El primer deber del predicador del Evangelio es el de declarar la Ley de Dios para mostrar la naturaleza del pecado.

John Wesley (1703-1791)

Es el método ordinario del Espíritu de Dios el de convencer a los pecadores por la Ley (Diez Mandamientos). Es la Ley, puesta al lado de la conciencia, que generalmente quiebra las piedras en pedazos. Es más especialmente esta parte de la Palabra de Dios que es viva y eficaz, llena de vida y energía y más cortante que cualquier espada de dos filos. Antes de que yo pueda predicar el amor, la misericordia y la gracia, tengo que predicar el pecado, la Ley y el juicio. [Dijo lo siguiente instruyendo a un joven predicador.] Predique el 90% ley y el 10% gracia.

John Newton (1725-1807)

[Newton escribió el famoso himno “Sublime gracia”.] La ignorancia de la naturaleza y del diseño de la Ley (Diez Mandamientos) es al fondo de la mayoría de los errores religiosos.

Charles Spurgeon (1834-1892)

Yo no creo que un hombre puede predicar el evangelio sin predicar la Ley (Diez Mandamientos). Baja la ley y usted amortigua la luz por la cual el hombre percibe su culpabilidad; esto es una pérdida muy seria para el pecador, que más bien una ganancia para él; porque reduce la probabilidad de su convicción y conversión. Yo digo que usted le ha despojado al evangelio de su más potente auxiliar (su ayuda / arma más poderosa) cuando deja a un lado la Ley. Le ha quitado el ayo que debe llevar a los hombres a Cristo... Ellos nunca aceptarán la gracia hasta que tiemblen ante una Ley justa y santa. Por lo tanto, la Ley tiene un propósito de suma importancia, y nunca debe ser quitada de su lugar. Ellos tienen que ser muertos por la Ley antes de que puedan ser vivificados por el evangelio.

Dr. Martin Lloyd-Jones (1899-1981)

Un evangelio que meramente dice, “Venga a Cristo”, y Lo ofrece como un Amigo, y ofrece una vida nueva y maravillosa, sin convencer del pecado, no es el evangelismo del Nuevo Testamento. La esencia del evangelismo es empezar predicando la Ley (Diez Mandamientos); y la razón por la cual tenemos tanto evangelismo superficial es que no se ha predicado la Ley. El verdadero evangelismo... siempre tiene que empezar con la predicación de la Ley. El problema con las personas que no están buscando a un Salvador y la salvación, es que no entienden la naturaleza del pecado. Es la función peculiar de la Ley, la de crear tal entendimiento en la mente y en la conciencia del hombre. Es por esto que los grandes predicadores evangelistas de hace 300 años durante el tiempo de los puritanos, y hace 200 años durante el tiempo de Whitefield y otros, siempre se dedicaban primero en lo que ellos llamaban “el trabajo preliminar de la Ley”.

Leonard Ravenhill (1907–1994)

¿Le podrias recordar al pueblo de la benignidad acerca de la severidad de Dios? Cuando veo la Iglesia del nuevo testamento, ellos no tenian edificios imponentes, ellos no tenian evangelistas pagados, ellos no tenian mucho dinero, ellos no tenian organizaciones, no pedian ir a la TV a mendigar, pero les digo lo que ellos hicieron, ¡ellos pusieron al mundo de cabeza! ¿Por que no hay suficiente alegria en la casa de Dios? ¿Necesitamos entretenimiento? Pues les digo que el entretenimiento es el substituto diabolico del gozo.

David Wilkerson (1931–2011)

Este "evangelio" dice: apenas crea y sera salvo, no hay arrepentimiento, nada de pesar, sin renunciar al pecado, nada de llevar la cruz y seguir a Cristo, pero las personas hacen una pequeña oración y dicen: usted esta bien usted es bueno, este "evangelio de amor" solo alcanza a la carne, dejeme decirle algo ¡un evangelio diluido no es un evangelio en lo absoluto!

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