lunes, 6 de febrero de 2012

La cruz de hoy

Cristianismo en Crisis


Con el título “La vieja cruz y la nueva”, A.W. Tozer notó proféticamente hace ya algún tiempo:

“Sin anuncio previo, y casi sin ser detectada, una nueva cruz ha llegado en los tiempos modernos a los círculos evangélicos populares. Es como la vieja cruz, pero diferente: las semejanzas son superficiales; las diferencias, fundamentales. De esta nueva cruz ha brotado una nueva filosofía de la vida cristiana... Este nuevo evangelismo emplea el mismo lenguaje que el antiguo, pero su contenido no es el mismo ni el énfasis es el de antes... La nueva cruz... no predica contrastes, sino similitudes. Busca introducirse en el interés del público mostrando que el cristianismo no tiene exigencias desagradables; más bien, que ofrece lo mismo que el mundo, sólo que a un nivel superior. Se demuestra astutamente que, fuere lo que el mundo enloquecido por el pecado esté exigiendo en este momento, es exactamente lo mismo que el Evangelio ofrece, sólo que el producto religioso es mejor...” [1]

Estas palabras son hoy aún más ciertas que cuando fueron escritas. Muchos líderes cristianos han “descubierto”, y están muy ocupados en propagar, un nuevo evangelio. En el lugar antes reservado a la sana doctrina, se han instalado las experiencias subjetivas, cuanto más espectaculares mejor; en donde antes hallábamos la humillación y la negación de uno mismo, habita ahora el culto a la autoestima; la morada del arrepentimiento y la confesión de los pecados está ahora ocupada por el aconsejamiento psicológico; el sitio central de la gracia providencial y soberana de Dios ha sido usurpado por el de los presuntos derechos del creyente; la casa de la sanidad del alma ha sido invadida por la de las curaciones del cuerpo y, claro, en la mansión de la riqueza espiritual se ha instalado la prosperidad material.

El engaño es sutil, por una parte porque todo lo que tiende a ser reemplazado no se ha suprimido por completo; simplemente ha sido desplazado de su posición central en la vida cristiana; y en segundo lugar, porque los sustitutos no son generalmente cosas malas en sí mismas. Es el énfasis exagerado en ellos lo que desvirtúa y pervierte el Evangelio.

Jesus, por eso como se dice en el libro Cristianismo en Crisis:

La pregunta surge de inmediato: ¿Cómo puedo yo determinar si se está interpretando correctamente la Palabra de Dios? Afortunadamente, con un poco de ayuda del acrónimo L-I-GH-T-S (luz), usted estará habilitado para discernir el trigo de la paja.

El mejor antídoto para combatir el veneno de la enseñanza herética es un buen entrenamiento hermenéutico. La Hermenéutica es la ciencia y el arte de la interpretación bíblica.

La Hermenéutica es una ciencia porque está regulada por reglas y es un arte porque implica una perspicacia intuitiva y una mente analítica.

Las reglas pueden ser fácilmente recordadas con la ayuda de la familiar palabra L-I-G-HT-S.

La Hermenéutica "ilumina su camino", a medida en que usted anda por la Palabra de Dios.

Esta palabra L-I-G-H-T-S servirá para que recordemos estos elementos inherentes a la interpretación bíblica:

L = Interpretación LITERAL (Literal)
I = ILUMINACIÓN por el Espíritu Santo (Iluminación)
G = Principio GRAMATICAL (Gramática)
H = Contexto HISTORICO (Historia)
T = TAREA de Enseñanza (Enseñanza)
S = SIMILITUD Escritural (Armoma)

Jesus, continúa leyendo y guardando en tu biblioteca digital los siguientes artículos, créeme que de aquí a un tiempo los necesitaras grandemente… por sobre todas las cosas no olvides meditar y estudiar cada día tu Biblia y pasa tiempo de calidad en oración con Dios:

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