jueves, 10 de septiembre de 2015

  • Comunión con las
    Tres Personas de la Divinidad

                  Que los santos tienen comunión con Dios, y lo que la comunión en general es, fue declarado en el primer capítulo. La manera como se lleva esta comunión y la materia de la que se compone, viene bajo consideración a continuación. Para lo primero, en relación con las distintas personas de la Divinidad en quienes tienen este compañerismo, es a la vez distinta y peculiar, o también, obtenida y ejercida de forma conjunta y en común.
                  varios:
    separada; diferente
                  Que los santos tienen distinta comunión con el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo (es decir, claramente con el Padre, y claramente con el Hijo, y claramente con el Espíritu Santo), y en lo que la apropiación peculiar de esta distinta comunión consiste en las diferentes personas, debe, en primer lugar, ser manifestado.

    Como Individuos Distintos

                  El apóstol nos dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo” (1 Juan 5: 7). En el cielo están, y dan testimonio a nosotros. ¿Y para qué es de lo que ellos dan testimonio? Para la filiación de Cristo, y la salvación de los creyentes en su sangre. En el ejercicio de que, tanto por sangre y agua, justificación y santificación, él lo está tratando aquí. Ahora, ¿cómo dan testimonio de esto? Incluso como tres, como tres testigos distintos. Por cuanto los testigos de Dios tienen relación con nuestra salvación, sin duda corresponde a nosotros el recibir su testimonio. Ya que El da testimonio, a nosotros está el recibirlo. Ahora esto está hecho claramente. El Padre da testimonio, el Hijo da testimonio, y el Espíritu Santo da testimonio; porque son tres testigos distintos. Así pues, hemos de recibir sus varios testimonios: y al hacerlo, tenemos comunión con ellos respectivamente; ya que en este dar y recibir testimonio consiste, no una pequeña parte de nuestro compañerismo con Dios. De qué consiste su testimonio distinto, será declarado después.
                  El apóstol, hablando de la distribución de los dones y gracias a los santos, los atribuye claramente con respecto a la fuente de su comunicación a las distintas personas.“Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo” (1 Corintios 12: 4), “uno y el mismo Espíritu” (v. 11), es decir, el Espíritu Santo. “Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo”, el mismo Señor Jesús (v. 5). “Y hay diversidad de operaciones, pero Dios es el mismo” (v. 6) incluso el Padre (Efesios 4: 6) Así que gracias y dones son otorgados, y también son recibidos.
                  illapses:
    descenso, caída
                  Y no sólo en la emanación de la gracia de Dios, y la llenura del Espíritu en nosotros, sino que también en todos nuestros enfoques de Dios, es observada la misma distinción.“Por medio de Cristo tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre” (Efesios 2: 18) Nuestro acceso a Dios (en el que tenemos comunión con él) es ??? ???????, “por medio de Cristo, ‘?? ????????,« en el Espíritu », y ???? ??? ??????, ‘al Padre’ — las personas están aquí consideradas claramente comprometidas a la realización de los consejos de la voluntad de Dios revelada en el evangelio.
                  A veces, en efecto, hay una mención expresa hecha solamente del Padre y del Hijo (1 Juan 1: 3), “Nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo.” La partícula “y” es a la vez distintiva y en unión.También Juan 14:23: “Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” Es en esta comunión que el Padre y el Hijo hacen su morada con el alma.
                  A veces, el Hijo es únicamente mencionado en cuanto a este propósito: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Cor. 1: 9) Y: “Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)
                  A veces se menciona el Espíritu solo.“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Corintios 13: 14) Entonces, esta comunión distinta de los santos con el Padre, el Hijo y el Espíritu, es muy clara en la Escritura; pero aún, puede admitir una demostración más allá. Sólo debo poner de antemano esta precaución: lo que se afirma en la búsqueda de esta verdad, se hace en relación con la explicación consiguiente, en el comienzo del siguiente capítulo.

    Cómo Comulgan los Santos con Dios

                  Entonces, la forma y los medios por parte de los santos, por lo cual disfrutan en Cristo la comunión con Dios, son todas las acciones espirituales y santas y las expresiones de sus almas en esas gracias, y por esos medios, en los cuales tanto en lo moral como en lo instituido consiste la adoración de Dios. La fe, el amor, la confianza y la alegría son la adoración natural o moral de Dios, por lo cual están en aquellos que tienen comunión con él. Ahora, uno y otro son ejecutados de inmediato sobre Dios, y no atados a ninguna forma o medios externos manifiestándose a si mismos; o que además, se exponen más adelante, en solemne oración y alabanzas, de acuerdo a la forma en la que El ha determinado. Que la Escritura asigna claramente todo esto al Padre, Hijo y Espíritu – manifestando que los santos hacen todos ellos a la vez, ya que son pura y desnuda moral, y además vestidos de adoración instituida, respecto a cada persona respectivamente – es lo que declararé más adelante en casos particulares para dar luz a la afirmación en cuestión.

    El Padre

                  La fe, el amor y la obediencia son peculiarmente y claramente concedidos por los santos al Padre; y él se manifiesta particularmente y peculiarmente en esas formas de actuar hacia ellos, las cuales debo extraer y remover más adelante.

    A Través de la Fe

                    Él da testimonio, y da testimonio de su Hijo (1 Juan 5: 9): “Este es el testimonio de Dios, que ha testificado de su Hijo.” En su dar testimonio él es objeto de credulidad. Cuando él da testimonio (que lo hace como el Padre, porque él lo hace del Hijo) él es para ser recibido por fe. Y esto se afirma: “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo” (1 Juan 5:10). Creer en el Hijo de Dios en este lugar, es recibir al Señor Cristo como el Hijo, el Hijo que nos ha dado, por todos los confines de amor del Padre, sobre el crédito del testimonio del Padre; y, por tanto, la fe es ejecutada de inmediato en el Padre. Así continua con las siguientes palabras: “el que no cree a Dios ‘(es decir, el Padre, que da testimonio del Hijo)’ le ha hecho mentiroso.” “Usted cree en Dios”, dice nuestro Salvador (Juan 14: 1); es decir, el Padre, como tal, ya que él añade, “creed también en mí; ‘ o, “usted cree en Dios; creed también en mí. “ Dios, como la prima Veritas, de cuya autoridad se funda, y a la que se resuelve en última instancia toda la fe divina, no se ha de considerar ???????????, como expresiva peculiar de cualquier persona, pero ????????, comprendiendo toda la Deidad; que sin división es el objeto principal de esto. Pero en este particular está el testimonio y la autoridad del Padre (como tal), de la que hablamos, en el que y sobre el cual se fija la fe claramente en él. Si no fuera así, el Hijo no podría añadir, “Creed también en mí.”

    En amor

                  Es como también se dice del amor. (1 Juan 2:15): “Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él,” es decir, el amor que se tiene a él, no lo que recibimos de él. El Padre aquí está colocado como el objeto de nuestro amor, en oposición al mundo que ocupa nuestros afectos ? ????? ??? ??????. El Padre denota la materia y objeto, no la causa eficiente del amor inquirido después. Y este amor de él como un Padre es al que él llama su “honor” (Malaquías 1: 6).

    Por Oración y Alabanza

                  Además, estas gracias ejercidas en oración y alabanzas, y vestidas con instituida adoración, son peculiarmente dirigidas a él. “Y si invocáis por Padre” (1 Pedro 1: 17). “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra” (Efesios 3: 14, 15). Doblando la rodilla comprende toda la adoración de Dios, tanto en lo que es moral en la obediencia universal que requiere, como en esas formas peculiares de llevarlo a cabo que están por él designadas. ‘Por mí mismo, dice el Señor, “se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua” (Isaías 45: 23), lo cual él declara para hacer consistir en su reconocimiento de él por la justicia y la fuerza (v. 24, 25). Sí, a veces parece comprender la sujeción ordenada de toda la creación a su soberanía. En este lugar el apóstol tiene una aceptación mucho más restringida, y no es sino una expresión figurativa de la oración, tomada de la postura corporal más expresiva que se utilizará en ese deber. Esto él lo manifiesta más adelante (Efesios 3: 16, 17), declarando en general cuál era su objetivo y el paradero que ejercían sus pensamientos en esa inclinación de sus rodillas. Entonces, los funcionamientos por el Espíritu de gracia en esa tarea son claramente dirigidos al Padre como tal, como la fuente de la Deidad y de todas las cosas buenas de Cristo–como el “Padre de nuestro Señor Jesucristo.” Y por lo tanto, el mismo apóstol, en otra parte, conjuga expresamente, y aún distingue expresamente, el Padre y el Hijo en dirección de sus súplicas, ‘Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros “(1 Tesalonicenses 3: 11).Como precedente también, usted tiene la acción de gracias, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 1: 3, 4). No voy a agregar esas muchas partes en las que diversas particularidades concurren a toda esa adoración divina (de no ser comunicada a cualquiera, por naturaleza no a Dios, sin idolatría) en las que los santos tienen comunión con Dios y que están claramente dirigidas a la persona del Padre.

    El Hijo

                  Es así también en referencia al Hijo: “creéis en Dios,” dice Cristo, “creed también en mí” (Juan 14: 1) – ‘creed también, ejercer claramente fe en mí; divina fe, sobrenatural–la fe por la cual usted cree en Dios, es decir, el Padre. Hay una creencia de Cristo a saber, que él es el Hijo de Dios, el Salvador del mundo. Esto es para aquellos que desairan a nuestro Salvador, tan amenazador para los fariseos: “porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8: 24). En este sentido, la fe no se fija inmediatamente en el Hijo, siendo solamente dueño de él (es decir, el Cristo es el Hijo), y cerrando con el testimonio del Padre con respecto a él. Pero también hay una creencia en él, llamada “para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1 Juan 5: 13; Juan 9: 36); sí, la distinta disposición de fe, compromiso y confianza en el Señor Jesucristo el Hijo de Dios, como el Hijo de Dios, es oprimida más frecuentemente. “Porque de tal manera amó Dios [es decir, el Padre] al mundo … para que todo aquel que en él cree [es decir, el Hijo], no se pierda” (Juan 3:16).El Hijo, que está dado de el Padre, es creído. “El que en él cree, no es condenado” (v. 18). “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (v. 36). “Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado” (Juan 6: 29, 40; 1 Juan 5: 10). El fundamento de todo está establecido, ‘Que todos honren al Hijo igual como honran al Padre.“El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió “(Juan 5: 23). Pero de este honor y adoración del Hijo he tratado sin limitación en otra parte; y en general no debo insistir sobre lo mismo de nuevo. Por amor, añadiré solamente esa solemne bendición apostólica, “La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable,” (Efesios 6: 24), es decir, con el amor divino, el amor de adoración religiosa; que es el único amor incorrupto del Señor Jesús.
                  Además: que la fe, la esperanza y el amor, actuando ellos mismos en toda clase de obediencia y adoración determinada, son peculiarmente la causa de los santos, y claramente dirigidos al Hijo, y está abundantemente manifiesto de esa solemne doxología:
                  “Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
                  Apocalipsis 1: 5, 6
                  La cual todavía se expone adelante con más gloria:
                  “los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.”
                  “Y a todo lo creado que está en el cielo y en la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir:
                  sea la alabanza, la honra,
                  la gloria, y el poder,
                  Al que está sentado en el trono,
                  y al Cordero,
                  por los siglos de los siglos.”
                  Apocalipsis 5: 8, 13
                  El Padre y el Hijo (el que está sentado en el trono, y el Cordero) son retenidos en forma conjunta, con todo claramente, como el objeto adecuado de toda adoración divina y honor, por los siglos de los siglos.Y por lo tanto Esteban moribundo, en su invocación solemne, fija su fe y esperanza claramente sobre él: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”; y, ‘Señor, no les tomes en cuenta este pecado’ (Hechos 7: 59, 60), porque él sabía que el Hijo del hombre tiene poder de perdonar los pecados también. Y de esta adoración del Señor Jesús, el apóstol crea el carácter discernidor de los santos: “Con todos,” dice él, “los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro” (1 Corintios 1: 2); es decir, con todos los santos de Dios. Y generalmente la invocación comprende toda la adoración de Dios. Entonces, esta es la causa de nuestro Mediador, aunque como Dios, como el Hijo–no como Mediador.

    El Espíritu Santo

                  Así también es en referencia al Espíritu Santo de gracia. La conclusión del gran pecado de incredulidad todavía se describe como una oposición a, y una resistencia a ese Espíritu Santo. Y usted tiene una mención distinta del amor del Espíritu (Romanos 15: 30) El apóstol también dirige peculiarmente su súplica a él en esa bendición solemne, “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros” (2 Corintios 13: 14). Y esas bendiciones son originalmente súplicas;él igualmente tiene derecho a toda adoración instituida, a partir de la designación de la administración del bautismo en su nombre (Mateo 28: 19).

    Las Tres Personas
    Comunican Gracia

                  Ahora, esta es la conclusión de las cosas que han sido expuestas: no hay gracia por la cual nuestras almas acudan a Dios, ni ningún acto de adoración divina ofrecido a él, ni deber ni obediencia realizada, excepto que estén claramente dirigidas al Padre, Hijo, y Espíritu. Ahora, por estas y semejantes formas como estas, mantenemos comunión con Dios; y por lo tanto tenemos esa comunión claramente, como se ha descrito.
                  Esto también puede mostrar además, si consideramos cuan distintamente se revelan las personas de la Deidad para actuar en la comunicación de esas cosas buenas en las que los santos tienen comunión con Dios, donde todos los ascensos espirituales de sus almas son asignados hacia ellos respectivamente, así toda su recepción interna de las comunicaciones de Dios a ellos se llevan a cabo en una distribución como puntos de distintos incrementos y fuentes (sin embargo, a pesar de todo, no de ser en sí mismos) de dispensaciones a nosotros. Ahora bien, esto es declarado de dos maneras:

    Conjuntamente, con todo, Distintivamente

                  Cuando la misma cosa es, al mismo tiempo, atribuida conjuntamente y aún distintivamente a todas las personas de la Deidad y respectivamente a cada una de ellas. También lo son la gracia y la paz, “Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir; y de los siete espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo, el testigo fiel “(Apocalipsis 1: 4, 5). Los siete Espíritus ante el trono, son el Espíritu Santo de Dios, considerado como la fuente perfecta de todo don perfecto y dispensación. Todos están aquí unidos, y con todo, todos mencionados como distinguidos en su comunicación de la gracia y la paz a los santos. “Gracia y paz sean a vosotros, de parte del Padre, y desde … “

    Cada uno Comunica la Misma Gracia Individualmente

                  Cuando la misma cosa se atribuye separadamente e individualmente a cada persona. En efecto, ninguna influencia graciosa desde arriba, llenura de luz, vida, amor o gracia sobre nuestros corazones existe, excepto que proceda de dicha dispensación.

    Un ejemplo: “Ellos serán todos enseñados de Dios”

                  Daré sólo un ejemplo, que es muy comprensivo, y puede ser considerado para comprender todos los demás detalles; y esto es la enseñanza. La enseñanza de Dios es la comunicación real de todos y cada emanación particular de sí mismo a los santos en el cual ellos se hacen partícipes. Esa promesa, ‘Ellos serán todos enseñados de Dios,’ envuelve en sí todo el misterio de la gracia, en cuanto a su dispensación real para nosotros, en la medida en que seamos poseedores reales de la misma. Ahora esto es asignado:
                  Para el Padre. El cumplimiento de esa promesa se refiere particularmente a él, ‘Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí “(Juan 6: 45). Esta enseñanza, por la cual somos trasladados de muerte a vida, traídos a Cristo, a la participación de la vida y el amor en él–que es de y desde el Padre: a él escuchamos, aprendemos de él, por él se nos trajo a la unión y la comunión con el Señor Jesús. Esto es, nos diseñó, nos engendró de nuevo de su propia voluntad, por su Espíritu; y en cuyo trabajo él emplea los ministros del evangelio (Hechos 26: 17, 18).
                  Para el Hijo. El Padre lo proclama del cielo para ser el gran maestro, en ese solemne encargo a escucharlo, que entró una vez [y] de nuevo desde la magnífica gloria: “Este es mi Hijo amado; a él oíd” El conjunto de su profética, y no pequeña parte de su oficio real, consiste en esta enseñanza; es en esto que dijo de atraer a los hombres a él, como se dice que el Padre lo hace en su enseñanza; la cual hace con tal eficacia, que “los muertos oyen su voz y viven” (Juan 12: 32). La enseñanza del Hijo es un dador de vida, una enseñanza espiritual para respirar; una influencia efectiva de la luz, por la cual él brilla en la oscuridad; una comunicación de la vida, vivificando la muerte; una apertura de los ojos ciegos, y cambiando los corazones duros; un derramamiento del Espíritu, con todos los frutos de éste. De aquí que él reclama como su privilegio ser el único amo, “Uno es vuestro Maestro, el Cristo” (Mateo 23: 10).
                  Para el Espíritu. “El Consolador, él os enseñará todas las cosas” (Juan 14: 26). “Pero la unción que vosotros recibisteis de él”, dice el apóstol, “permanece en vosotros, y no tenéis necesidad que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él “(1 Juan 2: 27). Esa unción enseña que no sólo es cierto, pero que es la verdad misma, que es sólo el Espíritu Santo de Dios: que él enseña también; siendo dado a nosotros “para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1 Corintios 2: 12).
                  He elegido este caso especial porque, como le dije, es amplio, y comprende en sí mismo la mayor parte de los datos que podrían ser enumerados–avivamiento, perseverancia.
                  Entonces, estos son además, manejos en la verdad que se encuentran bajo demostración; existiendo allí tan distinta comunicación de gracia de las diferentes personas de la Deidad, los santos deben tener necesidades de comunión distinta con ellos.

    ¿Qué distingue Su Comunicación de Gracia?

                  Sólo queda por indicar, en una palabra, en qué se encuentra esta distinción, y cuál es el fundamento de la misma. Ahora, esto es, que el Padre lo hace por medio de la autoridad original; el Hijo por medio de la comunicación de un tesoro adquirido; el Espíritu Santo por medio de eficacia inmediata.

    El Padre–por Autoridad Original

                  El Padre comunica toda gracia por medio de la autoridad original: Él levanta a los que quiere” (Juan 05: 21).“De su voluntad, nos hizo nacer” (Santiago 1: 18). Es poder vivificante respecto a la autoridad original, investido en el Padre por medio de la eminencia; y por lo tanto, en el envío del Espíritu vivificante, a Cristo se dice hacerlo desde el Padre, o el Padre mismo que lo hace. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará” (Juan 14: 26). “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre” (Juan 15: 26); aunque también dijo que se enviará a sí mismo, en otro sentido (Juan 16: 7).

    El Hijo–Por un Tesoro Adquirido

                  El Hijo, por medio de hacer que fuera un tesoro adquirido: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia “(Juan 1: 16). ¿Y de dónde esta plenitud? “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud ” (Colosenses. 1: 19). Y por sobre lo que considera que tiene la dispensación de la plenitud que le cometió, usted puede ver (Filipenses 2: 8-11). “Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y ??quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos; y llevará las iniquidades de ellos “(Isaías 53: 10-11). Y con esta plenitud tiene también autoridad para comunicación de la misma (Juan 5: 25-27; Mateo 28: 18).

    El Espíritu–por Eficacia Inmediata

                  El Espíritu lo hace por medio de la eficacia inmediata, “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros ‘(Romanos 8: 11). Aquí están comprendidos los tres, con sus distintas concurrencias para nuestra vivificación. Aquí está la autoridad vivificadora del Padre– “Él resucitó a Cristo de entre los muertos, y él te vivificará”; ‘ y la vivificación mediadora del Hijo–completada en ‘la muerte de Cristo;’ y la inmediata eficacia del Espíritu– deberá hacerlo por el Espíritu que mora en vosotros.” El que desee ver todo este asunto explicado más adelante, podrá consultar lo que he escrito en otra parte sobre este tema. Y así es la distinta comunión la cual tratamos tanto de probar como demostrar.
    Fotografía de SantiMB.Photos bajo licencia Creative Commons

      
  • ¡Tú eres mi Dios! – Martyn Lloyd-Jones

    Fecha:Tue, 08 Sep 2015 16:01:29 PDT
    Del Libro Seeking the Face of God (Buscando el rostro de Dios), Nueve Reflexiones de los Salmos. Edición 2005.
    Puedes ver todos los capítulos publicados de este libro en este enlace: Buscando el rostro de Dios Martyn Lloyd-Jones.
    Traducido por Erika Escobar

    TU ERES MI DIOS


    Oh Dios, Tú eres mi Dios,
    De mañana Te buscaré,
    Mi alma tiene sed de Ti,
    Mi carne anhela por Ti en  tierra seca y sedienta
    Donde no hay agua
    Para ver Tu poder y Tu gloria
    Como la que he visto en el santuario.
    Porque Tu amorosa bondad es mejor que la vida,
    Mis labios te alabarán.
    Salmo 63:1-3

    Antes de comenzar a considerar este salmo, déjenme recordarles lo que es un salmo.  Es una canción, una clase de poema y, por lo tanto, contiene un mensaje que es completo en sí mismo.  Entonces es siempre esencial tomar un salmo como un todo.  Podemos, por supuesto, pausar y concentrarnos en una parte en particular pero debemos tener el todo siempre en mente.  En el caso de este salmo, es bastante obvio que contiene en verdad un mensaje completo. Este es uno de esos grandes y gloriosos salmos.  Son todos maravillosos y existe un sentido en el cual es casi tonto diferenciar entre uno u otro, pero éste ha sido siempre el gran favorito del pueblo de Dios.  Fue usado como un himno mañanero por algunos de los primeros cristianos, y fue también el himno favorito de unos de los más grandes predicadores del siglo pasado, Juan Chrysostom , el orador de la boca dorada o predicador, como fue generalmente conocido.  Se nos dice también que cuando Theodore Beza , uno de los grandes líderes de la Reforma Protestante, si no podía dormir, invariablemente recitaba este salmo para sí mismo de forma que cuando pensaba que no conciliaría el sueño era llenado con un espíritu de gozo y regocijo.   En consecuencia, es obvio que este es un salmo que habla del pueblo de Dios y ha hablado a ellos a través de los siglos. Hoy,  es acuerdo general que fue probablemente escrito por David en el tiempo de la insurrección de su hijo Absalón quien por varias razones había planificado una rebelión contra su propio padre.  David fue compelido a evacuar Jerusalén.  Tuvo que huir para salvar su vida.  Y en un punto de este éxodo de Jerusalén, él y su ejército se encontraron en un desierto.  Por lo tanto, David, en ese momento, era un hombre que estaba lleno de perplejidad y dificultades.  Las personas que habían prometido seguirlo lo traicionaron, y en su situación, en un sentido, no podría haber estado peor.  Como él dice “mi alma tiene sed de ti, mi carne anhela por ti en una tierra seca y sedienta, donde no hay agua”.  En un sentido literal y físico esas eran las circunstancias en lo que respecta a David, pero, por supuesto, esto era aún más verdad en el sentido espiritual.
    De manera que lo que encontramos en este salmo es un recuento de cómo David lidió consigo mismo en esa situación.  Aquí hay un hombre de Dios, apesadumbrado, por así decirlo, en el desierto debido a las pruebas y perplejidades que enfrentaba,  y  nos dice (¡debemos agradecer a Dios por esto!) cómo enfrentó todo, lo que hizo y cómo reaccionó.  Aquí nos enseña, como  ha enseñado al pueblo de Dios a través de todos los siglos, cómo debemos también nosotros lidiar con nosotros mismos cuando nos encontramos en un estado y posición similares.  Esto es verdad para muchos individuos en los tiempos actuales, personas que enfrentan problemas y pruebas, graves problemas, con todo aparentemente en contra de ellos.  Y es igualmente verdad para la iglesia cristiana como un todo.  Estos son días malos y difíciles para la iglesia cristiana.  En este país no somos más que un pequeño remanente en una clase de desierto del paganismo con enemigos puestos en nuestra contra y que nos rodean.  No obstante, aquí en este salmo hay una lección de cómo debemos conducirnos en tiempos y situaciones como esta.  El método del salmo es típico.  En realidad la característica principal de todos los salmos es –y esa es la cosa maravillosa sobre ellos- que casi todos están diciendo exactamente la misma cosa, pero varían de acuerdo a las circunstancias.  En otras palabras, la presentación varía pero el método es muy similar.
    Aproximémonos a él así.  Un tiempo de problemas o de dificultades es siempre un tiempo de prueba. Y qué es lo reporta ese tiempo sino que probarnos dónde realmente estamos y lo que realmente tenemos.  Así es que quiero aproximarme a este salmo desde este ángulo en particular porque en tales momentos, por sobre todo lo demás momentos, se prueba nuestra profesión de fe cristiana.  Si usted realmente quiere saber si es o no un cristiano, la manera más simple siempre, la más forma directa es descubrir cómo es usted cuando las cosas están en su contra.  Un tiempo de opulencia y prosperidad, cuando el sol brilla y todo va bien, nunca pone a prueba nuestra creencia.  Pero en el momento en que las cosas van mal y  se encuentra en un estado de confusión, entonces usted sabrá exactamente el valor de lo que proclama creer.
    Ay, es posible para nosotros tener una creencia intelectual en estas cosas.  La Biblia contiene un sistema incomparable de verdad.  Mirada simplemente desde el punto de vista filosófico, no existe nada superior a ella.  Es un libro antiguo y uno muy sabio.  Y es así que hay muchos que van a ella y la toman de esa manera, simplemente desde el punto de vista de sus enseñanzas y su sabiduría, como algo netamente intelectual.
    Desafortunadamente, es posible para nosotros incluso aceptar  el camino cristiano de la salvación sólo con nuestras mentes –en una manera puramente teórica y objetiva.   En un sentido es razonable hacerlo así –el sistema es uno tan completo. Algunas personas han sido llevadas a la iglesia y en la atmosfera de estas cosas,  han recibido instrucción y la han tomado y la han aceptado.  En realidad, existen muchos que dicen que no pueden recordar el tiempo cuando ellos eran incrédulos.  Bien, eso está bien, pero la cosa real que necesitamos descubrir es si nuestro creer es sólo en la mente. ¿Es sólo algo teórico? Y así, déjenme enfatizarlo nuevamente, siempre la forma más directa de descubrir el real valor de lo que proclama ser su creencia de fe cristiana es saber cómo actúa y cómo se comporta en tiempos de problemas.
    A mayor abundancia, así como es la trampa de un mero creer intelectual, hay otro peligro: ese de depender, por así decirlo, de la casa de Dios y de sus servicios.  David expone ese punto aquí cuando dice “Ver Tu poder y Tu gloria, como yo las he visto en Tu santuario” (v.2).  Pero  no estaba en el santuario.  Había sido forzado a escapar de Jerusalén y estaba  en el desierto.  ¿Dependemos de la iglesia y de sus servicios y de su membrecía y todas esas cosas? Por ejemplo qué sería si usted se enfermara y estuviera yaciendo en su cama en casa o en un hospital.  No puede ir a la iglesia no puede congregarse con el pueblo de Dios, y está enfrentando grandes dificultades.  Puede que incluso esté preocupado de si vivirá o morirá, no lo sabe, todo es incierto. O puede pensar en muchas pruebas similares que pueden sobrevenirnos –pérdida y tristeza; soledad o desilusión; las varias  lanzas y flechas de la escandalosa fortuna.  Estas cosas vienen a nosotros tarde o temprano.  Cada uno de nosotros eventualmente estará en un desierto, aunque cuando ya hayamos estado en alguno.   Este es un mundo transitorio, y hay también un desierto final  por el cual todos debemos atravesar.
    Así que aquí está la prueba.   ¿Cómo seremos cuando nos encontremos en el desierto? Aquí está el test supremo de nuestra completa profesión de la fe cristiana.   De manera que consideremos estas pruebas para saber si somos verdaderamente cristianos o no, como nos sugiere este gran salmo.  Lo primero es que, como con David,  la adversidad siempre impulsa al verdadero cristiano a Dios.  Aquí tenemos a David en problemas en el desierto, y esta es su reacción: “¡Oh Dios, Tú eres mi Dios, Te buscaré!”  Este es un punto tremendamente importante.  Encontrará un montón de personas que siempre han pensado que eran cristianos y que son tenidos siempre como tales pero cuando algo anda mal con ellos, en forma personal o con uno de los suyos, su reacción inmediata es decir:  ¿Por qué Dios me ha hecho esto?  Se alejan de Dios.  Se enojan y se llenan de preguntas, dudas y quejas. Sienten que Dios está siendo poco amable e injusto con ellos.  Muchos de ellos incluso abandonan su profesión, diciendo  “No hay nada en ella.  ¿Si Dios es Dios, por qué  permite que sufra así?”  Muchos han abandonado la iglesia cristiana y también cualquier pretensión de una profesión de fe cristiana.  Como la esposa de Job, se dicen a sí mismos y unos a otros:  “Maldigamos a Dios.  ¿Cuál es el valor de esto si Él nos deja sufrir de esta manera?”  Y esto, desafortunadamente, es bastante común.
    No obstante el verdadero creyente hace exactamente lo opuesto y eso es la razón de esta prueba sutil y minuciosa.  La reacción inmediata de un creyente en un tiempo de problema es acercarse a Dios  “¿A quién iremos sino a Ti?” -dice el creyente- reminiscencias de las palabras del salmista.  Encontrarán a través de todos estos salmos que estos hombres, aunque frecuentemente confusos y en posiciones gravosas,  sin importar qué siempre se vuelcan a Él.  Son como la aguja de una brújula,  puede tiritar y variar,  pero siempre se establece en un punto fijo.  “De temprano Te buscaré”.  Ahora, estas cosas que estamos considerando pueden ser simples pero son muy profundas y todos sabemos en nuestros corazones que no se puede argumentar sobre ellas.  Usted sabe la verdad inmediatamente, no hay necesidad de ninguna demostración o prueba, que es la cosa maravillosa acerca de la vida.  Hay un tipo de reacción instintiva y la reacción instintiva de los cristianos, invariablemente es buscar a Dios.
    El Segundo punto es que  en tales momentos los cristianos no sólo instintivamente se vuelven a Dios en su camino sino que sienten que tienen el derecho a hacerlo. Buscan a Dios porque Lo conocen.  Las personas cristianas, en confusión, no se arrodillan y oran a cualquier dios.  Eso es lo que muchos hacen.  Es un grito al espacio vacío, por así decirlo, un grito fútil porque no conocen a Dios.  En problemas, muchas personas aún a pesar de su irreligiosidad e incredulidad “ofrecen una oración”, como ellos dicen.  Pero es un acto de desesperación.  No saben lo que están haciendo, están frustrados, simplemente esperando contra toda esperanza y llorando, no sabiendo qué más hacer. Tampoco el verdadero creyente ora, como muchos hacen, a algún dios que está en la distancia, en algún lugar remoto, grande, ser eterno quizá, pero alguien que está tan lejos de este mundo que realmente no puede conocer o entender, un dios que en ningún caso puede estar interesado en un individuo en particular y en las minucias y detalles de la vida personal de uno.  Es así que gritan a algún dios distante con la vaga esperanza de ser oídos y que puedan ser gratificados con una respuesta.  No obstante, esa no es en absoluto la manera de un cristiano.
    Escuchen a David en este salmo;  aquí está siempre el lenguaje de los verdaderos hijos de Dios. Comienza con una exclamación expresiva:  “¡oh Dios”!  Nadie la usa a menos que sea un hijo de Dios.   Sé que el mundo en su blasfemia  dice estas dos palabras con una muletilla pero no saben lo que están diciendo.   Aquí el salmista la ofrece desde la mismísima profundidad de su ser: “¡oh Dios!”  Usted percibe el sentimiento – el hombre completo está envuelto en ellas.  Se vuelve al único que sabe que va a escuchar.   Se apresura a Él. Y más, es capaz de decir “¡Tú eres mi Dios!  No sólo Dios como tal sino mi Dios en particular.  En otras palabras, existe una conciencia de esta relación personal.  No va dudoso o incierto; sabe que Dios es su Dios y que él es Su hijo.  Se vuelve a Dios como un niño se vuelve a su padre y con el mismo movimiento instintivo.  No hay pregunta, duda, incertidumbre.  Sabe que el camino está abierto, ha viajado tan a menudo por él que puede algunas veces no decir más que “¡Oh Dios!”
    Lo próximo que David dice  “¡mi alma tiene sed de Ti, mi carne Te anhela en tierra seca y sedienta, donde no hay agua!”   Ahora, quiero enfatizar esto porque esta no es una expresión de un deseo vago. No, se trata de  uno de los profundísimos sentimientos que cualquiera pueda alguna vez sentir.  Este hombre no se aproxima a Dios como si hubiese decidido esto como el último recurso al cual recurrir. “¡Intentemos orar!” después de haber hecho todo lo otro que era posible hacer.  Tampoco tiene que persuadirse de hacerlo.  No tiene que obligarse, por así decirlo, y meditarlo y tomar una decisión.  No tan sólo lo hace instintivamente, como ya lo hemos visto, sino que lo hace con todo el anhelo de su ser.  Por supuesto, usted encuentra esto repetidamente en el libro de los Salmos  “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas” –es la misma idea – “así clama por ti, oh Dios”;  “mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Sal 42:1-2).  Vemos esto en todas partes en el Antiguo Testamento así como también en el Nuevo Testamento y en la literatura relativa al pueblo de Dios a través de la marcha de los siglos.
    En otras palabras, y este es el tercer punto,  es el mayor deseo de David ir a la presencia de Dios, para saber que Él está con él y que Él lo está mirando.  David –y esta es la cosa maravillosa- está más preocupado de esto que de sus circunstancias.  Está en una tierra seca y sedienta sin agua, está rodeado de enemigos; sabe que algunos hombres muy capaces están conspirando con Absalón para ocasionar no sólo su derrota sino probablemente también su muerte, para que Absalón sea el rey.   La situación de David no podría ser más precaria, no obstante y a pesar de todo esto, su mayor preocupación no son las circunstancias, aunque naturalmente le preocupan.  El real deseo de su corazón, y lo pone, por lo tanto, en este expresivo lenguaje, es “Mi alma tiene sed de Dios, mi carne Te anhela”.  El hombre completo está involucrado, no hay nada de él que esté ajeno a su anhelo y sed por la presencia del Dios.
    Esta es siempre la marca de los hijos de Dios.  El deseo de un conocimiento íntimo de Dios el Padre es el mayor y más importante asunto en sus vidas.   Es de la mayor importancia para ellos, más que cualquier otra cosa y, por lo tanto, están más preocupado de eso que de cualquier otra cosa.  Es un deseo profundo tener esta certeza personal.
    Obviamente David, allí en el desierto, creía en Dios.  No está pidiendo que su fe fuera fortalecida. Más bien, lo que David deseaba era experimentar a Dios en el desierto como lo había hecho tan a menudo en Su casa. “Ver Tu poder y Tu gloria, como las he visto en el santuario”.   David solía ir al santuario –como cada creyente lo hace- porque Dios ha prometido encontrarse con Su pueblo.  Más aún, como David nos hace recordar en un salmo muy similar que la “gracia y gloria se encuentran en la casa de Dios” (Sal 84:11).  Es por ello que quería estar allí. “Cuán amables son Tus tabernáculos, Oh Señor de los Ejércitos” (Sal. 84:1).  Ese era el lugar donde Dios había dado manifestaciones de Sí mismo y había venido y había encontrado a Su pueblo.
    David había tenido frecuentemente esta experiencia personal con Dios.  Este conocimiento que Dios estaba presente directa e inmediatamente.  Ahora, esto no es momentáneo, el conocimiento general en Dios es permanente.   David está aquí anhelando sólo esto, una seguridad de que Dios está aún con él y que Él nunca lo dejará o lo abandonará. Desea tener la experiencia más sublime que la que hubiese alguna vez tenido en el templo.  Los cristianos, los creyentes verdaderos, no sólo creen en Dios, no solamente oran a Dios, a este Dios en Quien ellos creen,  son hombres y mujeres que han experimentado a Dios; Lo conocen.  De eso es lo que David está hablando acá.
    Esto nunca puede ser enfatizado suficientemente.  Esta es, en un sentido, la diferencia entre religión y fe verdadera.  Puedes dejar  la religión pero no puedes abandonar esto; es algo que Dios hace por nosotros, algo que Él nos entrega.  Obviamente que es esto lo que David está buscando, es por eso que clama por ello.  En verdad, esta es la cosa que el verdadero hijo de Dios quiere por sobre todas las otras:
    Dime que Eres mío, oh Salvador;
    Otórgame una seguridad clara.
    Así  lo dice el escritor de himnos William Williams.  Una ilustración obvia del reino natural arroja esto.  El que ama siempre quiere saber que es amado también.  Tales personas no lo toman por garantizado –desean que sea dicho- y lo mismo quiere el hijo de Dios.  Más aún, David se da cuenta, como nos dice, que esto no es algo que esté confinado al santuario, y esta es la cosa maravillosa de esto.  “Lo he visto en el santuario –dice David en esencia- pero sé que es igualmente posible aquí en el desierto”.  Es así –como usted ve- no depende enteramente de la casa de Dios;  puede experimentar a Dios de igual manera cuando yace  solitario en la cama de su casa o en la de un  hospital. Cuando está absolutamente aislado, Dios puede estar con usted allí tanto como puede estarlo en el tabernáculo, en el templo o en la iglesia.
    Esta era una lección que los hijos de Israel a menudo eran lentos en aprender.  ¿Recuerda también a la mujer de Samaria que argumentó con nuestro Señor? “Ustedes judíos, dicen  -de hecho dijo – “que uno debe adorar en Jerusalén;  nosotros decimos que debemos adorar en esta montaña”; y nuestro Señor respondió –“Viene la hora cuando ni en esta montaña ni en Jerusalén adorarán al Padre.. Dios es un Espíritu y aquellos que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad”  (Juan 4:21, 24 ).   Es el anhelo de los cristianos, en todas las circunstancias y situaciones, solamente  saber que Dios está con ellos y que los está mirando.   Este es el disfrute de Dios en un sentido personal, en todo tiempo y en todo lugar…”mi alma tiene sed de Dios… mi carne te anhela”
    ¿Es esto verdad para nosotros?  ¿Si usted no está en el desierto, es verdad para usted?   Debe ser verdad todo el tiempo.  Es verdad  en los hijos de Dios aun cuando todo esté en su contra.  No obstante, obviamente, será de mucha más verdad cuando las cosas están bien y cuando el sol brille sobre nosotros.  ¿Podemos decir honestamente “Mi alma tiene sed de Ti.  Mi carne Te anhela?”  Bien, déjenme enfatizarlo nuevamente, ¿si esta no es su experiencia ahora, entonces que será de usted cuando se encuentre en la adversidad?
    Pero prosigamos con el siguiente texto que es mucho más profundo.  David nos lleva un paso más adelante “porque Tu amorosa bondad es mejor que la vida, mis labios te alabarán” (v. 3).   Esta es una tremenda declaración.  Para el verdadero creyente la amorosa bondad de Dios es la cosa más preciosa de su vida.  No puede calificar esto porque David formula una declaración absoluta “porque Tu amorosa bondad es mejor que la vida”. Es tremenda, ¿verdad?  Lo es, por lo tanto, la prueba de nuestra completa posición y profesión.
    Los hijos de Dios desean esta presencia de Dios, esta sentida realización de la amorosa bondad de Dios por sobre toda otra cosa.
    Este tema se encuentra en toda la Biblia.  Esa era la diferencia, en un sentido, entre Abraham y Lot.  Lot tenía sus ojos puestos en las llanuras con sus ciudades y sus riquezas, pero Abraham los tenía puestos en Dios y estaba contento con las montañas. En Filipenses 1:21  hay una gran declaración del apóstol Pablo sobre esto “¡Para mí vivir es Cristo!” ¡Esa es vida!  “¡Cristo es para mí todo en mi vida- dice Pablo en esencia, y morir es ganancia”! O como lo ha descrito nuevamente en Filipenses 3:10   “¡que yo pueda conocerlo, y el poder de Su resurrección y participar en sus sufrimientos!”  “Una cosa”, dice el apóstol, “ hago”.   Es el propósito completo de su vida y forma de vivir: “¡conocerlo a Él!” ¡Tu amorosa bondad es mejor que la vida! (Fil 3:13-14)
    Lo que David quiso decir es esto (y no debemos olvidarnos de sus circunstancias- está en el mayor peligro y en una situación precaria).  Lo que en realidad  dice es “No estoy demasiado preocupado de mi seguridad personal, ni siquiera me preocupa si viviré o moriré,  no me preocupa si podré  librarme de este terrible predicamento y de la maldad  incluso de mi propio hijo que se ha alzado contra mí en rebelión.   Tu amorosa bondad es más importante para mí que la vida misma”.
    Por lo tanto, pongo esto delante de ustedes como una de estas pruebas profundas y fundamentales.  Estamos en un mundo incierto, un mundo que está siempre al borde de una crisis o de una catástrofe final.   Pueden desaparecer temporalmente pero volverán siempre esas condiciones.  Aquí  está la prueba.  ¿Qué es lo más importante para nosotros?   ¿Es continuar viviendo, prolongar la vida?  ¿Es la muerte la calamidad final?   Para muchas personas lo es y esto es trágico porque no tienen nada más que esta vida.  Todo lo de ellos es en este mundo, y cualquier cosa que amenace su existencia en este mundo es terrible.   Pero esto no es así para el cristiano, el verdadero hijo de Dios. “La amorosa bondad es  mejor que la vida”.  ¿Por qué?  Bien, ya he anticipado parte de la respuesta.   Expresaré primero la parte negativa. El verdadero hijo de Dios constantemente se da cuenta que este un mundo transitorio, una vida que pasa.  Una vez más, esto suena tan obvio y tan simple y aun así a veces pienso que es la clave para toda la situación actual.  El mundo hoy está haciendo su mejor esfuerzo para olvidar este profundo hecho: la vida trasciende y pasa.  El autor de la epístola a los Hebreros lo manifiesta en su maravillosa forma “aquí no tenemos una ciudad eterna pero buscamos una que vendrá” (Heb. 13:14 ).  ¡Esa es la manera del cristiano. “Esa es la victoria que ha vencido al mundo”! (1 Juan 5:4 ).  El mundo siempre hará que nos concentremos en él –en sus diarios, libros, entretenimientos, en cada forma.  Siempre se trata de poner la atención en esta vida.  Esa es la falacia completa para el hombre que vive en pecado.
    Pero los cristianos saben eso y es por ello que no ponen primero su existencia y continuidad en esta vida como prioridad.   No es el objetivo principal para ellos porque saben que en lo mejor la vida es sólo temporal.  ¡Si usted se enferma, se preguntará si va a mejorarse, y luego se recupera, gracias a Dios! Y luego olvida lo que sintió en ese momento desagradable.  Pero es allí donde usted se muestra como un pobre tonto que no sabe cómo pensar.    Ha tenido sólo un respiro momentáneo,  sólo un aplazamiento.  El cristiano enfrenta todo esto.  Esa es la sabiduría de la Biblia “¡Aquí no tenemos una ciudad eterna!”
    Los cristianos, por lo tanto, no ponen en primer o en lugar central la mera perpetuidad de la existencia en este mundo, sino que tienen una segunda razón para decirlo.  Es que saben que la vida en este mundo nunca puede ser realmente satisfactoria.  Aquí nuevamente debemos examinarnos.  El hijo de Dios es alguien que puede decir bien honestamente:  “No sé por qué, pero nunca he encontrado satisfacción completa en un mundo como este, nunca.  Oh he sentido interés, he sido atraído, me han ayudado, me han tocado, he disfrutado pero hay algo en mí gritando por un sentido más amplio, un aire más divino;  algunas añoranzas, algunos indicios, algunos sentimientos, algunas aspiraciones”.   Esto es en parte, por supuesto, debido a las pruebas y problemas de este mundo.  “En el mundo –dice Cristo- tendrán tribulaciones” (Juan 16:33 ).  Las preocupaciones de esta vida,  los imprevistos  están aquí y no podemos evitarlos.  Todos sabemos esto cuando nos detenemos a pensar en ello pero el demonio nos mantiene tan ocupados que fallamos en pensar, y cuando estamos en problemas ya no sabemos qué hacer.  No obstante los hombres y mujeres cristianos han enfrentado todo esto y saben que la vida nunca ha sido capaz  de satisfacerlos verdaderamente.
    Pero, por cierto, ellos han ido más allá de esto.  Han descubierto que el mundo es principalmente vano y vacío, aún en su mejor y más alto momento.   El placer del mundo se desvanece, toda su alardeada pompa y show.   Y los cristianos pueden ver a través y no son arrastrados por él.   Hubo un tiempo cuando no eran cristianos y todas estas cosas lo eran todo para ellos pero ahora no.   Pueden ver que hay en todo esto un elemento decadente.  Es un mundo donde “la polilla y el hollín corrompen, y los ladrones irrumpen y roban” (Mateo 6;19 ).  El mundo en lo mejor es “el deseo de la carne, y el deseo de los ojos, y el orgullo de vivir” (1 Juan 2:16 ).  Ese es el mundo y los cristianos ven el vacío que lo envuelve todo.  Saben que es variable y siempre cambiante y llegan de este modo a la misma conclusión que el apóstol Pablo cuando dice “porque estamos en este tabernáculo, gemimos, somos cargados… deseando fervientemente ser vestidos con nuestra casa que está en los cielos” (2 Cor 5:4, 2 ).  Así los verdaderos hijos de Dios han, como David, venido a ver que la sola vida, la sola existencia, sólo el continuar, sólo escapar de sus enemigos, salir  de este hoyo o ese problema, no es la cosa más importante.  Han observado la vida quietamente y la han visto en su todo, lo han visto como es, no son más engañados de su glamour y sus pretensiones.
    Ese es el lado negativo, pero oh, es también el aspecto positivo que hace que los hijos de Dios hablen como David.  Muchos han visto la vida y la han terminado con cinismo.  En este mundo de hoy existen muchos cínicos; muchos hombres y mujeres inteligentes que tienen inteligencia suficiente para ver el show vano y por lo tanto se apartan de él.  Su actitud es “No me entusiasma esto”.  “Me estoy engañando a mí mismo”.  “Lo disfruto ahora pero cuando envejezca, ya no seré capaz de hacerlo”.  ¿Y entonces cuál es el propósito de todo esto?   Pueden verlo pero no tienen nada más por lo que terminan en el escepticismo y en una clase de desesperación.
    No obstante, David dice “¡la bondad amorosa es mejor que la vida!”  Esto no es sólo porque sabe la verdad de la vida sino también porque conoce la bondad amorosa de Dios. Esto es positivo.  ¿Por qué David está sediento de Dios por sobre todo lo demás?  ¿Por qué está más preocupado de esto  que de sus circunstancias y condiciones?   ¿Por qué busca esta bondad amorosa?  La respuesta es simplemente porque Dios es quién es y es lo que es “ver Tu poder y Tu gloria como la he visto en Tu santuario” La gloria de Dios, estar en la presencia de Dios – no hay nada comparable a esto.  Es difícil explicarlo y nuevamente se me ocurre una simple analogía humana.  Si sabe algo de lo que significa estar enamorado, sabrá que el que ama desea estar en la presencia del objeto de su amor más que cualquier otra cosa.   Las personas enamoradas son infelices porque están separadas de la persona que aman.  Tienen aún su dinero, sus libros, su casa, y sus amigos pero están enamorados e infelices porque su amado no está allí.   Podrían ofrecerles el mundo completo pero es inútil porque lo único que desean es a su amado.  Esa persona tiene más valor para ellos que la vida misma.   ¡Multiplique esto al infito!  Este hombre ha estado en la presencia de Dios.  Ha visto algo de la gloria de Dios y dice en esencia “No hay nada que tenga algún valor en contraste con esto, y nada puedo recibir del universo completo que tenga algún valor comparado con esto”. Un himno de Augustus Toplady  lo manifiesta muy bien:
    Objeto de primer deseo,
    Jesús crucificado por mí
    Todos aspiran a la felicidad,
    Que sólo puede ser encontrada en Ti
    En Ti para complacerte y en Ti para saber
    Constituyen mi dicha aquí abajo.
    Verte y amarte
    Constituyen mi dicha allá arriba
    Señor, no es vida para vivir
    Si tu presencia es negada
    Señor, si tu presencia es concedida
    No hay más muerte para morir.
    AUGUSTUS TOPLADY – OBJETO DE MI PRIMER DESEO

    Aprecian, el ser de Dios, quién es y lo que Él es, significan todo para él.  En cuanto alguien ha tenido algún conocimiento de Dios nada más puede comparársele;  todo lo demás palidece y retrocede a la absoluta insignificancia.  Y lo que en efecto dice David es  “Oh, este conocimiento es más precioso para mí que la vida entera, con todos sus afanes juntos”.
    La segunda cosa que hace a David decir esto es que ha encontrado una satisfacción en este conocimiento íntimo de Dios que lo llena todo. “Mi alma”, dice, “estará satisfecha tanto con su médula y grosura” (v.5)   Esa es una descripción de satisfacción completa  y eso es lo que el cristiano encuentra en Dios y en el Señor Jesús Cristo a través del Espíritu Sano.  La total satisfacción.  El mundo no puede darla, pero Dios la da.  Nunca falla.  El satisface la mente. Nos da entendimiento.  Aún en las aflicciones no tenemos confusión  porque tenemos esta visión total y completa de la vida; sabemos del poder de Dios y Sus propósitos:
    Inspirador y oidor de oración,
    Tu pastor y guardián de Ti mismo
    Todo mi ser cuida de Tu pacto
    Duermo y despierto resignado.
    AUGUSTUS TOPLADY – Inspirador y Oidor de Oración

    Los cristianos tienen luz aún en la oscuridad.  Una vez más, esto es una gran declaración que está en toda la Biblia.  No sólo sus mentes están saciadas, sus corazones están saciados.  Porque hay solamente un lugar donde su corazón puede encontrar descanso.  Es en este conocimiento íntimo de Dios.  “La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará tu corazón y su mente” dice el apóstol Pablo.  “No estén afanosos por nada –no estén ansiosos sino en cada cosa en oración y súplica con acción de gracias pónganla en conocimiento de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y mentes en Cristo Jesús” (Fil. 4:6-7).
    Esto no implica que usted entiende completamente sus circunstancias pero que sí tiene paz a pesar de ellas.  Una vez que está con Dios, sabe que aunque usted no entienda Dios entiende.  Un niño pequeño se siente perplejo y miserable pero cuando el padre o la madre vienen, el pequeño está perfectamente feliz.  ¿Por qué?  ¿Tiene entendimiento? ¡No! pero confía en el padre o la madre –ellos entienden.  Y así los verdaderos cristianos siempre sienten con Dios.  Tienen paz y descansan en sus corazones, así como en el entendimiento de su mente, y su conciencia está tranquila.  No se aprobleman con su pasado o sus pecados o el miedo a la muerte. Saben que todo está bien con sus almas y que todo está bien entre ellos y Dios.
    Si Tú eres mi campo y mi sol,
    La noche no es oscuridad para mí,
    Y, tan rápido como mis momentos pasan
    Sólo me llevan más cerca de Ti.
    AUGUSTUS TOPLADY – Inspirador y Oidor de Oración!

    “Vivir es Cristo y morir es ganancia” (Fil 1:21).  Los cristianos saben esto y eso es valioso para ellos más que cualquier  otra cosa.  Y los cristianos saben también que esto es algo que nunca cambiará.
    Cambio y decaimiento veo a mi alrededor,
    Oh Tú, que no cambias, estás conmigo.
    HENRY FRANCIS LYTE – Habita conmigo

    Dios es inmutable.  “Tu amorosa bondad es mejor que la vida”, dice David (Sal 63:3). Y no solamente eso, David sabe que Dios puede derrotar a todos sus enemigos.  Piensa en ellos pero esta es su respuesta a ellos: “Aquellos que buscan mi alma para destruirla, se irán a lo más profundo de la tierra.  Caerán por la espada, serán porción para los zorros… la boca de aquellos que hablan mentiras serán acalladas” (vv 9-11).
    Dios es el Todopoderoso.  Él puede vencer a todos Sus enemigos; nada es imposible para Él. Por lo tanto la única cosa que importa es estar en una relación con Él.
    David también sabía que aunque la muerte viniera y sus enemigos triunfaran, no había diferencia para él – estaría con Dios, lo vería en la mañana. “Tu amorosa bondad es mejor que la vida”. ¿Por qué? Porque vería el rostro de Dios.  “Morir es ganancia”.  Es así que, obviamente, esto es de mayor importancia, de mayor valor para él que la vida misma, que la mera perpetuación de la existencia.
    ¿Qué más?  Bien, como un resultado de todo esto, el cristiano es llenado con el espíritu de agradecimiento y de alabanza y gozo.
    Porque Tu amorosa bondad es mejor que la vida, mis labios te alabaran. Te bendeciré mientras viva.  Elevaré mis manos en Tu nombre… mi boca Te alabará con labios gozosos… el rey se regocijará en Dios. (vv 3-5, 11).
    ¿Cómo enfrenta usted esta situación particular?  ¿Usted cree en Dios, pero lo alaba?  ¿Le agradece? ¿Se regocija en Él?   El fin principal del hombre es glorificar a Dios y disfrutarlo por siempre (El Catecismo Abreviado de Westminster ).  ¿Está disfrutándolo? ¿Le agradece?  No estoy preguntándole si cree en Él.  Le estoy preguntando si sabe lo que es vaciar su corazón en alabanza y acción de gracias.  David lo hizo, los hijos de Dios lo han hecho siempre.  “Regocíjense en el Señor siempre, y nuevamente digo, regocíjense”, dice Pablo a los filipenses (Fil 4:4).
    Finalmente, los cristianos tienen una tranquila confianza en Dios: “porque Tú has sido mi ayudador, por lo tanto en la sombra de Tus alas me regocijaré…Tu mano derecha me sostiene” (Sal 63:7-8).  Eso es lo mejor –conocer algo de lo que es estar bajo la sombra de Sus alas.  ¿Ha visto a los polluelos, jugando alrededor, picoteando aquí y allá, y de pronto aparece un perro o un gato, y todos juntos van rápidamente bajo la sombra del ala de la gallina, su madre?  ¿Ha estado alguna vez en esa oscuridad?  ¿Sabe lo que es sentir la sombra de las alas de Dios cubriéndolo, protegiéndolo? ¿Sabe usted que porque es Su hijo nada puede lastimarlo, “hasta los cabellos de su cabeza están contados (Mat. 10:30)”?  Dios ha dicho: “Nunca te dejaré, ni te abandonaré” (Heb. 13:5 ).  ¿Sabe que Él lo sostiene, y que continuará sosteniéndolo y que nunca lo dejará ir?
    Esas son, entonces, las marcas, las señales y, por lo tanto, las pruebas de un verdadero hombre y mujer de Dios.  ¿Si eso fue verdad con David, cuánto más lo será con nosotros? ¿En la luz de Cristo quien nos llevó más cerca de Dios, decimos: “Tu amorosa bondad es mejor que la vida?  ¿Es esa nuestra confianza en Él?   ¿Es Dios el objeto supremo de nuestro deseo?  ¿Podemos decir algo como esto?
    Oh Señor, me deleitaré en Ti
    Y dependo de Tu cuidado
    A ti en cada problema buscaré
    Mi mejor; mi único amigo
    JOHN RYLAND – Oh, SEÑOR, ME REGOCIJARE

    Tome nota de esto:
    Cuando todos los arroyos creados estén secos, la llenura es la misma,
    Que esté yo con esto satisfecho
    Y gloria a Tu nombre.
    Nada bueno puede ser encontrado en los hombres pero en Ti sí
    Tengo todas las cosas y en abundancia
    Mientras Dios sea Dios para mí
    JOHN RYLAND-   Oh,SEÑOR, ME REGOCIJARE

    ¿Es este  su lenguaje?  Honestamente puede decir:
    No tengo otro refugio,
    Que colgar mi alma indefensa en Ti
    No me dejes, no me dejes solo
    Sostiéneme y confórtame aun
    Toda mi confianza está puesta en Ti
    Toda mi ayuda viene de ti
    Cubre mi cabeza indefensa con la sombre de Tu ala
    CHARLES WESLEY – Jesús, amante de mi alma

    ¿Puede decir esto?  Esa es la prueba:  “Tu amorosa bondad es mejor que la vida”; o nuevamente “mi alma anhela… mi corazón y mi carne claman por el Dios viviente” (Sal 84:2).  Amén.

      
  • Limitando a Dios – Martyn Lloyd-Jones

    Fecha:Thu, 14 May 2015 09:29:48 PDT
    Del Libro Seeking the Face of God (Buscando el rostro de Dios), Nueve Reflexiones de los Salmos. Edición 2005.
    Puedes ver todos los capítulos publicados de este libro en este enlace: Buscando el rostro de Dios Martyn Lloyd-Jones.
    Traducido por Erika Escobar

    LIMITANDO A DIOS


    Sí, ellos dieron la espalda y tentaron a Dios, y limitaron al Santísimo de Israel
    Salmo 78:41
    Quiero en forma particular tratar con la última frase: “limitaron al Santísimo de Israel”.  En este salmo, el salmista está revisando la larga historia de los hijos de Israel.  Al hacerlo así, su objetivo  es recordar a su propia generación, y a aquellos que vendrían, la relación especial de estas personas con Dios.  Pero en esta revisión trae a consideración muchas cosas que son tristes y desalentadoras y que son tremendamente malas.  Aquí había hombres y mujeres que eran el pueblo de Dios, traídos a la existencia de forma  milagrosa por el llamado de Dios a Abraham, volviéndolos una nación y entregándoles promesas muy especiales.  Ellos eran Su propia y particular posesión, un pueblo  que Él había hecho para Sí mismo de forma que a través de ellos y por medio de ellos El pudiera manifestarse a Sí mismo al mundo entero y revelar Su gran gloria.
    El objetivo y rol de estas personas, por lo tanto, era mostrar las alabanzas de Dios. Pero,  como el salmista les recuerda – y nos recuerda a nosotros también- al hacer esta revisión de su pasada historia, ellos cortaron  una figura  muy lamentable.   Los vemos quejumbrosos, rebelándose, reclamando, derrotados por sus enemigos, en una condición en ocasiones de absoluta desgracia. Lo que el salmista hace es dar un registro de estos varios sucesos en la historia de los hijos de Israel, y en la medida en que lo hace, entrega la razón y la explicación a todo eso.  Y su propósito, por supuesto, es mostrar por qué fue que estas personas que estaban destinadas para cosas tan distintas,  nunca debían haberse encontrado en este estado miserable, infeliz y de derrota.
    Pero mi interés aquí es centrarme en la razón particular que nos da en la segunda mitad del versículo 41, porque allí, me parece a mí, está la cosa más seria de todas – la cosa que está por sobre cualquier otra- es la más lamentable en esta larga y enrevesada historia de estas personas.  La última acusación que trae en contra de ellos es que eran culpables de “limitar al Santísimo de Israel”.  Ahora algunas traducciones traducen esto como “provocaron al Santísimo de Israel”, lo cual es la misma cosa.  Lo provocaron así: en su incredulidad y en su falla en recibir Sus promesas y en creerlas y actuar de acuerdo a ellas.  Permanecieron entre sí mismos y las muchas bendiciones que Dios les había ofrecido y prometido a liberalidad.
    Bueno, esa es  la esencia de la acusación que el salmista trae contra ellos.  Es un cargo muy común en las Escrituras.  En otras palabras, los hijos de Israel por su incredulidad, debido a su estado y condición, no habían estado viviendo como Dios quería que lo hicieran; no se habían elevado a las alturas de su llamado.  Más bien,  estaban viviendo en un estado de miseria y debilidad y algunas veces de total abatimiento, aunque ellos estaban destinados a permanecer como el pueblo de Dios, reflejando su gloria eterna e infinita.  Vemos lo mismo en el Salmo 81, donde Dios habla de lo que podría haber sido una realidad para Su pueblo si sólo hubieran puesto su atención en Él y caminado Su camino.  En los versículos 11-2 de ese salmo, Dios dice:
    Pero mi pueblo no oyó mi voz,  e Israel no me consideró.  Así es que los abandoné, por tanto, a los deseos de su corazón; y caminaron en sus propios consejos.
    Luego, continua:  “Oh si mi pueblo hubiese oído y si Israel hubiera caminado en mis caminos, Yo rápidamente habría  sometido a sus enemigos y vuelto mi mano contra sus adversarios.  Los que aborrecen al SEÑOR habrían sido sometidos y su tiempo habría sido para siempre. Él los habría sustentado también con el más fino de los trigos y con la miel que brota de la roca hubiesen sido satisfechos” (vv. 13-16).
    Así es como podría haber sido pero no lo fue.. Y en todas partes las Escrituras del Antiguo Testamento, en estos varios resúmenes y en particular en estos salmos, vemos que de varias formas el pueblo de Dios había sido culpable de “limitar al Santísimo de Israel”.
    Y así, en lo que respecta a nosotros, a la luz de esta declaración me parece a mí que no podemos hacer nada mejor que examinarnos a nosotros mismos.  Porque nosotros, como personas cristianas, somos los hijos de Dios.  Los mismísimos términos que se aplican al pueblo de Israel en el Antiguo Testamento son aplicados a nosotros en el Nuevo.  El apóstol Pedro, citando lo que Dios había dicho a los hijos de Israel antes de darles la Ley en el Monte Sinaí, lo señala como  “ustedes son la generación escogida, un real sacerdocio, una nación santa, personas peculiares (distintivas, especiales),  de manera que anuncien las alabanzas de quien los ha llamado de la oscuridad a su maravillosa luz”  (1 Ped 2:9) [1]
    Esa es nuestra posición.  Ese es nuestro llamado como cristianos.  Somos el pueblo de Dios y estamos determinados a mostrar Sus alabanzas, Sus excelencias, Sus virtudes.  De forma tal que la pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos es:  ¿Lo estamos haciendo?  ¿Estamos nosotros en forma personal disfrutando de las bendiciones de la vida cristiana como debiéramos?  ¿Qué encontramos si miramos y revisamos el año pasado?  ¿Hemos asistido a la casa de Dios,  hemos leído las Escrituras, pero cuánto de esto nos hemos apropiado?  ¿Hasta qué punto estamos disfrutando todo lo que Dios nos ha ofrecido tan libremente? ¿Están disfrutando esto “el trigo más puro, la miel de la roca”?  ¿Cuál es el estado y condición de nuestra experiencia espiritual en este momento? ¿Y cuál es la position de toda la iglesia cristiana en la medida en que se encuentra a sí misma en este mundo difícil, en estos tiempos de problemas?  ¿Cómo está la iglesia realmente permaneciendo y funcionando?  Es “una amada con estandarte” (Cantares 6:4,10)[2].  ¿Está llena de la gloria de Dios?  ¿Está realmente anunciando Sus Excelencias, las alabanzas de Aquel que nos llamó de las tinieblas a Su más maravillosa luz?
    Pongámoslo así:   ¿Somos culpables de alguna forma o modo de “limitar al Santísimo de Israel” (Sal 78:41)?  Esta es una frase notable.  Dios es todopoderoso e omnipotente, Él es un Señor soberano, y aun así la enseñanza es bastante simple aquí, como lo es en cualquier parte de la Biblia, y nos dice que es posible para nosotros, en un aspecto, “limitar al Santísimo de Israel” y causar que Dios diga en esencia: “Oh, si Mi pueblo me hubiese prestado atención”, “Oh, si ellos hubieran escuchado” (ver Sal 81:13)[3].
    Es una paradoja, por supuesto, una antinomia[4] que no podemos resolver.  Es la misma clase de hecho cuando encontramos a nuestro Señor, justo antes de Su muerte, mirando a Jerusalén y diciendo “Oh Jerusalén, Jerusalén…” (Mat 23:37[5].  Él los hubiera guardado y protegido como una gallina hace con sus polluelos pero rehusaron.  Esta es la misma idea, esta acusación es constantemente puesta en el tapete.  No podemos entender esta antinomia pero debemos aceptar la simple enseñanza de la Escritura. Sabemos que finalmente los propósitos de Dios son seguros y sucederán pero es igualmente claro que nosotros podemos robarnos a nosotros mismos de muchas de las ricas bendiciones de Dios.  Podemos entrar en este estado y condición que fue tan cierta de los hijos de Israel y, de ese modo, ser culpables de limitar a Dios.
    Es, por lo tanto, un tema urgente para nosotros, desde el punto de vista de nuestra propia felicidad personal y disfrute de la vida Cristiana, asegurar de que no somos culpables de esto.  Pero, además de eso, existe una tremenda responsabilidad que cae como un todo sobre la iglesia cristiana en los tiempos actuales. Tal y como está el mundo, completamente desesperanzado y desconsolado,  ¿tenemos algo que ofrecerle?   ¿Estamos dando la impresión de que con Dios todas las cosas son posibles? ¿O estamos de una forma u otra limitándolo?
    Tratemos de examinarnos a nosotros mismos a la luz de esto.  Sólo puedo poner algunas cuestiones generales aquí, confiando que el Espíritu Santo nos habilitará a aplicarlas a nosotros mismos una por una.  Primero que todo, ¿cuál es el estándar?  ¿Cómo nos juzgamos a nosotros mismos? Obviamente no podemos hacerlo sin una vara, algún medio para evaluarnos, y, por supuesto,  tenemos esto bastante claro en la Biblia.  Esta es la forma para examinarnos a nosotros mismos.  ¿Qué es posible para nosotros?  ¿Qué se nos dice en las Escrituras?  Leemos de “las promesas excesivamente grandes y preciosas…” (2 Ped 1:4)[6].  En la Palabra de Dios se nos dice que ellas nos son dadas, que todas las cosas relativas a la vida y la  piedad nos son concedidas a mera liberalidad (2 Ped 1:3)[7]. Entonces, la pregunta  que asoma es:  ¿hasta qué grado/extensión estamos experimentándolas en nuestra vida diaria?
    En adición a esto, tenemos más estándares entregados por la historia de la iglesia.  Podemos leer sobre aquellos que han partido antes que nosotros.  Podemos leer sobre los tiempos cuando la iglesia cristiana había sido dinámica en poder y había sido poderosa en la tierra.  Que es otra manera en la cual podemos medirnos a nosotros mismos.  Podemos leer las biografías de hombres cristianos, podemos leer sobre la vida de los santos en todas las épocas y ver qué es posible para un ser humano en esta vida y en este mundo.
    Esos, entonces, son dos de los medios por los cuales podemos examinarnos a nosotros mismos y somos exhortados a hacerlo.  “Examínense, si están en la fe”, dice el apóstol Pablo a los corintos. “Pruébense a ustedes mismos” (2 Cor 13:5)[8]. Y como el salmista lo hace aquí, es bueno mirar atrás y examinarnos a la luz de estas cosas.
    Sugiero a ustedes algunas maneras particulares en las cuales podemos aplicar a nosotros mismos los estándares y pruebas que encontramos aquí.   Nadie puede leer el Nuevo Testamento sin ver allí una clara descripción del cristiano y de lo que es posible para los hombres y mujeres cristianos.  Lo encontrará, por supuesto, en las propias enseñanzas de nuestro Señor en el Sermón del Monte, por ejemplo, y elaborado muy clara y abiertamente en varias epístolas del Nuevo Testamento.  Todos estaban interesados en mantener ante aquellos  primeros cristianos el modelo, el estándar, la norma para gente cristiana y para la vida cristiana.  Estaban siempre recordándoles lo que era posible para ellos.
    Este recordatorio se hizo necesario debido al fracaso, porque aún entonces las personas estaban escurriéndose, cayendo bajo el estándar de lo que ellos estaban determinados a ser.  Es así que los autores del Nuevo Testamento escribieron sus epístolas.  No siempre podían visitar las iglesias así que a cambio les enviaban cartas.  Y lo que hicieron  en ellas fue recordar cada vez a los cristianos quiénes y qué eran.  ¡Siempre comienzan, por lo tanto, con la doctrina.  “Aquí está”!, decían en efecto los escritores,  “esto es lo que es posible”.   Luego las personas eran examinadas a la luz de eso; eran reprobadas  y reprendidas y luego exhortadas a ajustarse al modelo. ¡“Despójense … del viejo hombre y vístanse del nuevo”! (Ef. 4:22-24)[9].  “No deben continuar haciendo eso”, dice Pablo, “porque  ya no están más en esa posición.  Han sido movidos.  En lugar de eso, ustedes  deben estar viviendo de este modo”.
    Todo el tiempo, por lo tanto, estos escritores estaban presentando a sus lectores este estándar, y en la medida en que nos examinamos a nosotros mismos a la luz de él, deberíamos preguntarnos si nos estamos ajustando al modelo o si estamos, de una forma u otra, “limitando al Santísimo de Israel”.  Sabemos lo que Dios ha hecho, sabemos que Él ha enviado a su único primogénito Hijo al mundo. ¿Para qué?  Para que pueda formar un pueblo para Él.  Ve,  Él lo ha hecho ahora, de una forma mucho más grande de lo que lo había hecho de antaño a través de Abraham.  Cristo ha sido enviado al mundo para que pudiera ser “el primogénito entre muchos hermanos” (Rom. 8:29)[10], la nueva humanidad, y se nos ha dicho lo que es posible para tal pueblo.  Y si no estamos apercibidos de eso, si no lo estamos experimentando, somos culpables  de limitar a Dios en varias formas.
    Déjenme presentarles algunas de las cosas que debieran ser verdaderas en nosotros como cristianos.  La primera, existe la seguridad de salvación, sabiendo que nuestros pecados son perdonados, la habilidad de decir “siendo justificados por la fe, tenemos paz con Dios” (Rom. 5:1)[11] y “no hay, por lo tanto, ahora condenación alguna para aquellos que están en Cristo Jesús” (Rom. 8:1)[12].  Eso está determinado a ser la experiencia normal de cada cristiano.  El cristiano debe saber que sus pecados son perdonados.  No debemos preocuparnos sobre esto, o dudar, o estar inciertos, o infelices.   Se nos ofrece la seguridad completa; está casi en cada una de las epístolas del Nuevo Testamento.  Escuchen al apóstol Juan “estas cosas  les he escrito para que sepan que tienen vida eterna” (1 Jn 5:13)[13]. “Si cualquier hombre peca, tenemos un abogado para con el Padre, Jesús Cristo el justo (1 Jn 2:1)[14].  “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos, y limpiarnos de toda nuestra iniquidad” (1 Jn 1:9)[15]
    No obstante, si estamos inseguros de nuestro perdón, estamos definitivamente limitando a Dios y no tenemos ningún derecho a hacerlo.  Dios es nuestro Padre y un padre nunca desea infelicidad para sus hijos ni que se sientan inseguros sobre la relación –tal cosa es inconcebible.  De manera que tenemos enseñanza abundante en la Biblia que nos entrega certeza y seguridad.  Y si no la tenemos, somos culpables de poner un límite sobre lo que es posible.
    Y aún existen  muchas personas para las cuales esto no es real. ¡Oh, dicen, “es presuntuoso decir que usted  se sabe perdonado”!, Se oponen activamente a esto.  ¡Pero eso no es nada más que limitar al Santísimo de Israel!  Dios ha querido que Sus hijos lo sepan y sepan además que son Sus hijos y sepan algo de Su amor hacia ellos.   Déjenme citar las escrituras para ilustrar esto.  El apóstol Pablo escribe en Romanos 5: “¡Nos gloriamos también en la tribulación! ¿Por qué? Porque el amor de Dios es derramado ampliamente en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (vv 3, 5)[16]. Pablo quiere decir que el amor de Dios “es derramado ampliamente” en nuestros corazones.   No se está refiriendo a nuestro amor por Dios sino a nuestro conocimiento de Su amor por nosotros; que es derramado ampliamente en nuestros corazones.  Y los términos son muy acertados porque la palabra significa “derramado ampliamente con gran abundancia”, no sólo un goteo sino un gran flujo del amor de Dios.  O tome otro versículo, Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”.
    Como Pablo lo expresa en Romanos 8:15: “No han recibido el Espíritu de servidumbre nuevamente para temer, sino que han recibido el Espíritu de adopción, por el que decimos, Abba, Padre”[17] [18].  Y el apóstol no está diciendo esto sólo para unos pocos y especiales cristianos escogidos.  No, escribe para todos los miembros de la iglesia en Roma, y esto es lo que él asume como verdad para todos y cada uno de ellos.
    En consecuencia, la pregunta que hago ahora es:   ¿estamos conscientes de esto?   ¿Lo estamos disfrutando? ¿Es esta una descripción de nuestra propia experiencia?   Esta es la forma que Dios quiere que sea.  El Espíritu Santo fue derramado en el día de Pentecostés para que esto sea posible.  El amor de Dios es derramado ampliamente en los corazones de Su pueblo, con el fin de que pudieran conocer el amor de Dios por ellos y que el testimonio del  Espíritu pudiera autentificarse en ellos individualmente.  No es algo que ellos puedan deducir de las Escrituras, esto es la presencia directa del Espíritu, algo que se hace realidad de una manera inmediata y directa en los hijos de Dios.
    Simplemente estoy argumentando que si no sabemos esto, de una manera u otra, somos culpables de “limitar al Santísimo de Israel”.  Los cristianos que  meramente continúan con la esperanza, preguntándose si son perdonados, o si alguna vez lo sabrán, confiando que de alguna forma..,  bien, están viviendo como los hijos de Israel estaban viviendo.   Pero no estamos destinados a vivir de ese modo.  Los hijos de Dios están destinados a conocer este amor y a tener absoluta seguridad, una certeza absoluta que sus pecados son perdonados y que ellos son, de verdad y de hecho, los hijos de Dios y por lo tanto herencia de Dios y co-herederos con Cristo (Rom. 8:17[19]).
    O permítanme ponerlo así:  los Cristianos tienen, como un resultado de todo esto, un conocimiento inmediato y directo  de Dios y del Señor Jesús Cristo[20].  En la Biblia, encontramos algunas promesas muy maravillosas acerca de esto.  El Señor Jesús, un poco antes del final –el registro se encuentra en Juan 14-, se volvió a sus discípulos, quienes estaban tristes porque había anunciado Su partida y dijo:  “que su corazón no se entristezca, ustedes creen en Dios, crean también en mí” (v.1)[21].  Dijo que Él no se iría sin dejarlos sin consolación; Él iba a enviar al Espíritu Santo a ellos.  Pero fue más allá y dijo “Me manifestaré a Mí mismo  (a ustedes)” (v.21)[22].
    Ahora esta es una promesa muy distintiva y explícita. Él dice que se manifestará a Sí mismo a aquel que guarda Sus mandamientos, aquel que es verdaderamente cristiano –no se manifestará de una forma física  sino espiritual.   Esto está conectado con el envío y la venida del Espíritu Santo.  Él promete dar manifestaciones de Sí Mismo a Su pueblo de forma tal que ellos lo conozcan.  Por esto, dice también:  “Es conveniente para ustedes que Yo me vaya, porque si no lo hiciera, el Consolador no vendrá  a ustedes; pero si Me voy, Lo enviaré a ustedes (Jn 16:7)[23] ¿Por qué es conveniente?  Bien, con  la morada del Espíritu Santo en nosotros, Cristo estará presente y, en adición a ello,  dará manifestaciones de Sí mismo a Su Pueblo.  ¿Lo conocemos así?   ¿Conocemos a Dios viviendo y en una manera real?
    Cuando usted lee sobre este pueblo en la Biblia, encontrará que ellos conocían a Dios.  No sólo creían las cosas de Dios a la distancia, “Él era real para ellos”.  Aún el salmista, en la dispensa del Antiguo Testamento, la cual es inferior a nuestra posición, dice “Cuando mi padre y mi madre me abandonen, entonces el SEÑOR me acogerá” (Sal 27:10)[24] porque en eso él ve la gracia y la gloria de Dios.  Abraham fue amigo de Dios, y nosotros somos hijos de Abraham por fe.  De forma tal que el asunto es, ¿conocemos a Dios el Padre y a Dios el Hijo de esta forma tan íntima?  ¿Somos conscientes de estas manifestaciones?  ¿Realmente hemos  vivenciado la presencia del Dios viviente?  Estamos destinados a eso.  Se nos ofrece muy abiertamente en la Biblia y no sólo allí.   Es también abundantemente confirmado de esta manera en la historia subsecuente del pueblo de Dios.
    Por ejemplo,  un anciano puritano  dijo justo antes de morir –“Dios habita familiarmente con los hombres”.   ¿Por qué dijo eso?  Lo dijo basado en una experiencia que había tenido de la cercanía de Dios.  Dios había manifestado algo de Su gloria a este hombre.  Usted ve, estos registros en las Escrituras de las personas teniendo visiones de la gloria de Dios no son producto de la imaginación, son hechos; estas cosas suceden.  Y así las encuentra en el Antiguo y en el Nuevo Testamentos y en la historia de la iglesia.  ¡Dios habita familiarmente con los hombres!
    ¿Conoce a Dios?  ¿Conoce algo de este trato familiar con Él, esta comunión con Él, la cual es real?  No estoy hablando de sólo arrodillarse y orar.  Estoy hablando acerca de la materialización de la presencia de Dios –Dios el Padre y Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo.  Se supone que debemos disfrutar eso.   Estas son algunas de las excesivamente grandes y preciosas promesas que Dios ha mantenido frente a nosotros, y mi argumento es que si no sabemos nada acerca de esto, entonces somos culpables de limitarlo.  No estamos disfrutando en plenitud de lo que Él ha puesto a nuestra disposición, de lo que Él ha preparado para nosotros, Su pueblo.
    Es así que la primera cosa que debe ser verdad en nosotros es la seguridad de la salvación, que conduce a la segunda que es el regocijo.  El pueblo de Dios está destinado a ser un pueblo jubiloso.  Esas son las palabras de las Escrituras “Regocíjense eternamente” (1 Tes 5:16)[25]. O como Pablo lo escribe a los Filipenses – Regocíjense en el Señor siempre, y de nuevo digo, regocíjense (Fil. 4:4).   ¿Pero esto es posible?, dice usted.  ¡Lo es!  Como recién acabamos de ver, Pablo también dice que podemos regocijarnos en las tribulaciones, en medio de ellas, en cualquier cosa que vaya mal.
    Déjenme entregarles otra cita, del apóstol Pedro esta vez – A quien (quien es el Señor Jesús Cristo) no habiéndolo visto, aman;  en Quien, aunque ahora no lo vemos, creemos, regocíjense con inexplicable gozo y  lleno de gloria” (1Ped 1.8)[26]  ¿A quiénes escribía?  Bien, cuando usted lee la primera epístola de Pedro, encontrará que no estaba escribiendo una carta circular a sus pocos seguidores apostólicos.  No, estaba escribiendo a extraños que estaban dispersos en Ponto (costa sur del Mar Negro), Galacia y Bitinia, Capadocia y en varios otros lugares;  personas a las cuales no conocía pero, no obstante que no los conocía, les escribía porque se le había dicho que eran cristianos. Estaban enfrentando un periodo de tribulación y es así que les escribió para alentarlos y ayudarlos.  Ellos eran llamados cristianos ordinarios, los miembros promedio de la iglesia y porque ellos eran eso, Pedro no dudó en decir eso sobre ellos; ellos sabían lo que era “regocijarse con un gozo indescriptible y la plenitud de gloria”.  Este es un gozo glorioso que confunde las palabras, es tan maravilloso que está fuera del alcance de cualquier expresión humana.
    Es así como está destinado que el pueblo de Dios sea.  Las personas cristianas nunca fueron destinadas a ser miserables ni infelices.  Si usted o yo estamos, por así decirlo, mitad vueltos al mundo,  más bien lamentándonos del hecho que no podemos disfrutar de lo que el mundo está disfrutando y de no poder permanecer con ellos todavía, si estamos pensando que estamos muy bien en no negarnos a nosotros mismos y tomar la cruz y tener esta vida dura y difícil, entonces estamos en un estado terrible.   Eso significa que estamos proclamando al mundo que el camino de Dios es uno miserable;  que para la verdadera felicidad y gozo debemos ir al mundo y que no podemos obtener de la fe esa felicidad y gozo.   Eso es “limitar al Santísimo”.  La misma cosa de la cual el pueblo de Israel fue culpable.  Allí estaban –miserables- aunque Dios había mantenido ante ellos tales gloriosas posibilidades.  Lo limitaron en el tema de regocijarse.
    La tercera cosa que debe ser verdadera en nosotros como cristianos es:  deleitarse en Dios y en Sus mandamientos.  El apóstol Juan dice, en su primera epístola, “Sus mandamientos no son gravosos” (1 Jn 5:3)[27].  ¿Cómo pueden los mandamientos de Dios ser gravosos a cualquiera que realmente tiene su mente iluminada?  No existe vida como esa; esta es la única vida –la otra es oscuridad.  ¿Es posible que para un hijo de Dios sus mandamientos sean gravosos, una carga pesada de soportar?  Sin embargo,  los hijos de Israel estaban constantemente dando esa impresión.  ¡De hecho dijeron “Mira a esas otras naciones, tienen reyes, pero nosotros no. “¡Danos un rey!”  Usted  ve, despreciaron el hecho que Dios era su Rey.  Envidiaron a esas otras naciones, a aquellas personas que podían hacer lo que les placiera.  No tenían los Diez Mandamientos, no guardaban el sábado, comían cualquier cosa que les gustara y se casaban con quienes querían.  “Aquí estamos, dijo el pueblo de Dios, viviendo la vida limitada”.  Siempre estaban enojados y quejumbrosos; esa era la acusación que se puso en contra de ellos.
    ¿Es esto también real en nosotros?   ¿Encontramos los mandamientos de Dios gravosos?   ¿Encontramos que el camino que Dios ha trazado para nosotros es duro, difícil, limitado y complicado?  ¿Va nuestro cristianismo a contrapelo?  ¿Damos la impresión de que es materia de deber o quizá más un asunto de miedo que cualquier otra cosa?  Si es así, mis amigos, estamos “limitando al Santísimo de Israel”.   Dios pretende que nosotros disfrutemos el guardar sus mandamientos.  Fueron diseñados para ser nuestro mayor gozo.  El salmista podría decir –¡Me deleito en Tu ley! (Sal 119:70)[28], no obstante nosotros estamos en una posición superior a la del salmista, tenemos una plenitud que él no conoció[29].
    Por seguro que estas cosas son sencillas y claras, pero continuemos.  ¿Estamos disfrutando de la paz de Dios?  Estamos destinados a eso.  Déjenme recordarles las palabras de Pablo en Filipenses 4:  “Por nada estén afanados (ni ansiosos) sino pongan todo en oración y súplica y agradecimiento, dejen que sus requerimientos sean conocidos por Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y mentes en Cristo Jesús” (vv. 6-7).  Estos son asuntos prácticos.  ¿Ha disfrutado la paz en el último año?  Diferentes cosas nos han sucedido a todos nosotros –pruebas, tribulaciones, penas, pérdidas quizá.  No sé qué habrá sucedido en su vida pero sí sé lo que el apóstol dijo:  “en todo” y eso es todo incluido;  sin excepciones.  ¿Ha experimentado esta paz? ¿O cuando las pruebas han venido, ha estado completamente  consternado y desconsolado, fuera de sí mismo, confundido, alarmado?  ¿Se ha sentido enojado y quejumbroso  “por qué Dios me está haciendo esto?”. ¿Qué  ha sido?
    Los hijos de Israel estaban siempre infelices e inquietos, no conocían esa paz, y era porque ellos estaban “limitando al Santísimo de Israel”.  No conocían Su consuelo, no permitían que Él se los diera.  Le dieron la espalda en lugar de volverse a Él.  ¿Cómo ha sido con nosotros?  No hay cuestionamiento sobre esto, si no sabemos algo de la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, a ese límite estamos limitando a Dios.
    No obstante, si realmente estamos en una relación verdadera con Dios, cuando cualquiera cosa suceda, podemos saber que en esta paz nada puede perturbarnos, es nuestro deber disfrutarla, sino estamos pecando.   Es tan posible para nosotros como lo fue para el apóstol Pablo, y debemos saberlo.  Debemos saberlo como una realidad y  una experiencia que “todas las cosas trabajan para bien para aquellos que aman a Dios, para aquellos que son llamados de acuerdo a Su propósito (Rom. 8:28)[30].  No saberlo es poner un límite a lo que Dios ha hecho posible para nosotros.
    Otra marca del verdadero Cristiano es “descansar en Él y en Su total suficiencia”.  Encontramos eso también en Filipenses 4:   “He aprendido, en cualquier estado en que me encuentre, a estar contento”,  en la precariedad y en la abundancia… Puedo hacer todas las cosas a través de Cristo que me fortalece” (vv. 11-13)[31].  ¿Es esa su experiencia?  ¿Sabemos que Cristo satisface todo?  ¿Lo hemos sentido así en los momentos de dificultades y problemas?  ¿Lo hemos sentido como el todo para nosotros?  Podríamos cantar desde el corazón ese hermoso himno de Charles Wesley[32]:
    Tú, fuente escondida de calmado reposo,
    Tú  en todo suficiente amor divino,
    Mi ayuda y refugio de mis enemigos,
    Seguro estoy si Tú eres mío
    ¡Y vean!  del pecado, la pena y la vergüenza
    Me escondes, Jesús, con Tu nombre.
    Él es el poderoso nombre de  salvación
    Y guardas mi alma feliz arriba
    Traes consuelo y poder y paz
    Y gozo y amor eterno.
    Para mí con Tu querido nombre
    Perdón y santidad  y cielo me son dados
    ¿Es eso verdad para nosotros?
    Jesús mi todo en todo Tú eres,
    Mi descanso en el esfuerzo, mi alivio en el dolor
    ¿Lo es Él?  ¿Es Él eso para usted?
    La sanidad de mi corazón roto,
    En guerra mi paz, en la pérdida mi ganancia.
    Mi sonrisa bajo el ceño fruncido del tirano,
    En la vergüenza mi gloria y mi corona.
    En la necesidad, mi provisión abundante,
    En la debilidad mi poder topoderoso,
    En las cadenas, mi perfecta libertad.
    Mi luz en las horas más oscura de Satán,
    En la aflicción mi indescriptible gozo,
    Mi vida en la muerte, mi cielo en el infierno
    “TÚ  FUENTE ESCONDIDA DE CALMADO REPOSO”.
    Charles Wesley escribió desde su experiencia.  Ve que no es sólo el apóstol Pablo quien puede decirlo “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.  Charles Wesley lo repitió, y otros han dicho exactamente lo mismo.  Como Wesley dicho en otro himno:
    Cristo Tú eres todo lo que necesito,
    Más que el todo encuentro en Ti
    JESÚS, EL AMANTE DE MI ALMA
    Aquí están, entonces, algunas de las pruebas que debemos aplicarnos a nosotros mismos y a la iglesia como un todo.  Lea los registros de la iglesia primitiva, que estaba llena del poder del Espíritu.  Grande gracia estaba sobre ellos; la presencia del Espíritu estaba allí manifestada en poder.  Estaban conscientes de eso, y el lugar donde se reunieron fue sacudido.  ¿Qué es lo que sabe la iglesia de hoy sobre todo eso?  Aquí están las preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos.  Lea el pasado y lea sobre un hombre como George Whitefield diciendo: “Cristo bajó entre nosotros”.  ¿Sabemos algo de esto?  ¿Esperamos alguna vez que Él baje?  Leemos sobre hombres hablando acerca de “los días del cielo en la tierra”.  ¿Sabemos algo de esto?  ¿Sabemos lo que es tener a Dios en medio nuestro, y la presencia del Espíritu Santo excitando a toda la congregación con Su poder y Su gracia y Su gloria?  Estas son las cosas que se nos ofrecen, las cosas que son hechas posibles por todo lo que el Hijo de Dios hizo cuando vino a la tierra.
    Entonces, esas son algunas de las preguntas que debemos hacernos a nosotros mismos, y si encontramos que somos culpables de limitar a Dios, déjenme darles algunas causas.  Encontré algunas en este salmo, y agrego otras pocas a ellas.  La primera y más común de todas las causas, por supuesto, es el pecado y la desobediencia.  Porque esto era una constante verdad en los hijos de Israel  y por ello fueron llevados a la calamidad,  y hechos miserables y desgraciados.  Usted tampoco conocerá nunca las bendiciones de esta vida cristiana hasta que deje de pecar y hasta que comience a obedecer los mandamientos de Dios.  Las bendiciones vendrán como sigue el día a la noche.  No tiene sentido pedir bendiciones si está deliberadamente pecando.  Esa es la causa más común de todas.   Agregaré otra: Auto-satisfacción –que es la confianza en uno mismo y la propia auto-dependencia.  Esa, nuevamente, era la constante fuente  de los problemas en los hijos de Israel.  Pensaban que no necesitaban el poder de Dios.  ¡Podían armar un ejército; podían congregar sus fuerzas, podían tener buenos generales por cuenta propia!  No necesitaban a Dios.  Así es que fueron y desafiaron al enemigo con sus propias fuerzas y fueron derrotados.  No obstante, cuando confiaron en Dios, aunque eran sólo un puñado, siempre tuvieron victoria.  Esté alerta, autosatisfacción y  auto-dependencia, este sentir al que hemos llegado.
    Leo muchos boletines  religiosos y por la información que suministran podría llegar a la conclusión de que las cosas nunca han ido tan bien.  ¡Todo está muy bien!  Esa es la impresión que entregan –aunque la iglesia está en completa debilidad y está más o menos paralizada.  Es trágico, este sentido de confianza en nosotros mismos continúa presente;  este creer que el hombre puede todavía organizar la iglesia cristiana y ser exitoso, esta autonomía fatal.  ¿Las personas sienten que se han convertido al cristianismo y entonces qué más es necesario?  Todo está muy bien, piensan, pero en el momento en que usted comienza a sentir eso, usted ha cortado las bendiciones de Dios.  Él solamente  bendice al humilde y aquellos que están verdaderamente contritos.
    Otra causa de problemas es la ignorancia y la ceguera.   ¿Qué quiere decir con eso?, alguien pregunta.  Me refiero a la ignorancia de lo que se enseña en las Escrituras.  Existen tantas personas que nunca parecen haberse dado cuenta de lo que es posible para un cristiano.  Piensan que ser cristiano significa sólo hacer una decisión, tomar un cierto paso, y que eso es todo. No saben nada acerca de las cosas que he estado presentando; nunca parecen haber leído acerca de ellas o estar conscientes de ellas, pero se encuentran en las Escrituras.  Y eso sólo es ignorancia de la Biblia,  y también ignorancia de la historia.  Ese fue el problema con estos hijos de Israel.  Tome nota del versículo once del Salmo 78 “¡(ellos) olvidaron sus obras, de las maravillas que Él le había mostrado! Estaban siempre olvidando.  Hubo una generación que no supo de José (Exo 1:8)[33].  Una generación vino que no sabía de las cosas maravillosas que Dios había hecho cuando trajo al pueblo de Israel desde Egipto a Canaán; eran ignorantes de la historia, de su propio pasado.  Es por eso que el salmista les recuerda todo.  Hoy en día, existen muchos  que no saben nada acerca del período del despertar y del  avivamiento y Dios bajando (al mundo);  no saben nada de lo que es posible para los individuos. Y todo se debe a la auténtica ignorancia de los hechos de la historia de la iglesia cristiana.
    Luego, por supuesto, existe siempre el escepticismo –no tomar la Biblia como es. O si la leen, la gente la justifica, “limitando al Santísimo de Israel”.  Ellos dicen “usted está malinterpretando eso”.   Cuando la Biblia habla sobre el Espíritu Santo o del amor de Dios siendo derramado profusamente en nuestros corazones, eso es verdad para todos los cristianos. Si el Espíritu Santo habita en usted, entonces es verdad.  ¿Lo es? O quizá podamos no creer que eso no es posible para nosotros.  Muchos están en esa posición.  Leen el Nuevo Testamento y dicen “Si, eso está bien, esos eran los primeros tiempos.  Esos eran los apóstoles, pero nosotros no estamos destinados a eso”.  ¿Quien les dijo eso?  Las Escrituras dicen “la promesa es para ti, y para tus hijos y para todos los que están lejos” (Hech 2:39)[34].  No hay límites.  En ninguna parte el Nuevo Testamento dice que esta vida es sólo posible para la primera generación de cristianos.  Está destinada para todos los cristianos de todos los tiempos, en todos los lugares, y si usted es culpable de esa malinterpretación, es culpable de “limitar al Santísimo de Israel”.
    Hay una creencia errónea.   Eso es parcialmente lo que hemos estado considerando, la idea de que esta vida es sólo destinada a ciertas personas.  Es la herejía de dividir a los cristianos entre aquellos que son santos y aquellos que no lo son, no obstante, que de acuerdo al Nuevo Testamento todos somos llamados santos.  De manera que no debemos excusarnos a nosotros mismos al decir “pero yo no soy uno de esta gente especial”.  Todos somos personas especiales, y somos todos los hijos de Dios, todos aquellos que creemos en el Señor Jesús Cristo.  Y entonces existe una creencia terriblemente equivocada que es una clase de fatalismo, muy a menudo una mala interpretación de la enseñanza de la soberanía de Dios, una creencia que dice “Oh este es un tiempo de declinación.   Este no es un tiempo para esperar bendiciones personales o para la iglesia, de forma tal que no las pida.  Debe esperar hasta que los tiempos mejoren”.   Esta es una contradicción descarada de la enseñanza del salmista.  En esos tiempos el salmista suplicó a Dios regresar.  Decían  “¿Por qué eres como un extraño? ¿Por qué no regresas?  Y esa es la inevitable actitud de un hijo.  La otra visión es pura fatalidad y no tiene relación alguna con la enseñanza en las Escrituras.
    Otra creencia que es muy común hoy en día es la tendencia a desestimar estas elevadas experiencias  calificándolas como sólo éxtasis.  Las personas tratan de explicarlas psicológicamente como el entusiasmo de la juventud, o alucinaciones, o emocionalismo. Pero eso es “limitar al Santísimo de Israel;  eso es sofocar al Espíritu.  Eso es poner una barrera entre lo que Dios ha hecho posible para nosotros y nosotros mismos. ¡No! Estamos destinados a disfrutar de estas cosas.
    La última causa de dificultades, quizá, es el miedo.  El miedo del costo de estas cosas; miedo de las consecuencias; miedo de la persecución; miedo de la risa de los otros; miedo de la mofa; miedo de la burla.  Usted puede temer que si se pone en las manos de Dios, no sabrá lo que Él le pedirá hacer y por lo tanto se retiene y “limita al Santísimo de Israel”.  Qué cosa tan terrible.
    Esas son, entonces,  las causas del problema. Y, entonces, ¿qué podemos hacer acerca de esto? Bien, debemos ver la magnitud de todo esto.  ¿Hay algo más terrible que limitar a Dios?  Debemos darnos cuenta del daño que es hecho al nombre de Dios, a Su gloria y reino, y a la causa de Dios cuando estas personas nos presentan tal panorama.  Es el nombre de Dios el que es manchado.  Lo hemos limitado a Él a los ojos del mundo.  ¡Qué crimen más terrible!  Qué pecado más horrendo.  ¡Oh, la magnitud de todo esto y qué daño hace a Su nombre!
     Pero piense en la total estupidez de esto desde nuestro propio punto de vista.  ¿Existe alguna persona más miserable que aquella que tiene suficiente cristianismo para hacerlo miserable y arruinarlo  todo como el mundo lo ha hecho?  ¡Qué horrible! Pero muchos son así.  No tienen el gozo de la salvación, no tienen gozo en el Señor; no saben nada acerca de estas grandes bendiciones de la vida cristiana.  Todo es negativo; han tenido que darse por vencidos, y allí están, por así decirlo, desnudos y pesimistas.  ¡Oh, qué tragedia!
    Así es que  en la forma en que todos nos hemos sentido culpables de esta acusación de “limitar al Santísimo de Israel”, arrepintámonos.  Volvamos al Dios tan pronto como podamos; confesemos y reconozcamos el pecado y la necedad y la vergüenza de todo eso, y entonces escuchemos lo que Él nos dirá.   Esto es lo que Él dirá:  “Abre tu boca ampliamente y Yo la llenaré (Sal 81:10[35]).  Eso es lo que Él desea que hagamos, no sólo abrirla sino abrirla en toda su amplitud.  Deje que Él la llene.  Abra su corazón a Él, crea en Sus promesas –tómelas literalmente, tal como son.  Haga lo que William Carey, el fundador del trabajo misionero moderno, dijo:   ¡Espere grandes cosas de Dios, intente grandes cosas por Dios!   Escuche como otro escritor lo ha dicho:
    Vienes al Rey,
    Grandes peticiones traes contigo,
    Porque Su gracias y poder son tales
    Que nadie puede nunca pedir demasiado
    JOHN NEWTON, ?Ven, mi alma, tu traje prepara?.
    Oh, abra su boca ampliamente, abra su corazón a las promesas excesivamente grandes y preciosas.  No descanse hasta que esté disfrutando de la plenitud de la salvación, hasta que se esté regocijando por siempre, hasta que conozca a Dios y al Señor Jesús Cristo y al Espíritu Santo de una manera personal, hasta que los mandamientos de Dios sean gozosos para usted y no gravosos, hasta que pueda decir desde la profundidad de su ser:
    Tú, oh Cristo, eres todo lo que necesito,
    Más que el  todo, yo encuentro en ti.
    Ojalá Dios nos de la gracia de hacer esto para Su gloria y para la bendición y el enriquecimiento de nuestras propias almas. Amén.
    Notas al pie
    [1] 1 Ped 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
    [2] Cant 6:4,10  Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa; De desear, como Jerusalén; Imponente como ejércitos en orden.  10 ¿Quién es ésta que se muestra como el alba, Hermosa como la luna, Esclarecida como el sol, Imponente como ejércitos en orden?
    [3] Salm 81:13 !!Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel!
    [4] Antinomia (del griego ???? anti-, contra, y ????? nomos, ley; antinomia, contradicción en la ley) es un término empleado en la lógica (ciencia formal que estudia los principios de la demostración e inferencia válida (pensamiento, idea, argumento, razón o principio))  y la epistemología (rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es el conocimiento) que, en sentido laxo, significa paradoja o contradicción irresoluble
    [5] Mat 23:37 !!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! !!Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
    [6] 2 Ped 1:4  por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia
    [7] 2 Ped 1:3Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,
    [8] 2 Cor 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
    [9] Efe 4:22-24  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
    [10] Rom 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
    [11] Rom. 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
    [12] Rom. 8:1  Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu
    [13] 1 Juan 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
    [14] 1 Juan 2:1  Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.
    [15] 1 Juan 1:9  Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
    [16] Rom. 5:3, 8:  5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
    [17] Rom. 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!
    [18] Abba, Father (en inglés), Abba, Padre.   Abba.  En las Escrituras hay diferentes nombres para describir a Dios.  Mientras que todos los nombres de Dios son importantes de muchas maneras, el nombre “Abba, Father” es el nombre más significativo de Dios en el entendido de cómo Él se relaciona con Su pueblo.  La palabra Abba es del Arameo, palabra que sería más fielmente traducida como “papito” (término común que los niños usan para llamar a sus padres).  Esta implica una relación del padre con su hijo cercana e íntima, y conlleva la confianza que un niño pone sobre él.
    [19] Rom 8:17: Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. m 8:17.
    [20] Nota del Traductor. Me ha llamado la atención que el auto utilice los dos nombres por separado y no la unión de ambos del Hijo de Dios en todas sus referencias a Él.   Quizá su interés es enfatizar lo que ellos significan en forma individual
    [21] Juan 14:1No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
    [22] Juan 14:21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.
    [23] Juan 16:7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
    [24] Salmo 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.
    [25] 1 Tes 5:16   Estad siempre gozosos
    [26] 1 Ped 1:8:  a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso
    [27] 1 Jn 5:3:  Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y que sus mandamientos no son gravosos.
    [28] Sal 119:70:  se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
    [29] Nota de Traductor:  la plenitud de Cristo Jesús.
    [30] Rom. 8:28.  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
    [31] Fil 4:11-13:  No lo digo porque tenga escasez, pes he aprendido a contentarme, cualquiera sea mi situación.   Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
    [32] Charles Wesley fue un lider ingles del movimiento metodista, hijo del clérigo anglicano y poeta Samuel Wesley.
    [33] Exo 1:8 Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo
    [34] Hec 2:39:  Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
    [35] Sal 81:10: Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré
    Imagen de Manuel Marin  bajo licencia Creative Commons
      
  • La autopista de Dios – Martyn Lloyd-Jones

    Fecha:Fri, 17 Apr 2015 10:28:52 PDT
    Del Libro Seeking the Face of God (Buscando el rostro de Dios), Nueve Reflexiones de los Salmos. Edición 2005.
    Puedes ver todos los capítulos publicados de este libro en este enlace: Buscando el rostro de Dios Martyn Lloyd-Jones.
    Traducido por Erika Escobar

    La Autopista de Dios

    Martyn Lloyd-Jones


    Bendito es el hombre cuya fortaleza está en Ti,
    En cuyo corazón están tus caminos,
    Que pasan a través del valle de las lágrimas,
    La lluvia llenó los pozos
    Van de fortaleza en fortaleza,
    Cada uno de ellos se presentará ante Dios en Zion
    Salmo 84: 5-7

    Continuamos con nuestro estudio de este tremendo Salmo 84.  Como hemos visto, el objetivo total  del salmista al escribir este salmo es reportar el hecho de que para él nada importa más en esta vida y en este mundo como la religión verdadera.   Es un salmo que fue escrito para celebrar las glorias y beneficios de una vida religiosa verdadera.  Comienza “cuán amables son tus moradas, oh SEÑOR de los ejércitos” y termina “Oh Señor de los ejércitos, bendito es el hombre que confía en ti” Y entremedio expresa el mismo pensar muchas veces.   Ese es su gran tema, la cosa que está tratando de establecer.  Y lo hace, por supuesto, de forma que puede enfrentar a otros a darse cuenta de la importancia de una vida verdaderamente vivida en Dios y bajo Su bendición.   Hemos también visto como el salmista es muy cuidadoso en definir lo que quiere decir como verdadera religión, porque existen falsas nociones que nos rodean respecto de lo que la religión significa.  Todos tendemos a pensar que sabemos por instinto lo que es, pero cuando manifiesta esas varias ideas y las contrasta con la luz de la enseñanza bíblica de inmediato  descubre cuán lejos están de lo que aquí se describe, y cuántas de ellas están completamente equivocadas -en verdad-  son exactamente opuestas a lo que se nos revela en estos versículos.   Así el salmista comienza con eso y nos deja saber inmediatamente que la esencia, el todo de la verdadera religión, es conocer a Dios.
    Esto no significa simplemente saber cosas de Él, aunque es parte de ello.  Tampoco es suficiente tener ciertas opiniones de la vida, aunque eso también está incluido en el concepto.  La esencia de la religión es real y verdaderamente conocer a Dios de forma tal que pueda dirigirse a Él como este hombre hace y dice –“mi Rey, y mi Dios” (v.3).   Nos dice “mi corazón y mi sangre claman por el Dios viviente”,   “Mi alma anhela, sí, y aun desmaya por los atrios del SEÑOR” (v.2).   No hay nada -dice en esencia- que importe finalmente, excepto esto.   La verdadera religión no es sólo un asunto de moralidad.  Esta incluida pero hacer de ello el propósito de la religión es robarle su gloria central.
    Permítanme recordarles que el salmista también ha tomado la precaución de decirnos dónde y cómo, en forma exacta y única,  podemos conocer a Dios, ¡y ese lugar es en Sus altares! (v.3).  Debemos partir de ahí porque no es útil continuar considerando los beneficios del cristianismo a menos que sepamos algo de Cristo.  Es en los altares donde Dios es conocido, en el altar del sacrificio.  No existe un conocimiento de Dios excepto en Jesús Cristo y en Jesús crucificado.
    Él es el sacrificio que se dispone en el altar.  Él ha hecho  “su alma una ofrenda por el pecado” (Isa 53:10)[1], “ Yo soy el camino, la verdad y la vida”, lo dice Él mismo “¡ningún hombre puede ir al Padre sino es por mí! (Juan 14:6)[2].
    Habiendo establecido estos principios fundamentales y esenciales, el salmista continuó describiéndonos algo del beneficio y las bendiciones que resultan de este conocimiento de Dios, y estando en este lugar y posición donde Dios puede bendecirnos.   En nuestro último estudio consideramos una de estas cosas  y a propósito, déjenme recordarles,  que nada es tan extraordinario sobre este salmo en particular como la manera en que el salmista usa sus imágenes y descripciones y analogías en este salmo.  Un poeta generalmente pone sus verdades en la forma de descripciones –usa símbolos- y este hombre era un poeta.
    Es así que en su descripción  del gorrión y la golondrina, vimos que el primero y uno de los grandes y más benditos resultados de la verdadera religión y conocimiento de Dios en Cristo es lo que nos da un lugar para descansar y asegurar nuestras almas.
    Pero ahora abordamos otra descripción y pienso que el orden en el cual el salmista pone estas cosas tiene significancia.   El secreto del salmista es que su fortaleza está en Dios y no en él mismo.  Se ha dado cuenta que Dios es el SEÑOR de los Ejércitos (vv1,12).  Lo ha descubierto a Él en el altar y ha encontrado su camino hasta Él.  Su fortaleza está en Dios –“bendito es el hombre cuya fortaleza está en Ti, y cuyo corazón está  en sus caminos” (v.5).  Ahora, ¡en este versículo los traductores de la versión autorizada agregaron las palabras  “sus caminos”!  No están en la versión original. ¡Lo que el salmista escribió fue sólo “en cuyo corazón hay caminos”!  Y la palabra real que usó para definir “caminos”  significa “una ruta hecha”, “una ruta que ha sido marcada deliberadamente”.  “Bendito, por lo tanto, es el hombre que ha hecho caminos o construido carretera en su corazón”.  Aquí nuevamente, el salmista emplea una descripción muy gráfica.   ¿Qué quiso decir  y cuál es su enseñanza?
    Déjenme poner esto como un principio.  La segunda gran bendición que el Cristianismo nos confiere es que trae orden a nuestras vidas.   Sigamos al salmista y usemos su descripción. . El corazón de una persona que no es cristiana es como un desierto sin rutas.   Ustedes pueden haber leído sobre los colonos en el inicio de Estados Unidos o Canadá o alguna otra tierra que  haya sido descubierta en los últimos siglos, y pueden haber tomado nota de las descripciones de cómo, cuándo los primeros colonos llegaron y se asentaron; que no encontraron nada más que  interminables campos de zarza.  La tierra era tierra virgen, en un país virgen.  Ningún camino, ni huella, con árboles y matorrales y toda clase de hierbas creciendo por doquier, y que era imposible para ellos construir su camino a través. Sólo podían moverse unos pocos pasos a la vez y tuvieron que luchar para hacer su camino.
    Esa es la clase de descripción que el salmista tenía en su mente de una forma muy clara.  El corazón de una persona sin religión es como eso.  Es un desierto inexplorado que nunca sido allanado.  No hay caminos y no hay carreteras, no ha sido mapeado.   Todo está enredado y desordenado, y cuando usted  mira no puede ir en ninguna dirección, fuere la que fuere.
    No es sólo que existen toda clase de altos y bajos, montañas elevadas y valles profundos.  El área completa está en una clase de estado natural, no ha sido intervenida, y todo está en un estado de suma confusión.   Ahora es muy importante que entendamos la enseñanza del salmista en este punto, porque es una descripción acuciosa y detallada de lo que todos somos por naturaleza como el resultado de la caída y como resultado del pecado del primer hombre.  Nuestras vidas, en la medida en que no sean tocadas por el poder de Dios, son simplemente como un desierto sin huellas.
    Déjenme explicar.  Las personas que no son cristianas realmente no tienen una visión o filosofía de vida.   Este es el problema con los hombres y mujeres que están fuera de la vida de Dios.  No tienen ideas claras.  Nunca han sopesado realmente las cosas. Son como un gran territorio inexplorado, sólo un embrollo sin esperanza,  todo está desordenado y no hay ninguna rima o razón.  Todo se da por sentado; no existe orden ni sistema en sus vidas.
    ¿Estoy siendo parcial?  Bien, debo pedir, si usted no es cristiano,  que analice su propio pensamiento o quizá converse con otros.   Le pido que lea biografías y encontrará que este es indudablemente el caso:  tales personas pueden adoptar visiones temporales, pero la gran mayoría parece que ni tan siquiera hace eso.   La vida se toma simplemente por contada, y hombre y mujeres viven de la mano a la boca y de día en día.  No existe un esquema, ningún entendimiento en sus vidas.  Para usar las palabras de Matthew Arnold[3], ellos “nunca han visto la vida en panorámica”; “nunca  la han visto completa”.
    En la misma manera, podemos decir que esa vida no tiene ningún plan y ningún propósito.  Hoy la vida de muchos es enteramente sin sentido.  No viven realmente, sólo existen.  No se sientan y dicen:   ¿Qué estoy haciendo en este mundo?  ¿Qué es el hombre?  ¿De qué se trata la vida?  ¿Qué se supone debo hacer con mi propia vida?   ¿Qué son estos indicios extraños que siento de vez en cuando que me dicen que estoy para algo más grande y mayor?  Ah, esos pensamientos pueden venir pero son rechazados. Nunca los enfrentan. No se entienden a sí mismos, no entienden la vida y su significado y su propósito.   Son sólo víctimas de lo que les acontece.   Si un pequeño golpe de suerte viene, son felices; si es algo malo, se vuelven miserables y están desconsolados.   Sus vidas son la misericordia de otras personas y de  lo que otras personas puedan hacer o decir o pensar,  no tienen control.  No saben dónde están, no tienen nada trazado.
    Y esto nos lleva a mi siguiente punto:  no tienen ningún sentido de dirección.  No hay objetivo, no tienen ningún camino en sus vidas, no pueden decir  “¡voy desde aquí para ir hasta allá!”,  porque no existe un camino.  No tienen objetivos de vida en absoluto;  no tienen nada por lo cual esperar.  ¿Ha notado algunas veces, cuando lee las biografías de hombres y mujeres que no son cristianos, cuán sobresalientemente esto salta a la vista?   Debo confesar que esto siempre me entristece.  Considere a las personas que han sido grandes como políticos o cantantes o artistas o cualquier otra cosa, y luego al final llegan a una edad en que no pueden continuar.  Han perdido su voz, tal vez, o han envejecido demasiado para tener nuevas ideas, y se sientan y escriben su autobiografía.  ¿Y qué es eso?  Bien, todo se refiere a mirar atrás.  Nunca miran al futuro, y usted siente tristeza en la medida en que continúa con la lectura del libro.  Usted dice  “¿Cuántos años de vida le quedan?  Se acercan al final de sus carreras, ¿y entonces qué?” El recuerdo de sus momentos de triunfo, las veces en que obtuvieron sus grandes logros, y eso es  muy emocionante,  muy maravilloso.   Pero no hay nada que buscar hacia adelante.  Vinieron y se fueron.  No hay propósito firme, no hay un objetivo, y al final se quedan sin nada más que el vacío.   El camino parece haberlos conducido tan lejos y luego, de repente, por así decirlo, termina.  No hay dirección.
    Pero por sobre todo –y esto, quizá, es una de las cosas más tristes sobre este tipo de corazones y vidas sin rumbo-  es que cuando se encuentran a sí mismos en una crisis o en una emergencia, no existe un lugar al cual ir a solicitar ayuda y sostén.   Allí están, viviendo esta clase de vida despreocupada, inconsciente, no planificada, sin dirección o propósito, sin haber siquiera alguna vez pensado seriamente, sólo tomando las cosas como vienen, y al final se encuentran a sí mismos en una gran emergencia.   Algo ha ido terriblemente mal –quizá una enfermedad, o una enfermedad de un ser querido, alguna pérdida financiera o de cualquier clase.   Lo que sea.  Hay alguna calamidad y están en una crisis real.  Y no pueden ir a ninguna parte porque no existe un camino en sus vidas.   ¿Han oído que existe un Gran Poder que puede ayudar pero cómo lo encontrarán?   Tomará mucho tiempo ir a través de matorral, penetrar el desperdicio, que quizá nunca lleguen.  Nunca lo habían pensado, de forma tal que están solos. Todo se les viene abajo y no hay un lugar puedan ir. ¿Estoy exagerando?   ¿Estoy siendo injusto cuando sugiero que esta es la clase de vida de la vasta mayoría de las personas en este mundo? ¿Está usted en esa misma situación en este momento?
    ¿Se ha sentado a meditar y considerado la vida y su significado y su propósito?  ¿Está usted en control de usted mismo?   ¿Sabe dónde va?   ¿Tiene un objetivo y un propósito?  ¿Tiene una autopista grande en la que usted pueda caminar en la hora de su necesidad hacia un último recurso de suministro y ayuda sin el cual usted estaría perdido y completamente acabado?
    Ay, esta es la tragedia de hombres y mujeres como resultado del pecado en que están.   No saben dónde están y hacia dónde van –y especialmente no lo saben en la hora de su mayor necesidad, cuando todo el camino parece ceder bajo sus pies.  ¡Pero la gloria de la verdadera religión, de acuerdo al salmista, es que ésta cambia todo eso.  “Bendito es el hombre cuya fortaleza esta en Ti, en cuyo corazón hay caminos”!   ¡La autopista de Dios!     Los caminos hechos que resuelven el problema y que transforman y transfiguran todo.  ¡Orden!   No hay nada más glorioso y maravilloso sobre esta vida cristiana que este mismísimo elemento.
    Este es el gran mensaje de la fe cristiana.   ¿Cómo se hacen estos caminos?  ¿Cómo es que sucede que las personas que estaban como en el desierto sin huellas súbitamente se vuelve como un territorio conectado  con grandes carreteras y caminos alternativos y ramales mapeados perfectamente, y con todo en orden para que sepan dónde están y lo que pueden hacer?
    Bien, la respuesta completa se encuentra en 2 Cor. 4:6[4] –Dios ordenó que de las tinieblas resplandeciese la luz, luz que ha brillado en nuestros corazones para dar iluminar el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesús Cristo.   Pablo estaba pensando en Génesis 1:1-3[5], los tres primeros versículos de la Biblia:  “en el comienzo Dios creó el cielo y la tierra.  Y la tierra no tenía forma, estaba vacía, y la oscuridad estaba en la faz de lo profundo (o el caos estaba por sobre toda la superficie).  Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios:  ¡“Hágase la luz y la luz se hizo”!  Y desde ese momento el caos desapareció, el orden comenzó a imperar, y la vida y la creación vinieron, y Dios miró todo y vio “que era bueno” (v.4).
    Eso es  exactamente lo que sucede con el cristianismo.  En el caos y el desorden y la basura sin sentido de la vida de un hombre, viene la operación y actividad del bendito Espíritu Santo de Dios.  ¡Oh,   gracias a Dios que esto es todavía verdad!   Esa es la cosa que hizo a Saulo de Tarso un apóstol; en el caos de su vida Dios brilló en el rostro de Jesús Cristo, como Él había hecho con el cosmos al comienzo, y el orden se tranformó  el desorden que había caracterizado la vida de Saulo.   Cuando el Espíritu Santo comienza a hacer Su bendita obra es como si la tierra estuviera siendo mapeada y planificada.   ¿Cuál es esa obra?   Es guiarnos al arrepentimiento y a la regeneración.  ¡El arrepentimiento se describe en Isaías 40, y esa descripción es citada en Mateo 3 como esa que prepara el camino al Señor! (Mat 3:3[6], citando Isa 40:3)[7].  El arrepentimiento nos prepara para la recibir al Señor Jesús Cristo y Su nueva vida.   La orden es ”hacer una autopista para nuestro Dios”, y es así como se hace:   ¡Cada valle será exaltado, y cada montaña y collado  bajará! Y  los sitios ásperos serán hechos suaves (Isa 40:4)[8].  Usted, ¿no ha visto hecho algo como esto en este país (Inglaterra)?   La tierra es accidentada e irregular pero nosotros hacemos de esas montañas, por así decirlo, una planicie con una autopista de nivel.
    El Espíritu Santo hace algo como eso.   El Espíritu Santo es el más grande nivelador del mundo.  Para usar una ilustración moderna, es una retroexcavadora divina.   Nos convence de nuestros pecados y cuando pensamos que somos grandes y poderosos y expertos y podemos manejar nuestros propios asuntos, nos tira a tierra y nos muestra que no sabemos nada, que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Rom. 3:23)[9];  que nuestra vida es como la que hemos estado describiendo y que no somos nada en absoluto: “cada montaña será bajada” (Isa 40:4).  Y entonces, cuando estamos  tan abajo que pensamos en que nunca podremos levantarnos y nos sentimos sin esperanza y maldecidos, Él nos levanta nuevamente.
    El anciano Simeón dijo a María, la madre de nuestro Señor Jesús Cristo, cuando sostenía al pequeño en sus brazos:   “este pequeño será para caída y levantamiento de muchos en Israel” (Luc 2:34)[10].   ¡El Espíritu es el Nivelador!   El nuevo camino es hecho “preparen, sí, el camino del Señor, hagan una autopista directa en el desierto para nuestro Dios” (Isa 40:3).  ¡Arrepiéntanse!
    Y no sólo arrepentimiento sino regeneración –la nueva vida o facultad, el nuevo principio de vida que es puesto en nosotros por la obra del Espíritu Santo.    Porque no es suficiente sólo bajar,  “se requiere un plan, alguna dirección” y todo viene con Cristo.
    Nunca olvidemos tampoco que este es un trabajo que sólo puede ser hecho por el Espíritu de Dios.  Ustedes ven, la humanidad ha estado intentando salvarse a sí misma, olvidándose del Espíritu Santo, fallando en darse cuenta que la redención es el trabajo de Dios y sólo de Él.  Ese es el significado de la planificación y de la filosofía.  El mundo ha estado muy ocupado tratando de limpiar el camino, ¿o no?   Lo han hecho por siglos y se nos ha dicho que al final hemos concebido el método experto.  No obstante, ¿dónde está?  Mire el caos en el mundo; mire la completa confusión.  Mire a las naciones. No saben dónde están y nadie sabe hacia dónde vamos.  ¿Cuál es el valor de su filosofía en el estado moderno de cosas?  ¿O todo su arte y todo eso que el mundo ha producido?  ¿Hay una carretera?  ¿Dónde está?
    ¡No!  ¡Este es un trabajo que Dios –y sólo de Dios- puede hacer:  -Dios, quien ordenó a la luz brillar de la oscuridad, brilla en nuestros corazones (2 Cor 4:6) y ha dicho en esencia:  que se haga la luz, y que desaparezca el caos y que venga el orden! ¡Y vino!  ¿A qué nos conduce esto? Bien, Dios nos da una visión clara de vida, a una  nueva forma de pensar.  El apóstol Pablo lo ha establecido tan perfectamente que simplemente repito sus palabras:   El hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios, porque son tonteras para él, no las puede conocer porque requieren discernimiento espiritual (1  Cor 2:14).   ¡Este nuevo hombre en Cristo, dice Pablo, es una nueva criatura!, una nueva creación (2 Cor 5:17).   Nadie lo entiende a él pero él entiende todo.  ¿Cuál es el secreto? –¡Tenemos la mente de Cristo! (1 Cor 2:16), un nuevo entendimiento.
    No debemos equivocarnos nunca en esto.   El cristianismo es verdad, y la verdad viene a la mente, y la verdad es intelectual. No es materia de sollozo, esto no es emotividad/sentimentalismo.  La primerísima cosa que sucede a la gente que se convierte al cristianismo es que comienza a pensar más rectamente, la autopista de la mente está abierta y comienzan a ver la vida como nunca antes la había visto.  El Espíritu viene y les da un nuevo entendimiento y por primera vez tienen una visión completa de la vida.  Para ponerlo de otra forma, el Evangelio de Jesús Cristo entrega a los hombres y mujeres una visión clara de sí mismos.  Se ven a sí mismos bajo la autoridad de Dios y en una relación con Él y comienzan a verlo todo correctamente.   Comienzan a entenderse a sí mismos y las causas de sus errores  y miseria.   Hasta antes de eso, pensaban que su infelicidad era debida a alguien más:  “Otras personas no se comportan como debieran”, considerándose como perfectos, y “si sólo otras personas hicieran lo mismo”… ¡pero esos otros están diciendo las mismas cosas acerca de ellos!   De forma que no entienden, todo es un caos y entonces las cosas salen mal.   ¿Por qué las cosas van mal en mi vida?  ¿Qué he hecho?  No entienden.
    Pero en el momento en que se convierten en cristianos, comienzan a ver claramente.  Se dan cuenta de cómo son y que las cosas que les han sucedido en gran medida se deben a su pecado, debido a su estupidez en separarse y cortarse a sí mismos de la vida de Dios, porque se han hecho seres autónomos, que no son y nunca lo serán, pero se han persuadido de eso.  Y allí están solos.   Se han privado a sí mismos de la bendición eterna y todas las consecuencias emanan de eso.   Sin embargo, comienzan a ver, y ven que el mundo entero es como es hoy día por la misma razón.  Hombres y mujeres son orgullosos, egoístas y, por lo tanto, celosos y envidiosos.  Como un resultado, piensan en la guerra y el engrandecimiento, con cada quien deseando estar en la cima y odiando a los otros que están tratando de hacer lo mismo;  de forma tal que todo el mundo está vuelto de cabezas y en un estado de caos.  Ahora, no obstante, comienzan a verlo todo, de forma que ya no están desorientados respecto de sí mismos o de los otros.
    Sin embargo, gracias a Dios, van más allá de eso.  Ven cómo hacer todo bien.  Ven que toda la autonomía los conducirá a nada, que todos los intentos por una auto-reformación son una pura pérdida de tiempo.   Ven súbitamente que en esta basura sin programa sin trazos, Dios ha enviado a Su propio Hijo con un plan.  ¡Con la redención!  Y ha trazado un camino para los hombres y mujeres en su condición caótica, para ir a Dios, a redimirse, a ordenarse, a salvarse, con bendiciones que nunca podrán ser descritas adecuadamente.
    Pongámoslo así:    Todas las epístolas del Nuevo Testamento son, en un sentido, un mapa de vida.  Parten con grandes doctrinas, nos dan entendimiento, conocimiento, comprensión intelectual.   No existe otro libro más intelectual en el mundo que la Biblia, pero nuestros propios intelectos nunca lo asirán hasta que sean iluminados por el Espíritu.   Es el alimento para la mente, algo para mirar eternamente.
    Es así que confiadamente puedo establecer, y para la Gloria de Dios en Jesús Cristo, que entiendo la vida, me entiendo a mí mismo, y no me sorprende ni tan siquiera un poco que el mundo sea como es.   Hubiera podido profetizarlo.   Comencé a predicar en 1920 cuando las personas eran todavía optimistas.   Había habido una guerra mundial pero decían ¡“está todo bien, nunca más lo haremos nuevamente”!   Estaban predicando con optimismo, y yo comencé a predicar el caos, el pecado y al hombre como es, y profeticé que una guerra vendría.   Simplemente creí en mi Biblia.   Simplemente acepté la visión de vida que se presenta en ella sencilla y claramente.   Debido a que la humanidad está llena de pecado habrá guerras, y es inútilmente caprichoso y sin sentido imaginar que hombres y mujeres, siendo egocéntricos y egoístas, harán otra cosa más que pelear entre sí de alguna forma.   Santiago lo dijo todo -¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en sus miembros? (Stgo. 4:1).  No hay dificultad en entender el mundo si usted es cristiano y si cree en el mensaje de la Biblia.  Está todo allí, es una visión perfecta, completa de la vida.
    Sin embargo, el evangelio también nos entrega un sentido de propósito y dirección.  Nos muestra  que la vida es, después de todo, sólo una peregrinación y que somos sólo extranjeros y viajeros en este mundo.   Los cristianos parten viendo esto y no se deprimen por ello.  Por el contrario, tienen un sentido de dirección, están trabajando para un objetivo.   Se ven a sí mismos como viajeros.  Por supuesto, las personas que son infelices piensan que esta es la única vida y el único mundo, y se sienten horrorizados con los pensamientos de muerte porque irse de este mundo para ellos es la última calamidad.   Dicen sobre las personas que mueren “Pobre viejo, y esto y lo otro”,  pero los cristianos no; tienen un propósito.   No sólo eso, los cristianos tienen un sistema de vida y un orden en ella.  El incrédulo no tiene sistema ni orden, ni disciplina.  Dice “Si quiero algo, debo tenerlo. Si me gusta una cosa, ¿por qué no debo tenerla?  ¿Alguien más la quiere?   ¿Qué importa?  ¡La quiero y por lo tanto la tendré”!  Por ello existe tanto divorcio y todo lo que ello implica.
    No obstante cuando las personas se transforman en cristianas, un camino es puesto en sus vidas –no sólo un camino intelectual sino uno moral.   Esas grandes epístolas del Nuevo Testamento a las cuales me refiero no sólo tienen grandes doctrinas en el inicio sino que nos enseñan a aplicarlas.  ¡Dicen “en la luz de este camino que vas transitando, no busques aquí y allá, sino ve derechito”!  Se nos entrega entendimiento moral.   Hay planificación, caminos trazados, todo en su conjunto encaja.   Hay un gran propósito para vivir.   ¡El salmista dice hacia al final “ninguna cosa buena será retenida para aquel que camina rectamente”! (v.11).
    Lo que hace que la gente camine rectamente es el hecho que de que caminan en una carretera.  No están ya más agazapándose en un camino sin sentido, intentando capear todas estas obstrucciones. Aquí está un camino, una carretera hecha por Dios, un camino a la santidad.  Su pueblo sabe lo que está haciendo.  Son disciplinados, tienen un esquema de vida.   Todo está allí en los mandatos, en el Antiguo y Nuevo Testamentos.
    Mas debo agregar esto para mostrarles el completo contraste con la otra vida, y esto es en muchas maneras la más sorprendente y  maravillosa cosa de todas.  Cuando se enfrentan con la calamidad y las pruebas, estos hombres y mujeres, teniendo una carretera en sus vidas saben dónde está el camino.  Así es que no se sientan allí frenéticamente diciendo ¡“Si sólo hubiese un camino y una manera. Si tan sólo pudiera llegar allí, pero no puedo.  No puedo salir de este matorral”!  No, el camino es ampliamente abierto.

    Cuando todas las cosas parecen estar en mi contra,
    Y me conducen a  la desesperación,
    Sé que una puerta está abierta,
    Un oído que escuchará mi oración
    OSWAL ALLEN —  Hoy la misericordia me llama!

    La carretera a Dios está allí, ha sido puesta dentro de ellos.  Cristo la ha implantado a través del Espíritu, y ellos van derechos por ella.
    Finalmente, déjenme poner esto en términos de la segunda ilustración que el salmista usa: “¡Bendito! –dice- es el hombre cuya fortaleza está en Ti, en cuyo corazón están Tus caminos”. Cuando pasan por el valle de Baca lo hacen una fuente (vv 5-6)[11].  La vida del cristiano no tan sólo trae orden sino, porque así lo hace, nos posibilita a regocijarnos incluso en medio de las tribulaciones.   ¡El valle de “Baca” es descrito en otra traducción de este modo “En la medida en que atraviesan el valle de lágrimas, lo hacen un lugar de manantiales”!   El valle de “Baca” por lo tanto se traduce mejor como el valle de lágrimas, el valle de los lamentos o de las penas.  Algunos dicen que Baca es para una alguna clase particular de árbol llamado el árbol de las lágrimas, mientras que otros dicen que la palabra Baca en sí misma debe ser realmente traducida como lágrimas.  No obstante, no importa, la idea es la misma en ambos casos.  Es un lugar de lamentos.
    ¡También note que el salmista dice que es un valle!  Un valle, en las Escrituras, siempre conlleva la idea de estar abajo en las profundidades.  Cuando estamos en un lugar encerrado y cercado,  y entonces hay pruebas y tribulaciones, y todo está calculado para hacernos miserables y  sentirnos totalmente desalentados y desconsolados –el valle de “Baca”- es entonces en el que el salmista dice que el pueblo de Dios, “mientras pasa por el valle de Baca lo hace una fuente”,  “lo vuelven un lugar de manantiales”  Están en un lugar que tiende a desatar los manantiales de nuestras lágrimas y las fuentes de nuestros ojos.  ¡Ah sí!, dice, estos hombres y mujeres tienen algo dentro de ellos que los posibilita a volcar ese valle en un lugar de felices manantiales de delicia y de gloria y de felicidad.  Lo hacen aun cuando están allí,  un lugar de manantiales.
    ¡Esto es asombroso!  Este hombre no duda en hacer tal aseveración y encontrarán en la medida en que lean los salmos que los salmistas están continuamente haciendo esta proclamación.  Aún más, gracias a Dios, esto es algo de lo cual los santos de todas las centurias han testificado siempre.  Han dicho que las bendiciones de esta vida cristiana son siempre grandes y gloriosas y maravillosas pero las más grandes son en los tiempos de problemas.   Lea sobre la vida de alguna de ellos –incluso de aquellos de nuestro tiempo en los campos de concentración en Alemania y otros lugares- y encontrará que todos ellos dicen esto.   Dicen con el autor del Salmo 119:  “Es bueno para mí que yo sea afligido” (v. 71).  “¡Sí! -dicen – es el horno donde encontrará el valor del evangelio”.
    Esta es la prueba de cualquier visión de vida, ¿o no?   Está todo bien con tener una visión de vida alegre mientras el sol está brillando y cuando está  en vacaciones.  Pero esta es la prueba:   ¿Qué le parece cuando todo va mal, cuando todo se vuelve en su contra y todo su mundo y todos sus sueños y esperanzas parecen estrellarse en el suelo, a sus pies –en- el valle de Baca? ¿El lugar de lloro donde las pruebas vienen unas tras las otras y una tribulación tras la otra?  ¿Cómo se vería allí?  ¡Esa es la prueba!  Estos hombres y mujeres, de acuerdo al salmista, triunfan aun en el valle de Baca.   Esto significa que no son más víctimas de sus circunstancias.  En contraste hay algunos que eran las personas más agradables en el pueblo cuando todo iba bien y tenían mucho dinero en sus bolsillos.  Eran las personas más felices del mundo y paso por la religión era muy morboso y depresivo.  Pero, súbitamente, han perdido su salud, o su trabajo o su dinero.  Han perdido a sus amigos, están abajo y afuera, desconsolados y miserables.  No pueden ser estimulados ni alegrados, están enteramente derrotados.  El valle de Baca los hace caer y no pueden hacer nada al respecto.  Pueden tratar una clase de fortaleza estoica  para no gemir y llorar, pero no tienen consolación alguna.  No saben qué hacer.  ¡No así estos otros hombres y mujeres!  ¡Cuando ellos pasan a través del valle de Baca lo vuelven una fuente!  Vuelven su llanto en un manantial.  Vea,  no sólo se ponen al día con la situación, no sólo se las arreglan para salir de ella.  Ellos son más que vencedores (Rom. 8:37)[12].   Lea nuevamente a David en el salmo 23 – Si aunque camine en el valle de oscuridad y muerte no temeré mal alguno porque Tú estás conmigo, ¡Tu vara y Tu cayado me confortan! (v.4)[13].  Aún en ese valle algo los llena de alegría y felicidad.
    Luego escuche al apóstol Pablo diciendo la misma cosa en forma gloriosa, en Filipenses 4:  -Conozco ambas la escasez y la abundancia – puedo hacer todas las cosas a través de Cristo que me fortalece (vv. 12-13).  “No importa dónde esté – dice Pablo en efecto-, no importa lo que me pase.  No me importa lo que sucede alrededor mio; soy lo que soy en Cristo, y triunfo en Él”.  Regocíjense en el Señor siempre –dice- y otra vez  digo, Regocíjense (Fil 4:4)[14].  ¡Aún en el valle de Baca!  “No sólo nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios” dice Pablo en la epístola a los Romanos (5:2)[15], sino mucho más que eso “nos gloriamos en las tribulaciones también”  (v.3.)[16].
    ¿Cuál es el secreto?  Ya he estado  dando la respuesta.  ¡Es su visión de vida lo que los habilita a hacerlo, es el hecho de que ellos tienen estos caminos!   ¿Cuál es el efecto de los problemas que los afligen en el valle de Baca?  Sólo este: los problemas los hacen pensar mucho más sobre Dios y sobre Cristo.  Cuando no están en el valle,  había muchas otras cosas por hacer.  Pero súbitamente todo se ha ido, están solos y eso mismo los hace volverse a Dios.  Volver a Dios es regocijarse y pensar en Cristo y lo que Él ha hecho por ellos.  Y en este andar su regocijo ha aumentado.
    Este es todo el secreto de la vida cristiana.  Mientras más cosas van en contra nuestra más nos conducen a Cristo, y mientras más estamos con Cristo somos más felices.  De forma que transformamos nuestro valle de Baca en fuentes y en lugares de regocijo.
    Adicionalmente cada uno de nosotros es un peregrino en este mundo.   Sé que debo empezar con eso, con el hecho de la muerte, el hecho que voy a morir y no sé cuándo.   No le temo a eso, lo he escrito en mi mapa.  Allí hay un camino y voy a través de él.  Muy bien, agradezco a Dios por toda la luz que el evangelio me ha dado, pero de repente me encuentro en el valle de Baca.  No se me ha prometido que no iré allí.   De hecho Cristo dijo – en el mundo tendrán tribulaciones pero confíen, Yo he vencido al mundo (Jn 16:33)[17].
    Sí, algunas veces los cristianos se encuentran a sí mismos en el valle de Baca, pero, ustedes ven, vuelven esa experiencia en manantial, un lugar de fuentes y regocijo, y lo hacen  de este modo.  Dicen “Sí, estoy aquí ahora pero nuestra leve aflicción, que es sólo momentánea, produce en nosotros un cada vez más y eterno peso de gloria” (2 Cor 4:17)[18].  Ah, dice el cristiano, estoy en el valle de Baca.  Mi salud decae, mis fuerzas menguan, mis amados son quitados de mí.  ¿Por qué debería alguna vez haber pensado que esto no me sucedería a mí?  Por supuesto que sucede pero todo está bien –la vida es un viaje temporal.   Estoy aquí  solamente como  un viajero.  Soy un hijo de Dios.  Soy un peregrino de la eternidad.  Sé que una gloria me espera allí que resiste cualquier descripción.  Los cristianos pueden ser capaces de decir algo como esto:

    Cuando todos los arroyos estén secos,
    Tu plenitud es la misma.

    Cualquier cosa puede ser cierta del valle de Baca, Dios nunca cambia. Y así los creyentes pueden continuar y agregar:

    La tormenta puede rugir sin mí
    Mi corazón puede aminorar su marcha,
    Pero Dios está rodeándome,
    ¿Y puedo estar desalentado?
    Verdes pastos están delante de mí,
    Que aún no he visto.
    Cielos brillantes pronto estarán sobre mí
    En el lugar de las  nubes negras que han sido
    Mi esperanza no puede ser medida,
    Mi camino a la vida es gratis,
    Mi salvador tiene mi tesoro,
    Y Él camina conmigo.
    ANNA LAETITIA WARING (1820 – 1920),  En AMOR CELESTIAL perdurable.

    Mis queridos amigos, ¿hay caminos en su vida?  ¿Está la carretera de Dios y de Cristo en ustedes?  ¿Saben dónde están en este mundo?   ¿Saben hacia dónde se dirigen?  ¿Tienen entendimiento?  ¿Está todo claro para ustedes?  Enfrente esto honestamente, y si tiene que admitir que esto lo asusta, admítalo ante Dios.  Ruegue a Él, pídale hacer la poderosa operación del Espíritu Santo, que envie la excavadora y limpie la basura para hacer Su propio camino en su alma que lo llevará hasta Él mismo.
    Y una vez que lo conozca a Él y una vez que conozca a Cristo, y que ustedes están seguros en Él, cualquiera sea el valle de Baca por el cual ustedes puedan pasar, ustedes, tan certeramente como este salmista del pasado, lo transformará en una fuente.  ¡Oh, la ceguera de los hombres y mujeres en pecado que no reconocen tales riquezas, tal gloria, tal oferta sorprende!  Pero aquí esta  “bendito es el hombre que confía en Ti (Sal 84:12)”.  ¡Oh sí, tres veces bendito (vv.4-5, 12)!  No existe felicidad comparable a esta:  “entendimiento, orden, disciplina y bendita esperanza que nunca se esfumará (1 Ped 1:4)”. Amén.
    [1] Isa 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
    [2] Juan 14:6  Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
    [3] Matthew Arnold (24 December 1822 – 15 April 1888) poeta y crítico cultural Inglés que trabajó como inspector de escuela.
    [4] 2 Cor 4:6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
    [5] Gen 1: 1-3. En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
    [6] Mat 3:3 Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:     Voz del que clama en el desierto:     Preparad el camino del Señor,    Enderezad sus sendas.
    [7] Isaías 40:3  Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
    [8] Isaías 40:4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.
    [9] Rom. 3:23  por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
    [10] Luc 2:34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha
    [11] Salm 84:5-6 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.
    [12] Rom. 8:37  Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
    [13] Salm 23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
    Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
    [14] Fil 4:4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!
    [15] Rom 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.
    [16] Rom. 5-3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia
    [17] Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo
    [18] 2 Cor 4:17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria;

    Imagen de Xabier.M  bajo licencia Creative Commons

      
  • Renueva tu mente (parte 2)- K. P. Yohannan

    Fecha:Wed, 01 Apr 2015 14:14:43 PDT
    Traducido por: Carlos Azua
    Fuente del original en inglés: Blog de K. P. Yohannan

    Qué pasa cuando eres nacido de nuevo

    Cuando alguien recibe a Jesús como el señor de su vida, una transformación toma lugar en su corazón. Con la ayuda del espíritu santo, esa persona es nacida de nuevo.
    Juan 3:3 dice, “A la verdad te digo, nadie verá el reino de Dios a menos que nazca de nuevo”. ¿Qué es lo que significa “nacer de nuevo”?
    Cuando una persona viene a Cristo, recibe una nueva vida en el espíritu. Su alma establece una relación con Dios. Pero incluso entonces, no podemos decir que su mente está renovada.
    ¿Por qué?
    Aún estamos viviendo dentro de nuestros cuerpos. Algunas personas viven 10 o 20 años, otros por 50 o incluso 90 años. Todo ese tiempo, estamos dentro de nuestro cuerpo. Almacenamos todo lo que vemos, oímos o tocamos como un computador almacena cosas en su disco duro.

    La batalla por nuestras mentes

    Nuestro cinco sentidos son como una puerta a través de la cual podemos comunicarnos con el mundo. Tenemos una mente que preserva todos los incidentes que ocurren a nuestro alrededor. Nuestra mente está conectada al mundo todo el tiempo.
    En algún grado, aquel que actualmente gobierna este mundo es nuestro enemigo Satanás. La manera principal en que nos ataca es a través de nuestros pensamientos.
    En el libro de Génesis, podemos ver cómo Satanás interactúa con Adán y Eva. Satanás le dice a Eva “Si comes de la fruta de este arbol, serás como Dios”. Una guerra estalló en los pensamientos de nuestros antepasados de ese momento en adelante. Sus pensamientos y actitudes cambiaron. Ellos cayeron por las seductoras palabras de Satanás.
    Aquí tenemos que recordar una cosa: la naturaleza de un corazón caído. Naturalmente, un hombre caído no será obediente a Dios. Debido a esto, tendemos a pensar contra la voluntad de Dios.
    Incluso cuando hemos nacido de nuevo, todavía poseemos nuestra vieja mente. Eso es lo que dice Romanos 12:2, “ser transformados por la renovación de nuestra mente”.
    A través de nuestros pensamientos, Satanás nos tienta. El nos empuja a cometer pecado. “Oh, no es un gran problema” pensamos; “todo el mundo miente; todos aceptan sobornos”. Satanás induce tales pensamientos y nos convence de pecar.
    Satanás puso un pensamiento en la mente del rey David de contar a los Israelitas. David siguió su pensamiento, que era en contra de la voluntad de Dios y pecó.
    Satanás también plantará tales pensamientos en nuestra mente.
    Años atrás, una niña estudiando en el colegio me escribió diciendo “Por favor ore por mi. Tengo miedo de que voy a tener cáncer”. ¿Quién plantó este pensamiento de miedo en su mente? Dios no nos dió el espíritu de temor.
    ¿Quién posee el dominio del miedo? Satanás. Para cambiar tu vida, encontrar sanidad, alcanzar un buen futuro con tus hijos, progresar en tu lugar de trabajo, tener una buena vida matrimonial y alcanzar todos tus deseos, debes ser transformado por la renovación tu mente.
    Tu mente debería estar llena con la palabra de Dios. Leer y meditar sobre la Biblia, debería ser una parte integral de tu vida; entonces tu mente será transformada.
    Tu mente es como una vasija llenada con muchas cosas, con tus pensamientos desde la niñez. Para transformar tu mente, llénala con la palabra de Dios, así todas las otras cosas serán alejadas. La palabra de Dios puede ayudarte a limpiar tu vida.

    Esta es la segunda de una serie de dos partes de renovando la mente.

    Imagen de andrea floris bajo licencia Creative Commons
      
  • Pentecostés a cualquier precio – Lehonard Ravenhill

    Fecha:Tue, 24 Mar 2015 09:45:17 PDT
    Traducido por Matías Ricardo Onufrijczuk
    Fuente del original en inglés: ravenhill.org
    Algunos insensatos, tratando de llenar el Gran Cañón con una pala, pueden provocar ráfagas de risas y sufrir menosprecio e insuperable vituperio. Ningún hombre se llenará en ese hoyo, ni siquiera con algún ejército de topadoras (nunca asemejará la operación de pala al hombre único).
    Nosotros los cristianos somos gente “santa”. Hay hoyos en todo lugar en y sobre nuestra teología. Hay un gran abismo o vacío entre lo que nosotros leemos en la Escritura y lo que practicamos. Hay además un precipicio en nuestra vida eclesial. Nos sentimos, por esta hora, ajenos a la iglesia apostólica cuanto el papa del matrimonio. Nos creemos extraños desde el mercado común, del divino poder del Pentecostés. Nosotros somos alienígenas dentro de este movimiento financiero social que sabe de nuestros primeros padres espirituales de la primera década en Pentecostés.
    Recuerdo una ocasión usando un bote de pintura de buena publicidad. La línea vendida de “color fuerte, secado rápido y acabado permanente” me cautivó. Pero mi experimento fue un fiasco. ¿Falló la pintura? No, el pintor fue el transgresor. Él no leyó las instrucciones y entonces los resultados no pudieron arribar adecuadamente. Por un torrente del Espíritu somos llevados como cristianos a volver a las direcciones de la Biblia.
    Incluso antes de un retorno a la Biblia, nosotros podríamos preguntar un incisivo interrogante: “¿Queremos otra Reforma en el estilo Bíblico?”. Una segunda, no muy simple pregunta es ésta: ¿Queremos realmente una visitación Pentecostal del Espíritu que quebrará nuestro status quo espiritual, económico y social? (Permíteme hacer una señal de alto aquí: A menos que puedas contestar afirmativamente las dos preguntas aquellas no te lo pases por alto.)
    Nuestra investigación respecto a “Pentecostés a cualquier precio” no es meramente para encontrar una respuesta a los bancos vacíos ni siquiera para resolver el dolor de cabeza del predicador –la congregación del domingo a la noche-. Esto no es simplemente un atajo para traer a tus pies nuestra particular iglesia o denominación. La respuesta a este problema es simple: alcanzarlo sobre tus rodillas. Nuestro redescubrimiento de Pentecostés puede traer estos varios cambios dentro de una iglesia; o por el contrario, es posible que el vino nuevo rompa los odres viejos.
    Si nosotros lo queremos, podemos volver a Pentecostés. Pero el trayecto hasta la colina de bendición es empinado. (Yo estoy asumiendo aquí que mis lectores creen que la Biblia es la inspirada, inefable e imperecedera Palabra de Dios, y que no es mera jerga teológica para decir, ‘Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos’ Hebreos 13.8).
    El primer obstáculo que bloquea este camino a la recuperación espiritual es el siguiente:
    El precio del reproche
    Incluso sugieren calafatearse y enseguida algunos se transformarán en Pentecostales (como si ésa fuera la cuestión).
    O, podríamos mover los pulgares de un tirón[1] y hacer comentarios de la boca para afuera tales como: “Ellos están tratando de ser súper-espirituales”. Todos quisiéramos ser unos apéndices ante el Tribunal de Cristo.
    O, alguno aun nos tildará de “holgazanes” por estar suspendiendo el trabajo por algún período.
    O, si, con nuestros grilletes desenganchados, nosotros saltamos de la alegría –en el corazón si no es sobre nuestros pies- entonces desde los críticos afuera viene la frase demoledora, “Ellos están borrachos” ¡Nosotros difícilmente podemos recibir aquello!
    Otro reproche podría ser el hecho del modo del Espíritu Santo y su método de dirigir el culto que puede ser muy poco ortodoxo que puede oírse nuevamente a los creyentes impávidos diciendo: “Son hombres sin letras y del vulgo”. La carne aborrece ser intelectualmente desmerecida por intelectuales. ¿Podremos pagar el precio del reproche?
    Pues bien, si el vituperio no es demasiado grande, si el precio no es demasiado costoso, si el sacrificio no es demasiado complicado, y si el estigma no es demasiado humillante, podemos considerar el siguiente peldaño hacia la recuperación espiritual.
    El precio de la interrupción
    “Por supuesto, nosotros no tenemos que demorarnos estos días”, dicen los expositores, “porque”, añaden ellos, “esto es la dispensación del Espíritu Santo”. Dispensacional, (si es posible usar esta palabra tan frecuentemente distorsionada) tienen razón. Pero yo todavía sostengo, que nosotros necesitamos esperar.
    En primer lugar, observe que esta permanencia significaría una devastación de nuestro propio programa pequeño. El Espíritu Santo no es el recadero de nadie. Él no se mueve a nuestra orden. Él no puede ser desairado por frágiles humanos sin consecuencias graves. Para la recuperación espiritual debe ser obedecido. Tan solo se acerca la calamidad y todos nosotros deseamos ser espirituales. Los adictos al mercado bursátil renuncian al santuario de Mamón cuando hay calamidad personal o doméstica o cadena nacional de oración (llamado generalmente cuando ya no queda otra salida). La “rata en la ratonera” convierte a muchos a la oración. Pero, ¿oramos cuando no estamos atrapados?
    Debemos ser conscientes que las batallas siempre traen interrupción. En Londres, Inglaterra, justo después de la II Guerra Mundial, vi desde el balcón exterior y por debajo de la Catedral de San Pablo, una fea losa de hormigón. La corteza superior de la losa fue de treinta pies de espesor, me dijo el guía. Debajo de ella y con seguridad, en comparación, Winston Churchill, su gabinete y asesores militares, pasaron muchas noches sin dormir trazando una estrategia militar en un intento de contraatacar a un astuto enemigo. Era verdad especialmente, la interrupción cuando Inglaterra fue “conduciéndose sola” y la fuerza irresistible destruidora de carne de Hitler eran solamente veinte millas a través del canal inglés.
    Mientras que los altos mandos se engranaban así, los “alevines”[2] menores fueron alcanzados por el fuego. Eso significaba que cada hombre tenía que una noche determinada en lluvia o granizo y faltándole metralla, andar por la calle y de ser necesario sacar las bombas incendiarias. Era una tarea riesgosa. Pero esto fue en compulsión al deber, tal como las inestabilidades producidas por toda guerra.
    En la santa batalla contra el diablo y sus obras, ¿podemos ser selectivos en nuestra obediencia? ¿Podemos orar cuando tengamos ganas? ¿Podemos buscar la plenitud del Espíritu hasta[3] estar completamente dispuestos? ¡No! Estamos conscientes de que ahora es el momento de Dios para hacer algo nuevo, entonces los precedentes serán desvanecidos.
    Esto nos lleva a otro obstáculo, el tercero:
    El precio de la espera
    Necesitamos esta espera para tener claro en nuestras mentes que la visitación del Espíritu Santo no tiene cabida en nuestra órbita teológica preconcebida. Necesitamos la espera:
    –       Por humillación y tiempo para una confesión por nuestro tan largo tiempo de satisfacción con nuestros propios trabajos.
    –       Para obtener ojos espirituales reorientados en la santidad de Dios y en la perdición de los hombres.
    –       Persistir hasta que tengamos un espíritu quebrantado y contrito.
    –       Para demostrar que podemos dominar los reclamos de esta edad materialista en que vivimos.
    –       Para oír de nuevo la Palabra de Vida del Dios viviente.
    –       Para mostrar nuestro total desprecio por nuestros propios esfuerzos y nuestra completa dependencia del Dios viviente por la liberación en esta época dominada por el pecado.
    –       Para convencer a nuestros amigos escépticos que amamos la voluntad de Dios, que anhelamos Sus favor y que buscamos Su poder con mayor celo que el que ponemos en nuestra vida de negocios y con más hambre del que sentimos por la comida.
    –       Para una dolorosa confesión del pecado y de la súplica para la limpieza a través de la sangre de Cristo. En la presencia divina, pueden hacerse votos que traigan rectitud a los errores[4] y permanecer sumisos a la voluntad revelada de Dios. Yo creo que entonces el Espíritu recaerá.
    ¿Es el fuego y el fervor de la naciente iglesia revelada en los Hechos de los Apóstoles la pauta[5] para la iglesia de Jesucristo? Yo creo que sí lo es. Jesús vino para que tuviéramos vida “en abundancia”, vida deslumbrante, fluida y rebosante.
    El Espíritu no discrimina en cuanto a la posición de un hombre dentro de la iglesia. El Espíritu vino sobre Saulo y lo hizo un Pablo y un Apóstol. El Espíritu dota a Felipe y da un giro completo a la ciudad de Samaria[6] y trastorna el reino del diablo.
    Cada avivamiento fue acompañado de una evidencia sobrenatural. Los milagros externos han sido mayores en algunas operaciones[7] que en otras. Pero -y esto es la base de la cuestión- se realizaron señales y prodigios, los racionalistas y materialistas fueron trastocados y a veces silenciados.
    Para revivirlo hay peligro y dolor – dolor de iniciar el avivamiento, dolor causado por el desprecio de los demás mientras éste está en curso y dolor cuando el fuego del avivamiento cae por tierra[8].
    Repetidamente, la pregunta ha sido hecha, ¿Por qué el avivamiento viene en una explosión, pero para el placer de los críticos pronto se disuelve[9] y muere? La respuesta a esta pregunta podría ser una o dos de las siguientes (a veces quizás ambas): Primera: la ignorancia puede apagar el Espíritu – la inhabilidad de oír la voz de Dios para el próximo movimiento. Segunda: la desobediencia – ésta parece ser la causa más probable que apaga la llama que pretende consumir todas las escorias. Puede haber otras causas como la pereza para seguir el plan de unión que exige el Espíritu o puede haber satisfacción presumida que ahora caracteriza algunas “vidas”.
    Recordémonos otra vez que la iglesia primitiva se “movía”. En el movimiento, debe dejarse algo o a alguien. Los modernos Ananías y Safira encontrarán al paso muy cándido y al precio demasiado alto. Para mantener el fuego del avivamiento ardiendo, tendríamos que encontrar reunido todos juntos -oración y alabanza diarios. Esto es lo que hacía la iglesia de Hechos (Hch. 2:42-46). –diario partimiento del pan. Esto es lo que hizo la iglesia primitiva. -la intercesión diaria. Éste fue el modelo de la temprana iglesia. –la comunión en el Espíritu. Éste fue el resplandor de la primera iglesia.
    Este cronograma estricto sería la muerte de muchos de nuestros patrones de vida débiles e improductivos. Cuán fácilmente nosotros, los cristianos, avanzamos a la luz de la perdición de los hombres y su juego con la certeza de la destrucción eterna a menos que oigan y crean. La negligencia ha filtrado nuestras intenciones. La charlatanería[10] del materialismo casi en su totalidad ha obstruido el canal de bendición. Nos encontramos condenados.
    Casi cada cristiano sin excepción sabe vivir mejor que en su actual nivel de espiritualidad. “Hermanos míos, esto no debe ser así”. Solo hay un camino para que la iglesia funcione –El camino de Dios. La Biblia es el manual[11] de este camino.
    Luego, ¡de esto se trata el camino hacia el Pentecostés y sobre la gloria!
    Rápido, en un momento, infinito para siempre
    Enviarse una activación mejor
    Que mi oración
    Dame la gracia de ver en el esfuerzo imperceptible
    ¡Almas por mi renta
    Y Pentecostés hoy!





    [1] Figurativo: instintivamente. Nota del traductor.
    [2] Figurativo: inocentes reclutados para la guerra. Nota del traductor.
    [3] Figurativo: condicional, recién cuando esté listo. Nota del traductor.
    [4] Traducción literal. Gramaticalmente puede leerse para mayor comprensión “tendientes a corregir las faltas”. Nota del traductor.
    [5] Figurativamente. Hace ver que ése sería el secreto. Nota del traductor.
    [6] Figurativamente. Puede leerse “provocó una transformación radical”. Nota del traductor.
    [7] Traducción literal. Gramaticalmente puede leerse “servicios”. Nota del traductor.
    [8] Traducción literal. Gramaticalmente puede leerse “se desvanece”. Nota del traductor.
    [9] Se reemplazó el literalismo balbucear o titubear porque no ayuda mucho al sentido gramatical de la oración. Nota del traductor.
    [10] Se utilizó este término en lugar del literal “mesmerismo” para ayudar a la comprensión. Nota del traductor.
    [11] Se prefiere este vocablo mayormente aceptado que el literal “plano” del original. Nota del traductor.

    Fotografía de A. González-Alba GALBA bajo licencia Creative Commons
      
  • Frente al Dios infinito – A. W. Tozer

    Fecha:Sat, 21 Mar 2015 03:02:52 PDT
    Un sermón predicado en Avenue Road Alliance Church, Toronto
    por A. W. Tozer
    Traducido por Rossaura Domínguez
    Fuente del original en inglés: Never Family


    Salmo 147: 5 “Grande es nuestro Señor …”
    Quiero hacer mucha definición a medida que avanzo y decirlo sencillamente, como si usted no lo supiera – Sé que la mayoría de ustedes, o todos ustedes saben, a menos que se encuentren algunos niños – que finito significa limitado: la cosa tiene un límite en sí. Tan largo, tan pesado, tan viejo o tan algo…. infinito significa que no tiene límites, que no hay ningún límite en ello. Entonces, infinitud sólo significa una condición de no tener límites. Así, una vez más, una gran palabra, que cuando se minimiza, se encuentra que no sea una gran palabra después de todo.
    Por consiguiente, voy a hablar de la infinitud de Dios; más allá de todos los mensajes que siempre les he traído, esto hará una mayor demanda por encima de su inteligencia y por encima de su imaginación y sus poderes de la razón. La razón de que esto es así, es, que vamos a tratar de concebir un modo de ser que nos es completamente desconocido; no simplemente algo desconocido, pero completamente desconocido.
    Dios habita en un modo de ser totalmente más allá de nosotros y totalmente por encima de nosotros e infinitamente distante de nosotros; aún cuando pensamos acerca de Dios, estamos tratando de pensar en alguien diferente a todo lo que sabemos. Dios dice: “¿A quien me parezco?” o “¿A quién vas a compararme?” Siendo la respuesta, nadie; nadie es como Dios, nada es como Dios. Dios es como Él mismo.
    Nosotros habitamos en la materia y el espacio y en el tiempo y somos criaturas. Dios no es material; Él no habita en la materia. Y no es espacial, Él no habita en el espacio. Y no es temporal; no habita en el tiempo. Y no es una criatura, Dios es el Creador, no una criatura. Dios era antes que cualquier criatura fuera y como he dicho antes, nada añade nada a Dios y nada puede quitarle nada a Él.
    Esta noción poética es que Dios creó el mundo como un teatro donde podía mostrar su gloria, y todo lo que pueda tener algo en ella, sin embargo, la creación no añade nada a Dios y digo que no puede tomar nada fuera de Él. Así que tenemos que tratar de recibir en nuestra mente algo completamente diferente de todo lo que conocemos y algo completamente más allá de lo que conocemos. Usted debe tener la idea de ilimitado en su cabeza y que es muy difícil para nosotros los que habitamos en el tiempo y el espacio. Ahora, una cosa que tiene que tomar en cuenta es, que todo lo que diga acerca de Dios esta mañana, no es Dios.
    Vean, amigos, la teología es lo que podemos aprender acerca de Dios, pero conocer a Dios es absolutamente otra cosa. Ahora, todo lo que voy a decir esta mañana, cualquier pecador inteligente puede entender y luego ir al infierno. Pero la vida eterna es conocer a Dios y no es saber acerca de Dios. La diferencia entre un teólogo y un santo es que el santo conoce a Dios y el teólogo sabe acerca de Dios. Hay una diferencia, vea usted hermano, teología es lo que se puede conocer acerca de Dios – de lo que nuestras pequeñas cabezas pueden echar mano – y usted no tiene que ser cristiano para saber teología; posibilidades existen de que sería un cristiano o no la creerá suficientemente interesante para jugar con ella.Pero si usted está estudiando la doctrina, usted puede enseñar doctrina, y estudiar doctrina y no ser un cristiano. Y no tengo ninguna duda de que muchos maestros de la Biblia no son verdaderamente cristianos; sólo saben acerca de Dios, ellos son especialistas en el Libro de Romanos y Efesios y Hebreos pero no conocen al Dios de Romanos ni de Efesios ni de Hebreos. Y usted puede ir a conferencias bíblicas y puede oír de teología – o doctrina, como nos gusta llamarlo – puede escuchar la doctrina, y puede entender la doctrina, y sin embargo, no conocer a Dios en absoluto.
    ” Y esta es la vida eterna: que te conozcan (Dios) a Ti, ” Juan 17: 3, y “conocer” ahí significa experiencia.Hay una diferencia entre saber y experimentar. Yo sé acerca de Eisenhower, pero nunca he experimentado a Eisenhower. Nunca le he visto, nunca le he dado la mano. Nunca he oído su voz, salvo por la radio; nunca he experimentado a Eisenhower, y sin embargo, yo sé acerca de Eisenhower. Todo lo que pueda o podría decir acerca de Dios esta mañana, cualquier pecador puede entenderlo, si es inteligente, y sin embargo, al final, ir al infierno. Así que no se infle si le ocurre que siente algo; bueno, usted entiende acerca de la infinitud de Dios. Eso no significa nada para usted, a menos que usted haya nacido del Espíritu y haya sido lavado en la sangre, porque aquí en el libro de Primera de Corintios leemos esto: “Como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman,” 1a.Corintios 2: 9 Pero Dios nos las reveló a nosotros por su espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. “Porque ¿quien de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” 1a.Corintios 2: 11
    Usted puede saber acerca de Dios sin el Espíritu, pero nunca conocerá a Dios sino por el Espíritu. Vea, intuimos a Dios. Ahora ‘intuir’ es otra palabra de la que más personas podrían huir pero no es tan difícil. La intuición es cómo usted sabe que está vivo. ¿Cómo sabe que está vivo?. ¿Se levanta por la mañana y se dice, ahora me pregunto si estoy vivo esta mañana? A continuación, se pellizca y dice: Bueno, tengo sensibilidad, luego dice, Bueno, tengo hambre; ¡Debo estar vivo! Usted no razona que está vivo: usted sabe que está vivo por intuición.
    El pájaro, el pequeño bebé, sabe que está vivo: es intuición. ¡Que el hombre sabe las cosas del hombre, sino por el espíritu del hombre que está en él! El espíritu de un hombre es el que está en un hombre que sabe que está vivo. Y él no tiene que tener ninguna razón acerca de esto: él sabe. Entonces, ¿qué es lo que conoce a Dios, sino el Espíritu de Dios? No puedo saber que usted está vivo, excepto por la razón. Miro hacia aquí abajo y veo a mi hermano, y me digo a mí mismo, Bueno, él allí se sienta. Él tiene puesta una camisa a cuadros. Él está sentado allí jorobado y está vivo. Muy bien, yo sé que él está vivo. Se ve con vida.Razono que está vivo y que ¡él nunca ha razonado en ello para nada! Usted no tiene que razonar para saber que está vivo: lo sabrá por instinto, lo llamamos, por intuición.
    Ahora, el Espíritu Santo se conoce a sí mismo con una intuición divina y nadie puede conocer a Dios, excepto aquellos que tienen el Espíritu de Dios, que nos da la intuición divina para que podamos conocer a Dios no por el razonamiento acerca de Él, sino que nosotros le conocemos instintivamente e intuitivamente.Es por eso que usted puede tomar alguna viejita que nunca llegó a tercer grado y sólo lee moviendo los labios, y sin embargo, ella puede ponerse de pie y alabar a Dios ¡con lo más alto de su voz! Y usted puede argumentar al salir ella, puede burlarse de ella, puede decirle que es ignorante, puede decirle que no hay Dios, puede decirle que el evangelio es un producto de la imaginación humana. Puede discutir abajo, y cuando haya terminado, ella va a mirar desconcertada, pero ella es muy probable que sólo siga cantando porque su conocimiento de Dios ¡es un conocimiento intuitivo! Ella no lo consiguió mediante la razón así que usted no puede razonarlo fuera de ella.
    Cualquier cosa que usted razone dentro de la cabeza de un hombre, un mejor razonador puede hacerlo entrar en razón fuera de su cabeza. Eso es por lo que estoy preocupado cuando tenemos un llamamiento al altar y la gente viene al altar y el predicador desciende con un Nuevo Testamento con marcas rojas en él y comienza a hacer entrar en razón al hombre dentro del Reino. Y cualquier cosa que usted pueda hacer razonar dentro de un hombre, un mejor razonador puede hacerlo entrar en razón fuera de él. Pero si él se encuentra con Dios y conoce a Dios por el Espíritu Santo, él no está entrando en razón dentro del Reino, él ha nacido en el reino y como no lo razonó de adentro, él no puede ser razonado de afuera.
    Ahora, eso no era en absoluto parte de ello, pero yo pensé que diría esas cosas antes de ir más lejos. Dios es infinito y nosotros sabemos esto por la Escritura. Una cosa es que Dios se ha revelado a sí mismo por la razón y por revelación y, usted sabe, Dios no conoce límites y no tiene límites. Eso es lo que estamos tratando de decir esta mañana: que todo lo que Dios es, Él no tiene límites, y todo lo que Dios es, Él es. Y todo lo que alguna vez fue o será, y todo lo que siempre es, o será, Él es, sin límites.
    ¿Alguna vez ha pensado dado que tenemos que pensar con la mente y ya que nuestras cabecitas son limitadas y Dios es infinito, por lo tanto tenemos que pensar hacia atrás sobre Dios cuando razonamos acerca de Dios? Ahora, cuando se pone de rodillas para orar, usted no razona, usted adora y eso es otra cosa. Pero cuando usted está tratando de pensar acerca de Dios, usted tiene que pensar en forma negativa.Los antiguos teólogos místicos dijeron que la única manera en que usted podría pensar en Dios correctamente era pensar negativamente acerca de Dios y usted encontrará esto en las mismas Escrituras, así como en la teología.
    Por ejemplo, la propia existencia; ¿qué es la propia existencia? Esto significa que Dios no tiene origen. ¿Qué es la autosuficiencia? Esto significa que Dios no tiene apoyo. ¿Qué es la eternidad de Dios? Esto significa que Dios no tuvo principio y Dios puede tener no fin. Amigo, allá en Nueva York, al contrario y a pesar de todo, eso es un razonamiento negativo. Nosotros razonamos la eternidad de Dios diciendo que Dios no tuvo origen. Nosotros razonamos su autosuficiencia diciendo que Él no tiene a nadie para sostenerlo. Nosotros razonamos la eternidad de Dios diciendo que Dios no tuvo principio. Nosotros razonamos su inmutabilidad diciendo que Dios no puede cambiar. “Yo, el Señor no cambio.” Nosotros razonamos su infinitud diciendo que Él no tiene limitaciones. Nosotros razonamos su omnisciencia diciendo que Dios no puede aprender.Ahora, eso sorprendería a algunas personas, el decir que Dios no puede aprender. Sólo se puede aprender cuando usted es ignorante. Es decir, si hay una cosa en el mundo que no sabe, sigue siendo ignorante. Y todo el mundo es ignorante, tan sólo, como un compañero dijo, ¡son ignorantes sobre diferentes temas!Todo el mundo es ignorante y todo el mundo puede aprender. Usted puede aprender, pero Dios no puede aprender porque Dios ya sabe al instante y perfectamente todo lo que puede ser conocido.
    Así que si usted ha tenido el hábito de dar a Dios una conferencia y le informa cada mañana lo que está pasando, usted debe detenerse, porque no puede decirle a Dios lo que Él no sabe ya, porque Dios sabe todo lo que puede ser conocido o que es cognoscible desde la eternidad pasada hasta la eternidad por venir.Así que no moleste a Dios diciéndole un montón de cosas horribles; dedique más tiempo a la adoración y estaría más cerca de Dios.
    Vamos a Dios con nuestra lista de compras. Tengo un libro de peticiones aquí, así que creo en las solicitudes, escribo mis peticiones y siempre las mantengo conmigo, tengo mi pequeño libro aquí, he escrito en mi librito de 10 centavos las cosas más importantes que quiero que Dios haga, usted sabe, y entonces las compruebo, Dios responde a la oracion. Tengo algunas oraciones sin respuesta pero la mayoría de ellas son contestadas. Y creo en eso, pero no creo que debemos venir a Dios como a un almacén general todas las mañanas con una lista y decirle a Dios lo que queremos, y luego aparezco a la mañana siguiente con otra lista dándole gracias por la lista que ya respondió antes. Eso es bastante pueril y barato, y es una manera bastante baja para adorar a Dios. Tiene que haber tiempo cuando entramos en la presencia de Dios sin ninguna petición en nuestro corazón. Sólo tienes que ir a decirle a Dios lo hermoso que es, sólo para decirle a Dios lo maravilloso que es. Y si no pensamos que Él es maravilloso, entonces ¡no le conocemos de la manera que debemos!
    Bueno, que Dios es infinito, significa que Dios no conoce límites y no tiene límites y aquí tenemos que empezar a eliminar todo el uso popular. Cuando hablamos de riqueza ilimitada, es perfectamente tonto, porque no hay tal cosa como la riqueza ilimitada. Rockefeller no tenía riqueza ilimitada; solamente tenía una gran cantidad de ella. Las personas la miraron y dijeron: ¡Por qué no tiene límite! Pero eso es una tontería; sí tiene un límite. Y decimos sin límites, y hablamos de “sin límites de profundidad” y los poetas hablan de la marea y dicen “lo que creció desde la profundidad ilimitada se regresa de nuevo a casa”, pero la profundidad no es ilimitada. Los científicos saben cuántos galones de agua hay en el océano y saben cuánto pesa la tierra, de modo que ‘sin límites’ es una palabra que no se puede usar aquí, porque todo tiene un límite.
    Y luego, la palabra “infinito”. Usted habla de un autor o de un músico que causa ‘infinitas penas’ con su música, pero él no causa infinitas penas; sólo causa un montón de penas. Y la energía no es “ilimitada”; sólo hay un montón de ella Si usted es golpeado por unos cientos de miles de voltios de electricidad, sus amigos que están alrededor dirán: ¡Había un poder ilimitado en esa descarga de luz!, pero no era ilimitada; se puede sopesar, se puede medir, el científico puede decirle cuánto era. Así que la palabra “infinito” o “ilimitado” o “sin límites” o “sin medida” pertenecen a Dios y nadie nunca más debe utilizarlas. Si las utilizan, deberían saber que no significan lo que dicen.
    Sólo hay uno que es inconmensurable y ese es Dios: no se puede medir a Dios. Algunas de ustedes, hermanas, que han estado trabajando muy duro en la mesa son de un tamaño bastante bueno, ¡pero por lo menos se pueden pesar! Algunos de ustedes compañeros altos ¡son terriblemente altos! Recuerdo una vez que estaba en St. Paul, Minnesota, y me estaba quedando en Minneapolis. Me metí en el ascensor una noche y bajando, todo lo que podía ver eran los bolsillos a la cadera y dije: Bendice mi corazón, ¡qué es esto!Y empecé a buscar sus cabezas, y allí estaban: el equipo de baloncesto de Indianápolis estaba allí para jugar con el equipo de baloncesto de Minneapolis (de paso, esa noche Minneapolis los metió en sus bolsillos, me acuerdo). Pero pensé, ¿qué es esto? Aquí estaban estos hombres, ya sabe, justo allí, ¡y yo era un niño pequeño! Mido cerca de 5.10 pies, ya sabe, pero ¡yo era un niño pequeño! Eran altos, pero no eran ilimitados; podían ser medidos. No pensó usted así de pie junto a ellos, pero en realidad podía medirlos; tenían un límite. Crecieron de un modo largo, pero ellos finalmente se detuvieron… Ahora, la medición, vea usted, es una manera que tenemos de dar cuenta de nosotros mismos y es una manera en que las cosas creadas tienen que dar cuenta de sí mismas, describe las limitaciones e imperfecciones. Pero de cualquier modo, Dios nunca da cuenta de sí mismo y ya que Dios no es materia, no se le puede pesar y ya que Él no es espacio usted no lo puede medir y ya que Dios no es energía, no tienen manera de computarlo.
    Sólo podemos describir lo contingente y lo relativo, excepto Dios, siendo absoluto y auto-existente, no hay forma de medir a Dios. Así que no tiene caso hablar acerca de Dios tan grande. Grande es una palabra de las criaturas, ya sabe.Y es una palabra relativa, si un niño atrapa un pescado tan largo como su pluma fuente es un gran pez para él, pero si su padre atrapa uno de un pie de largo, ¡ese es un pez grande para él!Pero los hombres que los capturan en el océano los atrapan de diez pies de largo y ¡ese es un pez grande para ellos! Y esa ballena que se tragó a Jonás era un pez grande para Jonás … y todo es relativo. Un barco de diez pies de largo es un barco grande para algunas personas, pero el Queen Mary ¡podría plegarlo por debajo de su uña del dedo! ‘Grande’ es una palabra que usamos cuando estamos hablando de grados de las cosas, pero ya que Dios no habita en grados, Él es absoluto.
    ¿Tienen miedo de esa palabra absoluta? Algunas personas van a la universidad tan sólo lo suficiente para ser ignorantes. Tengo una nuera por el estilo. Ella tiene un coeficiente intelectual de 148 – el cual se acerca a genio – y ella es el ejemplo más perfecto de una persona ignorante, ¡que sabía más antes de ir a la universidad que cuando salió! Tan sólo ignorante, usted sabe. Uno de mis hijos fue a la universidad y salió de la universidad y cuando iba por ahí, paseaba y dijo, ¡Papá es un absolutista, Papá es un absolutista!Bueno, no me encogí ni corrí ni me escondí en el armario ni dije, Por favor no me llames un absolutista. ¡Por supuesto que soy un absolutista! Yo creo que Dios es absoluto y que Dios no habita en grados y que no se puede medir a Dios ni sopesar Dios. Dios es absolutamente Dios, y nada más.
    Toda luz provino de la luz absoluta y todo poder proviene de un poder absoluto y toda inteligencia vino de la inteligencia absoluta y todas las ideas provinieron de las ideas absolutas. Así que soy un absolutista. ¡No, no me preocupa! Porque soy un absolutista. Yo creo que Dios, el Padre Todopoderoso es absolutamente lo que Él es.
    Pero usamos la palabra “absolutamente” tan tontamente. Nosotros decimos, “Ella es absolutamente hermosa.” No, no lo es, ella es sólo bonita. Pero desde luego no es absoluta, ya que hubo un tiempo en que no se veía así y habrá un momento en que no se verá así. Y cualquier cosa que alguna vez no fue y más tarde no será no es absoluta: es sólo relativa. Y algunas de ustedes, queridas señoras, que se imaginan que son guapas son bastante guapas. No he visto ningunas bellezas impresionantes en la planta baja, pero todas ustedes se ven bien. Pero, escucha hermana, escucha hermana, usted no es absolutamente, no es absolutamente hermosa, es sólo hermosa. Y un hombre piensa que es absolutamente fuerte. Nada es absolutamente: sólo Dios. Nunca use tal palabra en nada ¡excepto para Dios! Debido a que absoluto significa que no es una parte de nada, que no es un componente, es, y no hay manera de describirlo, eso es Dios.
    ¡Oh! Hermano, yo tengo un buen tiempo con Dios; ¡lo tengo! Yo no grito por allí como mi viejo amigo aquí.Me gusta oírlo, lo admito y disfruto eso. Uno de mis placeres de ir a las reuniones al campo es para oírlo ¡porque lo dice en serio! Si él no lo dijera en serio, yo sería el primero en ir a apartarlo debajo de un árbol y dale una charla, pero lo dice en serio. Pero no he sido hecho así. Me puedo sentar completamente imperturbable y tener cosas por romper a mi alrededor que emocionarían a algunas personas hasta la muerte, pero no soy muy entusiasta. Pero consigo estar maravillosamente emocionado acerca de Dios; ¡maravillosamente emocionados por Dios! Y usted lo consigue, antes de que el gran Dios que hizo el cielo y la tierra y todas las cosas que están en ella – ¡porque eso emociona mi corazón!
    Ahora, medimos las cosas, estoy tratando de decir.. Peso, es como contabilizamos la atracción gravitacional, y la distancia es como medimos la movilización en el espacio, y la longitud es como contamos la extensión en el espacio, y hay otras maneras; líquido es un cuarto o un galón, o lo que sea. Mi buen amigo, quien ahora está en el Valle Baleine es un misionero. Y él era un chico criado en la ciudad, y se casó con una chica de campo. Y un día, él estaba dando una ilustración en su predicación como un joven predicador. Dijo algo acerca de que si una vaca podía dar 40 cuartos de leche estaría haciendolo bastante bien, y su esposa dijo: “¡Hermano, puedes decirlo otra vez!” Ella era del campo y sabía vacas, pero él no!
    Y mientras estoy en ello, mientras estoy en ello, ya que yo estoy haciendo una demanda tremenda en su cabeza esta mañana, puedo también decirle esto acerca de mi buen amigo pelirrojo Ed en el Valle Baleine.Él era un chico de ciudad, pero se fue a una granja donde encontró a su esposa, y estaban estudiando allá, tenían un cerdo viejo y una vieja cerda y esperaban tener una camada y él estaba más o menos– como el resto de ellos, ya sabe – esperando por el evento. Entonces un día alguien corriendo dijo, creo que ella va a tener sus cerdos; ella está haciendo su nido. ¡Y Ed corrió afuera y empezó a buscar en los árboles!
    Bueno, ya ven, ¿o no?, amigos, existen medidas aquí abajo. Una vaca da tanta leche y hay tanta agua en la primavera y hay tantos caballos de fuerza en su motor, y hay muchas candelas en su luz eléctrica, tan lejos de aquí hasta la siguiente ciudad. Nosotros pesamos y medimos las cosas, pero Dios está fuera de todas estas cosas y sobre todo eso.
    Tú eres infinito, oh Dios, y ninguna de estas palabras o conceptos ni tocan ni describen a Dios. Describen sólo lo imperfecto, y Dios es perfecto. Y así nosotros no pesamos o medimos a Dios, Él no conoce ningún grado. ‘Un Dios, una Majestad; no hay sino Dios, sólo Tú, ilimitado, unidad no esparcida.’ Y Dios no tiene medida y ninguna cantidad. Dios es inmensurable, ilimitado, y por lo tanto infinito.
    Ahora, ¿qué significa todo esto para nosotros, hermanos y hermanas? Bueno, eso es realmente de lo que quiero hablar: ¿qué significa todo esto para nosotros? Esto significa que lo que Dios sea para usted, Dios es para usted absolutamente y sin medida. Esto significa que si Dios es su padre, no es como su padre terrenal con límites e imperfecciones. Esto significa que si Dios es su padre es infinitamente su padre y Él es su padre en medida infinita y en grado. Aunque ni la medida ni el grado aplican a Dios tenemos que utilizarlo o bien disponer de un espacio en blanco en la cabeza. Y así Dios es su padre: un padre perfecto. Dios puede hacer lo que usted no puede hacer.
    Creo que ahora que soy más viejo, no era un padre perfecto en gran manera para mis hijos porque a veces solía usar el sarcasmo en ellos para conseguir que obedecieran Bueno, eso fue una gran ruptura. Y oí el sermón anoche y me senté allí pensando que yo no era tan buen padre y si hubiera sido como algunos de ustedes, me habría ido al altar, pero tengo mi altar donde quiera que esté. Yo no era un padre perfecto por una serie de razones; una de ellas era que yo sabía que eran unos pequeños canallas inteligentes, así que sabía que si tan sólo me ponía al frente, sería simplemente un Tozer chocando a otro, y eso sólo era como un forzado e irresistible encuentro con un objeto inmutable. Así que solamente los franqueaba con un poco de sarcasmo y eso no era bueno porque sé que los lastimé. Así que yo no soy un padre perfecto y supongo que no hay padres perfectos aquí. Hermanos y hermanas, permítanme decirles que Dios es el Padre perfecto. Y Dios nunca comete errores.
    Y estoy muy contento de que Dios nunca ha leído ningún libro sobre lo que un joven padre debe saber. Y estoy contento de que Dios nunca se preocupa por la psicología y nunca persigue a un profesor que le enseñe cómo ser un padre. No, no, mis amigos; Dios es nuestro Padre, y Él es infinitamente nuestro Padre y es perfectamente nuestro Padre.
    Y además Dios tiene Su misericordia. Ahora piense en la misericordia de Dios y piense que es infinita. No hay grado en ella. El hombre tiene misericordia. Por el estado de Illinois, este hombre Leopold, quien con Loeb en 1926 creo que fue, mató al joven Bobby Frank y fue sentenciado a 199 años y Loeb murió en prisión y Leopold aprendió 26 idiomas y se convirtió en un científico reconocido, a pesar de que ha estado 33 años en esa prisión y que ha tratado de salir en libertad condicional en varias ocasiones y esta última semana llegó hasta la Clemencia Ejecutiva, y yo dejé Chicago antes de que fuera resuelta, pero creo que Leopold estaba por recibir el perdón. Él está enfermo; no vivirá mucho tiempo a pesar de que sólo tiene 52 años de edad, pero él es un científico y dijo que quiere pasar el resto de su vida en ayudar a la gente, por lo que él quiere ir a un hospital y ser un ayudante allí hasta que él muera. Eso está muy bien.
    Pero si le perdonan será misericordia. Pero la misericordia no sería lo suficientemente grande para perdonarlo para empezar. Justicia se hizo y lo condenó a 199 años. Lo que estoy tratando de decir es que la misericordia del hombre conoce límites, pero la misericordia de Dios no conoce límites. Así que puede usted ir por ahí predicando la misericordia de Dios sin límites. No hay límite en la misericordia de Dios, porque usted no puede encontrar las límitaciones de los límites de Dios. Todo lo que Dios es, es sin límite. Así que usted podría pensar en la misericordia de Dios como un mar en que puede nadar en él durante diez millones de años y nunca llegan a la orilla, ¡porque no tiene una orilla! Así que podría pensar en la misericordia de Dios como si fuera la atmósfera en la que puede entrar en un avión viajando a la velocidad de la luz y pudiera seguir para siempre y ¡todavía no encontrar los límites de la misericordia de Dios!
    Ahora, la razón de que esto me interesa, es que nunca quiero un poco de algo; tampoco quiero lo suficiente, o lo que puedo tener. No podría adorar a un Dios que fuera poco y que tuviera que preocuparse por Su misericordia. Si Dios tuviera que llamar a todos los arcángeles alrededor y dijera: “Me pregunto si tendremos suficiente misericordia para eso. Estamos obteniendo muy poco de ella. No ha llovido por algún tiempo y justo me preguntaba si conseguiremos tener suficiente misericordia “. Hermano, Dios tiene toda la misericordia que hay y que es todo lo que necesita. Si Dios ha querido hacerlo, Dios tiene suficiente misericordia para perdonar a todos los demonios y a todos los ángeles de indulto y al mismo diablo y a todo el mundo en el infierno. Dios no va a hacerlo; de modo que no creo que habrá una redención universal de ángeles y demonios y pecadores, pero digo que hay misericordia suficiente en Dios para tener misericordia de todos los seres. Y si hubiera un millón de veces diez millones más de pecadores que los que hay, no sería poner tensión en la misericordia de Dios, porque Su misericordia es infinita y usted no puede forzar la infinitud.
    Luego entonces, piense en el amor de Dios:
    Este es el Señor que adoramos.
    Nuestro fiel inmutable amigo.
    Cuyo amor es tan grande como su poder.
    Y tampoco conoce límite ni fin.
    Así que piense en el amor de Dios. Ahora, el amor de una madre por lo general es considerado como la cosa más bella del mundo y como lo más cerca posible de ilimitado que puede conseguir. Pero una madre puede ser indigna hasta un punto en el que su amor va a morir, o una madre puede morir y su amor va a morir con ella. Pero Dios no puede morir y no hay ninguna manera de que Dios deje de amar. Vea, Dios no le ama porque usted sea adorable, Él le ama porque Él es amor. Por esa razón Dios ama a su mundo, y Él ama a su universo y nunca cambia nada. Algunas personas piensan que cuando Cristo murió en la cruz, Dios nos amó más de lo que había hecho antes. No hermano, Jesús moribundo no aumentó en nada el amor de Dios, porque usted no puede aumentar el amor de Dios. ¿Cómo se puede aumentar lo que no tiene límites y es ilimitado? ¿Dónde obtendría algún amor para agregar al amor de Dios? No hay ninguna manera de aumentar el amor de Dios. Así que Dios le ama con todo el amor que hay en el universo. ¡Eso debería hacerle sentir bien! No sé si lo hace o no, pero debería. “Sí, yo os he amado con un amor eterno.” Eso es lo que dice la Escritura; ‘Amor eterno’. Y así el amor de Dios, es eterno. Pienso en esta canción:
    Si pudiéramos llenar de tinta todo el mar
    Y el cielo fuera hecho de pergamino
    Y una pluma fuera todo valor en la tierra 
    Y cada hombre un escribano por el comercio
    Para escribir el amor de Dios allá arriba
    Tragaríamos el seco océano 
    Ni podría el rollo
    Contener la totalidad
    Aunque se extendiera desde el cielo hacia cielo
    Quienquiera que haya escrito eso tuvo la idea, el amor de Dios es absolutamente infinito y no hay ningún lugar para encontrar el final del mismo, así que si usted vive en la eternidad por venir como desea y existe por siempre, y ya que vino al mundo un poco protestando, dando graznidos, pegajoso infante, usted vino al mundo con la eternidad en su corazón, hermano. Un pequeño conejo ha nacido para vivir tres años, luego muere. Observé a un pajarito saltar alrededor mirando por mi ventana y pensé “¡Pobre pequeño individuo!que sólo estará aquí un rato y entonces volverá al polvo de donde vino “. Pero cuando usted nació algo eterno nació. Vea usted, Dios es eterno en ambas direcciones. La palabra eterno significa desde el punto de fuga hasta el punto de fuga. “Fuera de la mente” hasta “fuera de la mente” que es lo que significa eterno en hebreo. Desde “fuera de la mente” hasta “fuera de la mente” en ambas direcciones. Así que usted no es eterno hacia atrás. Hubo un tiempo cuando usted no era y Dios habló y usted fue.Pero usted es eterno en este sentido en que fuera de la mente hasta el punto de fuga no dejará de ser. Así que aunque usted tiene la eternidad en su corazón y nunca dejará de estar, usted nunca puede vivir fuera del amor de Dios y nunca puede ir más allá del amor de Dios.
    “Porque yo, el Señor, lleno todo y los cielos de los cielos, no me pueden contener” y Dios siendo amor eterno y todo espacio, no sólo está lleno del amor de Dios, ¡sino que desborda con el amor de Dios! Nunca se puede exagerar el amor de Dios, y aunque se puede predicar mucho sobre el amor de Dios, la gente se olvida que Él es un Dios de justicia y hacen daño a la iglesia. No se olviden de eso.
    La gracia de Dios es infinita. Donde abundó el pecado, la gracia hizo mucho más que abundar. Me gusta ese pasaje y quiero decirles una pequeña historia más y entonces los dejo. .
    Esta pequeña historia sucedió en Omaha, Nebraska. Oí a un hombre predicar, y salvar mi vida, no sé lo que dijo. Esa es la bendita cosa sobre la predicación: se puede oír a un hombre que predica y obtener bendición y no recordar lo que dijo. Pero sólo el hecho de que estaba hablando de Dios le dio un gran impulso, y le envió a sentirse mejor decidido a ser un mejor cristiano, incluso si no se acordaba de lo que dijo. Y la mayor parte de lo que decimos no vale la pena. Pero yo no recuerdo lo que dijo este hombre y él era uno de los grandes predicadores de Estados Unidos. Pero me fui a mi habitación del hotel y me puse de rodillas y yo estaba orando. Fui influenciado por el sermón, pero no instruido por ello. Y ahí estaba yo, de rodillas, y había un sentimiento de mi propia pecaminosidad que se apoderó de mí y el conocimiento de los pecados que había cometido, y los errores que había hecho, y todo lo demás, y aunque había sido salvado por muchos años y predicado durante muchos años, llegué a la convicción como un pecador ante el altar. Y allí, delante del gran Dios estaba yo derramado mis iniquidades y atrocidades hacia Dios y luego cuando pasaba a través de ese momento, Dios no me respondió exactamente pero me permitió comenzar a razonar.
    Y me dije a mí mismo, ahora, espera aquí un minuto: Eres un pecador – o era – pero eres un pecador finito.Por lo tanto, si cada partícula de su cuerpo era un pecado y si todos los nervios de su cuerpo eran un pecado y cada cabello de su cabeza era pecado, y usted ha pecado como una montaña o como un océano, habría todavía así un límite; alguien podría contarlos. Alguien podría poner el límite a cerca de ello. Algún observador podría venir y decir: Estoy contando los pecados de Tozer. Le llevaría meses para hacerlo, pero finalmente lo obtendría. Algún geólogo podría venir y decir: estoy midiendo los pecados de Tozer y sí que podría medirlos y ser una medida larga, pero finalmente podría llegar a la cima, porque soy un hombre finito y un hombre limitado y que sólo puede pecar finitamente, limitadamente.
    Por lo tanto, todos mis pecados, a pesar de que son peores de lo que creo que son, tienen un límite en alguna parte. Pero Jesús al morir en la cruz, murió para hacer una expiación infinita ¡sin ningún límite en absoluto! Donde el pecado abundó la gracia hizo mucho más que abundar. Entonces me arrodillé allí pensando ante Dios y le dije: Bueno Dios, yo no voy a dejar que esto me moleste más, porque aunque cada célula de mi cuerpo fuera un pecado que todavía se pueda contar, sin embargo, quien puede contar el infinito, infinito e ilimitadol valor de la sangre del Cordero. Y algo le susurró a mi corazón que una gota de la sangre de Jesucristo – siendo Dios – una gota de la sangre de Jesús es capaz de hacer expiación por toda la raza de Adán, desde Adán y Eva hasta el más nuevo bebé nacido hace unos minutos.
    Por eso es que me paseo por ahí relajado y algo suelto. Debido a la misericordia de Dios que es suficientemente grande para mí. La gracia de Dios es suficientemente grande para mí. Usted puede ir a cualquier parte. Por aquí está un hermano que es un guardia en una prisión. ¿Por qué ese hombre puede ir con el peor triple asesino y decirle: ¡El amor de Dios le puede aceptar si lo deja! El amor de Dios es suficientemente grande y la expiación de Dios es suficientemente grande y la misericordia de Dios es suficientemente grande porque no hay límite en sí misma. Tan sólo ha matado a tres personas, pero si hubiera asesinado a toda la raza humana habría tenido un límite, pero la expiación en la sangre de Jesús no tiene límite. Sin límites, gracia ilimitada. Por eso es que me gusta cantar: “Maravillosa gracia de nuestro amoroso Señor”.
    Razonablemente, esa es una buena canción, hermano. No hacen muchas buenas hoy en día pero esa está cerca de ser una buena. Y eso es bastante bueno. “Infinita, incomparable, maravillosa, gracia, la gracia que es mayor que todos nuestros pecados”. Bueno, esto es el final del sermón, y ahora sólo una o dos palabras para decirles esto: Ore todos los días para una buena visión de Dios. Ore cada día para que Dios le haga pensar en grande sobre Él. Un bajo concepto indigno de Dios me parece es la mayor debilidad de la iglesia moderna. Dios es el Hombre de arriba, Él es alguien. Él lo es, Él es Él. Él es ese extraño ser a lo lejos pero Él es precisamente un gran hombre allá arriba. Pues bien, el resultado de todo esto es que nuestro cristianismo se está arrastrando en la cuneta y preferiría arrastrar la bandera americana en la cuneta que arrastrar el cristianismo en la cuneta – ¿usted no? Nunca lo he hecho, y en el ejército solía verlos poner la bandera en alto y si comenzaba a tocar el suelo algún soldado se sumergiría para atraparla. No querían que la noble bandera estuviera en lo sucio. Así que tomemos nuestros pensamientos de Dios, nuestro concepto de Dios y pensemos en ello infinitamente más allá de la bandera de nuestro país. Nunca deje que se arrastren en el polvo. Nunca piense un pensamiento bajo acerca de Dios. Nunca compare a Dios con las personas. Nunca compare a Dios incluso con los arcángeles; Dios nuestro padre celestial está por encima de todo esto.
    Y ahora, lo más maravilloso de todo es que un Dios así, un Dios ante quien los ángeles cubren sus rostros, un Dios cuya presencia es el cielo y cuya ausencia es el infierno, que ese infinito, absoluto, sin límites, omnipotente, omnisciente eterno Dios, tiene que bajar y pasear, y decir: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar” Mateo 11: 28. Y eso, eso dice Dios. Cuando ustedes oren, digan: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Así que cuando usted ora a su Padre, recuerde quién es su padre y será un mejor hijo.

    Transcrito y publicado en Internet por la familia de Neve. Nos gustaría escuchar sus comentarios:   haga clic aquí

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