lunes, 23 de febrero de 2015

Al ver las tendencias de las diferentes corrientes de iglesias que existen hoy en día, veo ciertas características que me preocupan. No hablo como aquel que lo sabe todo. Pido a Dios constantemente que no me deje desviarme de tener su evangelio al centro de mi vida y ministerio (el que piense estar firme, mire que no caiga –1 Corintios 10:11-12). Mi preocupación no viene porque en mi iglesia hacemos las cosas diferentes, ni porque es algo de gustos. Es que estas cosas tienen la posibilidad de desviar el verdadero mensaje del evangelio a un cristianismo que no refleja el mensaje de la Biblia correctamente. El orden de los siguientes puntos no refleja necesariamente el orden de importancia.

1. Predicación temática (2 Timoteo 4:2-4)

La predicación temática no es mala en sí misma. Pero una iglesia acostumbrada a que el predicador decida el tema y busque versículos que apoyen sus ideas es más propensa al error que una iglesia donde se comience con el pasaje y se estudie el texto en su contexto. Esto también establece el ejemplo a seguir para la congregación sobre la manera de estudiar, interpretar y aplicar la Biblia.

2. Incremento en Divorcios (Malaquías 2:14-16Mateo 19:6)

Aunque sé que muchos cristianos tienen muchos puntos de vista sobre el divorcio, me preocupa la manera en que cada vez más se justifica el divorcio como algo aceptable y de acuerdo a la voluntad de Dios. El punto principal aquí es que el matrimonio está diseñado para ser reflejo de la relación de Cristo con la iglesia. Si aceptamos el divorcio como algo normal, estamos comunicándole al mundo que hay razones aceptables por las que Dios abandona a su esposa.

3. Enfoque antropocéntrico (Romanos 11:36)

Yo me considero un calvinista, no porque me guste defender un sistema teológico o un club eclesiástico, sino porque me gusta tener a Dios al centro de la doctrina que creo y enseño y no al hombre. ¿Quién tiene el verdadero control de todas las cosas? ¿Quién hace todas las cosas para su gloria? ¿Quién escribió el principio y final de la historia? Cuando una iglesia está demasiado enfocada en la autonomía humana, y todo gira en derredor del hombre, es fácil perder de vista la gran importancia que tiene el estudio de la teología propia (el estudio de Dios). Tenemos que comenzar con Dios siempre para comenzar a entender algo sobre nosotros. ¿No es Dios realmente el protagonista de la Biblia?

4. Falta de confrontación al pecado (1 Corintios 5:9-13)

Cada vez más encontramos en las iglesias gente que vive de la misma manera que el mundo que no conoce a Cristo: unión libre, pornografía, una obsesión por las cosas materiales, glotonería, chisme, amargura y una falta de urgencia sobre la Gran Comisión. Estos son algunas de las cosas que sé que son una lucha real en la iglesia que yo pastoreo. Cada vez es más difícil y más rara la confrontación que se debe hacer en amor y en el contexto de la rendición de cuentas en una iglesia.

5. Falta de enfoque en las misiones (Filipenses 4:10-20)

Está bien que una iglesia desarrolle un enfoque local y sobre la labor que se tiene que hacer en la comunidad donde se encuentra, siempre y cuando no pierda de vista el privilegio y responsabilidad dados por Dios de ser parte de lo que Dios está haciendo en todo el mundo.  ¿Cuántos misioneros apoyan? ¿Qué tan seguido oran por misioneros en otras partes del mundo?  ¿Qué tanto contacto tienen con los misioneros para animarlos y tener noticias sobre la obra que Dios está haciendo?

6. Falta de hospitalidad (Romanos 12:10-13)

Todos quisiéramos tener una iglesia más grande, pero ¿estamos conscientes del reto que eso representa?  Entre más “megaiglesias” tenemos hoy en día, es más difícil establecer un sistema que muestre la gran importancia de abrir las puertas de nuestros hogares para tener una comunión más íntima con nuestros hermanos y hermanas de una manera que propicie la edificación mutua y la rendición de cuentas.

7. Turismo eclesiástico (Hebreos 13:17)

La solución más sencilla para muchos cuando se encuentran con un problema en la iglesia es simplemente buscar una iglesia nueva. Después de todo, ¡hay una iglesia en cada esquina! El reto para todo pastor es poder cuestionar sabiamente a los que llegan de otra congregación para saber cuál es la raíz del cambio y  para ayudarles a ver que, a menos que haya sido una falta doctrinal seria, el problema que tuvieron con otros en su iglesia anterior, probablemente lo tendrán en esta iglesia también.

8. Enfoque en los inconversos (Hechos 2:42Hebreos 5:13-14)

¡La iglesia es para los cristianos! Cuando una iglesia está tan preocupada por la gente nueva que nunca estudia los temas difíciles y siempre está buscando simplificar todo, lo único que están haciendo es crear cristianos anémicos. El evangelismo debe ser principalmente el resultado de una iglesia fortalecida por la palabra y la comunión con otros cristianos y la adoración para compartir el evangelio durante la semana en los lugares donde los miembros trabajan, estudian y desarrollan sus actividades semanales.

9. Indiferencia hacia la lectura y el estudio (1 Tesalonicenses 5:12-13;1 Timoteo 4:13)

¿Estamos motivando a la iglesia a leer y a pensar? ¿Es el domingo el único día en que abren sus Biblias y tratan de aprender algo de valor eterno? Creo que todo pastor y líder debe de ser ejemplo de alguien que tiene hambre de la Palabra de tal manera que busca y considera la opinión y consejo de autores antiguos y contemporáneos. La lectura de buenos maestros de la Biblia es algo que toda iglesia debe fomentar. Abordemos las preguntas difíciles de la apologética y de la doctrina bíblica con la guía del Espíritu y con la ayuda de grandes hombres y mujeres de Dios que nos dejaron su legado en un libro.

10. Adoración sin base doctrinal (Nehemías 8-9)

La adoración y la vida cristiana deben de surgir de algún lugar. La Biblia nos dice que de la palabra de Dios viene el arrepentimiento, la adoración y la santidad en la vida cristiana. No me importa cuánto llores, alces las manos o te sientas conmovido: si no viene de un entendimiento claro y real de lo que Dios está diciendo en su palabra, dudo mucho que sea una manifestación genuina del Espíritu Santo. Basemos todo lo que hacemos y decimos en lo que Dios ha hecho y dicho a lo largo de la historia, revelado en su increíble libro.
Mi crítica hacia estas tendencias de la iglesia contemporánea es principalmente un recordatorio y una exhortación para mí de lo que Dios ha dicho es lo más importante. ¡Que nuestra oración sea que la iglesia siempre refleje la voluntad de su Esposo con precisión y pasión!
Nathan Díaz es pastor de enseñanza en la Iglesia Evangélica Cuajimalpa en la ciudad de México y productor del programa de radio “Clasificación A” que se transmite en emisoras de México, Argentina, Nicaragua, España y Estados Unidos. Estudió Biblia y teología en el Instituto Bíblico Moody de Chicago. Él y su esposa Cristin tienen tres hijos, Ian, Cael y Evan.

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