viernes, 27 de febrero de 2015

No hay nada que incentive más la oración que la postura calvinista. Los calvinistas que no oran no son calvinistas. Estas dos cosas se siguen la una a la otra como la noche al día. Al verdadero calvinista le interesa el tema del avivamiento. Porqué? Porque le preocupa la GLORIA DE DIOS. Esto es lo primero para él. No tanto que el mundo esté como está, sino más bien que se comporte como lo hace estando Dios ahí. El mundo es de Dios, y ellos se encuentran bajo Su gobierno. Ah, la GLORIA DE DIOS! Este es el gran tema que rige todo el pensamiento calvinista.
Así que los calvinistas esperan, y anhelan fervientemente y ruegan, que Dios <> Su gloria, manifieste Su poder, se levante y disperse a sus enemigos y los convierta en polvo, y que demuestre la potencia de Su todopoderoso brazo. ESTO ES EL CALVINISMO, ESTO ES LO QUE EL CALVINISTA ANHELA. LOS CALVINISTAS TIENEN UN CELO Y UNA PASIÓN POR EL SU NOMBRE [DE DIOS].
Al mismo tiempo, con la comprensión que les proporciona su doctrina acerca de la condición y el estado se aquellos que no han sido regenerados, reciben una carga en sus corazones por estos, y están ansiosos por hacer cuanto sea posible para llevarlos al conocimiento de la salvación que hay en CRISTO JESUS. Y cuando esto ocurre, en qué termina todo sino en una majestuosa alabanza y acción de gracias?
Mi argumento es que el calvinismo frío, triste, lastimero y depresivo NO ES el verdadero calvinismo, sino solo una caricatura: hay algo que falta en el mismo. Se trata de un meto intelectualismo filosófico. El calvinismo lleva sl sentimiento, a la pasión, al entusiasmo, la alabanza y a la gratitud. Considera al apóstol Pablo, el más grande de todos.
No deberíamos hablar de calvinismo sino más bien de la enseñanza de Pablo. Él nos cuenta cómo lloraba: predicaba con lágrimas, lo haces tú? Cuán a menudo expresamos los sentimientos y la pasión que él demostraba?
Oyele hablar nuevamente en Romanos 11:
<< Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!>>… Cuántas veces has proferido tú ese "Oh!" en tus prédicas, tú que eres calvinista? El calvinismo nos lleva a emitir ese "Oh!" de sentimiento y de pasión. Te sientes conmovido en lo más profundo de tu ser y te llenas de gozo y asombro, te maravillas: <>. O considera el final de Efesios, donde ocurre lo mismo. Estamos hablando de hombres dominados por un sentimiento de la gloria de Dios y a quienes preocupa su alabanza.
Este era el cristianismo del siglo I, y es también la esencia del metodismo calvinista. Te conduce a la alabanza, la acción de gracias y el regocijo. Siempre te llevará a entonar algo como esto:
Te alabamos, oh gran Dios!
Tu poder y reino honramos;
y tus glorias viendo en pos
de tus obras, te adoramos,
Dios de fuerza y de bondad
desde toda la eternidad.
De Tu trono en derredor
cantan santos serafines
a Tu Majestad loor
con los altos querubines:
<> el son
es de su eternal canción.
Cantan himnos con ardor
los apóstoles y santos
a su Dios y Salvador,
y le ofrecen dulces cantos.
Mártires con su laurel
Claman todos: << Dios es fiel! >>
En el orbe aquí tu grey,
que es la iglesia militante,
ensalzando a su Gran Rey,
Gloria te tributa amante;
y gozosa canta a Aquel
cuyo nombre es Emmanuel.
(Himno 202 del Himnario para uso de la Iglesia Española Reformada Episcopal 1962)
Y los calvinistas prorrumpían en su gran grito: Gloria! GLORIA!
~ Martyn Lloyd-Jones. "Los Puritanos: Sus orígenes y sucesores".

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