lunes, 9 de febrero de 2015

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Synode_te_DordtrechtA raíz de la muerte de Jacobo Arminio (1610) sus seguidores elaboraron una protesta (hol. “remonstrant”) donde lanzaban agudas criticas sobre el calvinismo y sus enseñanzas diciéndole a las gentes que la predestinación era un fatalismo, que el calvinismo enseñaba que Dios era el autor del pecado (confundiendolo con el hipercalvinismo), que se enseñaba a los hombres que los pecados que cometieran no les perjudicaba en nada su salvación, que se promovía un libertinaje en el creyente, que el dios que predicaba el calvinismo era tiránico, caprichoso y cínico ya que condeno a la mayor parte de la humanidad sin siquiera tener en cuenta pecado alguno. Estas entre muchas eran las calumnias que los “remonstrantes” arminianos lanzaban sobre la doctrinas reformadas en las iglesias,  tergiversando al máximo la fe reformada. Su protesta fue resumida en cinco puntos principales, y tal fue la agitación que provoco tal protesta dentro de las iglesias que fue necesaria la convocación de un sínodo de las iglesias reformadas a fin de responder enérgicamente a tal protesta arminiana. El sínodo de Dort (ciudad de Dordrecht) fue realizado en 1618-1619. Aunque fue un sínodo de las iglesias nacionales de los Países Bajos, tuvo carácter internacional también, porque habían 26 delegados de otros 8 países. La primera reunión del sínodo fue el 13 de noviembre de 1618 y la ultima fue el 9 de mayo de 1619. Un total de 154 reuniones a lo largo de 6 meses. La respuesta del sínodo fue elaborada en cinco puntos, como respuesta a los cinco puntos de la protesta arminiana.
A continuación les cito las conclusiones de las actas de Dort.
Esta es la explicación escueta, sencilla y genuina de la doctrina ortodoxa de los CINCO ARTÍCULOS sobre los que surgieron diferencias en los Países Bajos, y, a la vez, la reprobación de los errores que conturbaron a las iglesias holandesas durante cierto tiempo. El Sínodo juzga que tal explicación y reprobación han sido tomadas de la Palabra de Dios, y que concuerdan con la confesión de las Iglesias Reformadas. De lo que claramente se deduce que aquellos a quienes menos correspondían tales cosas, han obrado en contra de toda verdad, equidad y amor, y han querido hacer creer al pueblo que la doctrina de las Iglesias Reformadas respecto a la predestinación y a los capítulos referentes a ella desvían, por su propia naturaleza y peso, el corazón de los hombres de toda piedad y religión; que es una comodidad pala la carne y el diablo, y una fortaleza de Satanás, desde donde trama emboscada a todos los hombres, hiere a la mayoría de ellos y a muchos les sigue disparando mortalmente los dardos de la desesperación o de la negligencia. Que hace a Dios autor del pecado y de la injusticia, tirano e hipócrita, y que tal doctrina no es otra cosa sino un extremismo renovado, maniqueísmo, libertinismo y fatalismo; que hace a los hombres carnalmente descuidados al sugerirse a sí mismos por ella que a los elegidos no puede perjudicarles en su salvación el cómo vivan, y por eso se permiten cometer tranquilamente coda suerte de truhanerías horrorosas; que a los que fueron reprobados no les puede servir de salvación el que, concediendo que pudiera ser, hubiesen hecho verdaderamente todas las obras de los santos; que con esta doctrina se enseña que Dios, por simple y puro antojo de Su voluntad, y sin la inspección o crítica más mínima de pecado alguno, predestinó y creó a la mayor parte de la humanidad para la condenación eterna; que la reprobación es causa de la incredulidad e impiedad de igual manera que la elección es fuente y causa de la fe y de las buenas obras; que muchos niños inocentes son atrancados del pecho de las madres, y tiránicamente arrojados al fuego infernal, de modo que ni la sangre de Cristo, ni el Bautismo, ni la oración de la Iglesia en el día de su bautismo les pueden aprovechar; y muchas otras cosas parecidas, que las Iglesias Reformadas no sólo no reconocen, sino que también rechazan y detestan de todo corazón.
 
Por tanto, a cuantos piadosamente invocan el nombre de nuestro Salvador Jesucristo, este Sínodo de Dordrecht les pide en el nombre del Señor, que quieran juzgar de la fe de las Iglesias Reformadas, no por las calumnias que se han desatado aquí y allá, y tampoco por los juicios privados o solemnes de algunos pastores viejos o jóvenes, que a veces son también fielmente citados con demasiada mala fe, o pervertidos y torcidos en conceptos erróneos; si no de las confesiones públicas de las Iglesias mismas, y de esta declaración de la doctrina ortodoxa que con unánime concordancia de todos y cada uno de los miembros de este Sínodo general se ha establecido.
 
A continuación, este Sínodo amonesta a todos los consiervos en el Evangelio de Cristo para que al tratar de esta doctrina, tanto en los colegios como en las iglesias, se comporten piadosa y religiosamente; y que la encaminen de palabra y por escrito a la mayor gloria de Dios, a la santidad de vida y al consuelo de los espíritus abatidos; que no sólo sientan, sino que también hablen con las Sagradas Escrituras conforme a la regla de la fe; y, finalmente, se abstengan de todas aquellas formas de hablar que excedan los límites del recto sentido de las Escrituras, que nos han sido expuestos, y que pudieran dar a los sofistas motivo justo para denigrar o también para maldecir la doctrina de las Iglesias Reformadas.
 
El Hijo de Dios, Jesucristo, que, sentado a la derecha de Su Padre, da dones a los hombres, nos santifique en la verdad; traiga a la verdad a aquellos que han caído; tape su boca a los detractores de la doctrina sana; y dote a los fieles siervos de Su Palabra con el espíritu de sabiduría y de discernimiento, a fin de que todas sus razones puedan prosperar para honor de Dios y para edificación de los creyentes. Amén.
 
En el sínodo de Dort el arminianismo fue declarado una herejía para la iglesia, y por consiguiente, también el hipercalvinismo ya que muchas de las calumnias que los ‘remonstrantes’ lanzaron sobre la doctrina reformada no provenían del ‘calvinismo’ sino del ‘hipercalvinismo’ el cual también fue rechazado. Después del sínodo, y en virtud de sus declaraciones, muchos pastores y ministros que sostenían las enseñanzas arminianas fueron removidos de sus lugares de ministerio que ocupaban dentro de las iglesias reformadas. 
 
Dort esta vigente hoy. El arminianismo y el hipercalvinismo son herejias. El arminianismo volvió a renacer tiempo después porque su impulsor, el padre de Mentira, sabe que es una doctrina de confusión muy efectiva dentro de la iglesia. Pero no ha resucitado solo, sino que también ha regresado con su compañero de confusión: el hipercalvinismo. Ambos están atacando hoy mas que nunca contra las iglesias, confundiendo a los creyentes llevándolos de la mano por un camino falso, y ensombreciendo la verdad de la Palabra de Dios a los ojos de las gentes. 
 
El propósito de mi articulo hoy es para alertar a todo ministro o pastor reformado, que en virtud de la vigencia de los cánones de Dort, no de su púlpito a ningún ministro o pastor que 
pulpitosostenga o enseñe doctrina arminiana, ni hipercalvinista, ni amiraldianismo, ni ninguna otra doctrina asociada con estas que van en contra de la fe reformada que se defendió en Dort hace ya 394 años. Aunque muchos han hecho caso omiso de las declaraciones y propósito de Dort, es tiempo de llamar a los que respetan la sana doctrina, y quieren cooperar que la iglesia hoy se mantenga lo mas sana posible ante los embates del Enemigo con sus falsas doctrinas arminianas e hipercalvinistas. No pongan su púlpito en manos de quienes están siendo instrumentos de confusión al rebaño del Señor. Seamos celosos del alimento que se da a las ovejas del Señor, y no permitamos que ningún pregonero del error tenga parte en nuestro ministerio. Dios nos ha llamado a ser pregoneros de justicia, no de las mentiras del que siembra cizaña dentro del campo de trigo del Señor.
 
No se trata solo de citar y explicar los cinco puntos doctrinales de Dort, sino de tener el espíritu de Dort. Los ministros del error fueron proscritos en Dort. Se les quito el púlpito, y se les privo de enseñar dentro de las iglesias reformadas. Ese es el espíritu que hoy debemos tener en nuestros ministerios. No extienda la mano a quienes están enseñando doctrina falsa. Quite el micrófono a quienes lo están usando para envenenar el rebaño. El espíritu de Dort esta vigente hoy contra las doctrinas de error.
 
Extiendo a mis consiervos y hermanos en la fe reformada esta amonestación y exhortación del Sínodo de Dort, que no echemos por tierra el espíritu que movió a estos hermanos que nos han precedido a mantener en alto la doctrina bíblica reformada, la cual hará que muchos salgan de las tinieblas del error.
 
A continuación, este Sínodo amonesta a todos los consiervos en el Evangelio de Cristo para que al tratar de esta doctrina, tanto en los colegios como en las iglesias, se comporten piadosa y religiosamente; y que la encaminen de palabra y por escrito a la mayor gloria de Dios, a la santidad de vida y al consuelo de los espíritus abatidos; que no sólo sientan, sino que también hablen con las Sagradas Escrituras conforme a la regla de la fe; y, finalmente, se abstengan de todas aquellas formas de hablar que excedan los límites del recto sentido de las Escrituras, que nos han sido expuestos, y que pudieran dar a los sofistas motivo justo para denigrar o también para maldecir la doctrina de las Iglesias Reformadas.
 
Seamos fieles y celosos administradores de los misterios de Dios (1Cor. 4:1). 
 
¡Por Cristo y por la Reforma!
 
….vuestro consiervo, 
Felipe Gonzalez.

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